Kael
El Fantasma del Mar
26-08-2024, 09:39 PM
El chico salió corriendo y se subió a una estátua, mientras que al mismo tiempo la chica medusa emergió del agua con lentitud, sus tentáculos brillaban con el reflejo del sol. Su belleza era innegable, pero había algo en su mirada que me provocaba desconfianza. Aquel encuentro, aquel instante, pareció encapsular mis más profundos miedos y mis más osadas esperanzas.
-No puedo dejarme engañar, esto es otra prueba- pensé, la ardiente aprobación de Norfeo resonando en mi interior. El sacrificio no solo me había otorgado un nuevo poder; había despertado una parte de mí que nunca había existido, un instinto arcaico que me instaba a atacar, a dominar. -Soy más fuerte, más rápido; puedo acabar con ella antes de que ella tenga una oportunidad. Iré a por él más adelante-
Pero, al mirar a la medusa, sentí cómo el dilema se cernía sobre mí. En un mundo donde el odio y la venganza habían moldeado mi existencia, la imagen de esta criatura casi etérea se conectaba con algo más profundo, algo que resonaba con mi propia lucha interna. ¿Era su intención herirme o simplemente sobrevivir? ¿Podía ser que, al enfrentar a mis enemigos, también estuviera confrontando mis propios demonios?
La respiración se me hacía pesada mientras la serpiente de sus cabellos se movía como sombras susurrantes en un lienzo de luz. Me di cuenta de que el odio por mi enemigo era algo que había llevado en mi corazón durante tanto tiempo. La rabia que solía sentir contra Salazar Stone estaba ahora reflejada aquí, en esta mítica criatura que había aparecido de la nada. La vergüenza y la ira despertaban en mí una fuerza oscura que me empujaba hacia adelante.
Sin embargo, también sentí una extraña compasión. Sabía que, igual que yo, había sido moldeada por un pasado que no había elegido. La medusa estaba atrapada en su propio destino, y en ese momento, su angustia resonó con la mía. -¿Por qué tengo que hacer esto?- La pregunta se deslizó furtivamente en mi mente. La respuesta, sin embargo, era ineludible. No podía ser débil. No podía dudar.
El impulso de desenvainar mi espada creció dentro de mí, un acto casi instintivo. La hoja brilló intensamente mientras me preparaba para el ataque. Pero justo antes de liberar aquella rabia contenida, un escalofrío me recorrió al recordar las palabras de Norfeo. -Lleva contigo una espada que atraviese toda defensa.- Su advertencia recorrió mi mente, un recordatorio de que la verdadera batalla no solo era contra la medusa, sino también contra la oscuridad que amenazaba con engullirme.
La tensión en el aire era palpable. La chica medusa, saliendo del agua, parecía percibir mi tormento interno. Su mirada, en lugar de temor, transmitía una sabiduría ancestral. En ese instante, comprendí que cada sacrificio, cada lucha, era un paso hacia la redención; que quizás el verdadero desafío no residía en eliminar a un enemigo, sino en transformarlo.
Con la mano en el mango de la espada y la mirada fija, me preparé para demostrar que la batalla más importante era la que se libraba en mi interior. Decidí atacar corriendo hacia la chica medusa, con el círculo de barro alrededor de mí. Si conseguía empujarle, podría tirarle al agua del que venía y ganar tiempo para ir al chico que se había subido a la estatua.
Di un salto y descargué el ataque en diagonal hacia abajo, para que si le entrase el golpe, cayera al fondo del río y no por arriba.
-No puedo dejarme engañar, esto es otra prueba- pensé, la ardiente aprobación de Norfeo resonando en mi interior. El sacrificio no solo me había otorgado un nuevo poder; había despertado una parte de mí que nunca había existido, un instinto arcaico que me instaba a atacar, a dominar. -Soy más fuerte, más rápido; puedo acabar con ella antes de que ella tenga una oportunidad. Iré a por él más adelante-
Pero, al mirar a la medusa, sentí cómo el dilema se cernía sobre mí. En un mundo donde el odio y la venganza habían moldeado mi existencia, la imagen de esta criatura casi etérea se conectaba con algo más profundo, algo que resonaba con mi propia lucha interna. ¿Era su intención herirme o simplemente sobrevivir? ¿Podía ser que, al enfrentar a mis enemigos, también estuviera confrontando mis propios demonios?
La respiración se me hacía pesada mientras la serpiente de sus cabellos se movía como sombras susurrantes en un lienzo de luz. Me di cuenta de que el odio por mi enemigo era algo que había llevado en mi corazón durante tanto tiempo. La rabia que solía sentir contra Salazar Stone estaba ahora reflejada aquí, en esta mítica criatura que había aparecido de la nada. La vergüenza y la ira despertaban en mí una fuerza oscura que me empujaba hacia adelante.
Sin embargo, también sentí una extraña compasión. Sabía que, igual que yo, había sido moldeada por un pasado que no había elegido. La medusa estaba atrapada en su propio destino, y en ese momento, su angustia resonó con la mía. -¿Por qué tengo que hacer esto?- La pregunta se deslizó furtivamente en mi mente. La respuesta, sin embargo, era ineludible. No podía ser débil. No podía dudar.
El impulso de desenvainar mi espada creció dentro de mí, un acto casi instintivo. La hoja brilló intensamente mientras me preparaba para el ataque. Pero justo antes de liberar aquella rabia contenida, un escalofrío me recorrió al recordar las palabras de Norfeo. -Lleva contigo una espada que atraviese toda defensa.- Su advertencia recorrió mi mente, un recordatorio de que la verdadera batalla no solo era contra la medusa, sino también contra la oscuridad que amenazaba con engullirme.
La tensión en el aire era palpable. La chica medusa, saliendo del agua, parecía percibir mi tormento interno. Su mirada, en lugar de temor, transmitía una sabiduría ancestral. En ese instante, comprendí que cada sacrificio, cada lucha, era un paso hacia la redención; que quizás el verdadero desafío no residía en eliminar a un enemigo, sino en transformarlo.
Con la mano en el mango de la espada y la mirada fija, me preparé para demostrar que la batalla más importante era la que se libraba en mi interior. Decidí atacar corriendo hacia la chica medusa, con el círculo de barro alrededor de mí. Si conseguía empujarle, podría tirarle al agua del que venía y ganar tiempo para ir al chico que se había subido a la estatua.
Di un salto y descargué el ataque en diagonal hacia abajo, para que si le entrase el golpe, cayera al fondo del río y no por arriba.
SAM301
SAMURAI
Utilidad Activa
Tier 3
No Aprendida
36
1
Tomando la empuñadura de su arma sin desenfundar o posicionando en la misma pose aunque este desenfundada. El usuario tomará una postura muy habitual para iniciar un duelo de espadachines para concentrar sus fuerzas en un primer movimiento ofensivo, ya sea un básico o una tecnica, junto al veloz desenfunde del arma obteniendo un incremento de [Destreza] y de daño a una ofensiva que se ejecute junto a esta postura.
+5 [Destreza] y +25 de [Daño]
ESP201
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 2
No Aprendida
33
1
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un [Dash] de hasta 8 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido del Dash.
Golpe Basico + [FUEx2,2] de [Daño perforante]