Kael
El Fantasma del Mar
27-08-2024, 11:03 AM
La luz del sol brillaba intensamente sobre el mar tranquilo del East Blue mientras nos acercábamos al barco de los Piratas Veganos. La insignia de la calavera coronada con un brillante brócoli ondeaba en el aire, y sentí una mezcla de admiración y nerviosismo. Entre el murmullo de la tripulación, podía distinguir las voces graciosas de las gemelas Vina y Greta, quienes me habían rescatado y ahora eran parte crucial de esta inesperada aventura. No había duda, aquel barco además de ser el más grande que había pisado, prometía ser un lugar muy diverso.
Mientras Vina y Greta se abrían paso a través de la multitud, cada uno de los piratas nos miraba como si estuviéramos bajo un foco. Cuando el vigía, desde lo alto del mástil, anunció a gran voz nuestra llegada, un aire de expectación envolvió el lugar. Una mezcla de frescura les rodeaba, el aroma de hierbas y verduras llenaba mis pulmones y, por un momento, el nerviosismo se disipó. Ahora estaba aquí, y eso era lo único que importaba.
Finalmente, llegamos al centro de atención: Broco Lee. Era todo lo que los rumores decían. Su afro verde brillante era imposible de ignorar, y el traje de artes marciales que llevaba parecía estar hecho a medida, acentuando su complexión atlética. Con una postura que denotaba tanto fuerza como agilidad, desafiaba a cualquiera que osara interponerse en su camino. Recordé su historia (profesión Historiador), que había leído en el periódico mundial, y no pude evitar sentir una oleada de admiración.
Las gemelas miraban a Broco en busca de aprobación, pero él mantenía su mirada fija en mí, sus ojos incisivos explorando cada rincón de mi ser. -Tu no eres Meethook- dijo, y la presión en el ambiente se volvió palpable. La tensión hizo que la tripulación contuviera el aliento a la espera de una reacción.
-Me temo que no, mi nombre es Kael T. Draven - exclamé. - Vina y Greta me encontraron un almacén en el Bajo Oykot y tengo que felicitarlas, se escabulleron delante de las narices de la propia Karina, knockearon al guardia y consiguieron sacarme de allí sin levantar sospechas. Y no sólo eso, me llevan delante del propio Broco Lee en persona, no podría estar más encantado de conocerle, señor. Debe ser un placer contar con gente tan cualificada en sus filas- dije refiriendome a las gemelas-.
Puesto que ya era el centro de atención y que estábamos en el barco, decidí desabrocharme la capa y quitármela dejándola apoyada sobre un hombro.
-No solo me alimentaron- me atreví a agregar. - Vina y Greta son valientes; se enfrentaron a peligros por mí, y me cuidaron con dedicación. Sin ellas, no estaría aquí. Y sin duda es un favor que tengo que pagarles de la manera que ellas vean más conveniente, si no a ellas, a su capitán o a su causa.
A medida que su voz resonaba como un eco de motivación, utilizando toda mi carisma (virtud) con mis palabras, mi confianza creció esperando que a los demás también crease el mismo efecto. Aquella figura de leyenda no solo era un capitán de piratas, sino un líder que empujaba esfuerzos por un mundo mejor, un propósito que compartíamos en este nuevo viaje.
Mientras Vina y Greta se abrían paso a través de la multitud, cada uno de los piratas nos miraba como si estuviéramos bajo un foco. Cuando el vigía, desde lo alto del mástil, anunció a gran voz nuestra llegada, un aire de expectación envolvió el lugar. Una mezcla de frescura les rodeaba, el aroma de hierbas y verduras llenaba mis pulmones y, por un momento, el nerviosismo se disipó. Ahora estaba aquí, y eso era lo único que importaba.
Finalmente, llegamos al centro de atención: Broco Lee. Era todo lo que los rumores decían. Su afro verde brillante era imposible de ignorar, y el traje de artes marciales que llevaba parecía estar hecho a medida, acentuando su complexión atlética. Con una postura que denotaba tanto fuerza como agilidad, desafiaba a cualquiera que osara interponerse en su camino. Recordé su historia (profesión Historiador), que había leído en el periódico mundial, y no pude evitar sentir una oleada de admiración.
Las gemelas miraban a Broco en busca de aprobación, pero él mantenía su mirada fija en mí, sus ojos incisivos explorando cada rincón de mi ser. -Tu no eres Meethook- dijo, y la presión en el ambiente se volvió palpable. La tensión hizo que la tripulación contuviera el aliento a la espera de una reacción.
-Me temo que no, mi nombre es Kael T. Draven - exclamé. - Vina y Greta me encontraron un almacén en el Bajo Oykot y tengo que felicitarlas, se escabulleron delante de las narices de la propia Karina, knockearon al guardia y consiguieron sacarme de allí sin levantar sospechas. Y no sólo eso, me llevan delante del propio Broco Lee en persona, no podría estar más encantado de conocerle, señor. Debe ser un placer contar con gente tan cualificada en sus filas- dije refiriendome a las gemelas-.
Puesto que ya era el centro de atención y que estábamos en el barco, decidí desabrocharme la capa y quitármela dejándola apoyada sobre un hombro.
-No solo me alimentaron- me atreví a agregar. - Vina y Greta son valientes; se enfrentaron a peligros por mí, y me cuidaron con dedicación. Sin ellas, no estaría aquí. Y sin duda es un favor que tengo que pagarles de la manera que ellas vean más conveniente, si no a ellas, a su capitán o a su causa.
A medida que su voz resonaba como un eco de motivación, utilizando toda mi carisma (virtud) con mis palabras, mi confianza creció esperando que a los demás también crease el mismo efecto. Aquella figura de leyenda no solo era un capitán de piratas, sino un líder que empujaba esfuerzos por un mundo mejor, un propósito que compartíamos en este nuevo viaje.