Anko
Médica Despiadada
27-08-2024, 02:08 AM
20 de Primavera del 721
Entre los enormes árboles selváticos, la temperatura templada del ambiente y en un fino camino de tierra, se encontraba transitando la joven Anko, una aspirante decidida a formar parte de las fuerzas militares anti-piratería del mundo, la Marina. El sonido de la suela de sus botines chocando con la tierra y rocas del suelo dejaban escuchar un sonido tranquilizador y relajante. Normalmente, no suele salir mucho de la Villa Shimotsuki, lugar en donde se encontraba ubicada aquella estructura que podía llamar hogar, pero esta vez era un tanto especial, pues sus salidas no siempre son de paseo.
Sus ojos se movían de lado a lado, explorando aquel ambiente familiar en busca de algunas plantas medicinales que solían crecer en esa zona. Si bien no era una fanática completa de la medicina herbolaria, no podía negar que era una solución fácil y barata a enfermedades comunes y tradicionales. Desde que decidió ya hace años convertirse en médico para honrar la memoria de su madre, parte de su tiempo era invertido en la lectura profunda y detallada de los libros de medicina que su madre poseía en una estantería dentro de su recámara.
La información en esos libros no sólo eran datos de la medicina química, sino también de la natural. A pesar de que sus recursos monetarios le permitían conseguir y experimentar con químicos para fabricar medicamentos, ella prefería ir practicando y puliendo su habilidad de la mano con la medicina naturista. Y como todo, las primeras veces no siempre salen bien, aún con sus años de práctica, seguía cometiendo errores, y era algo normal, pues no tenía de la enseñanza de un superior más allá de algunos libros y escritos de su madre, y claro, algunos recuerdos de su madre fabricando medicamentos y atendiendo a sus pacientes.
Después de tantas prácticas, era de esperarse que los ingredientes empezarán a escasear dentro de sus reservas, y esa era la razón por la que se encontraba recolectando nuevos recursos pata continuar con sus prácticas. Anko se detenía por breves momentos en algunos puntos estratégicos de la zona selvática de DemonTooth, usando sus manos para mover y buscar entre la hierba los ingredientes que buscaba con tanta prisa. Su mente tenía conocimiento de la fauna que habitaba el lugar, si bien no era peligrosa, siempre de tiene que andar con cuidado, la naturaleza puede ser un enemigo bastante poderoso, por eso, su atención también era levemente desviada hacia las zonas circundantes de su búsqueda, buscando no molestar a algún animal.