Cuando lance la segunda flecha la trayectoria del coco había llegado a su fin, el impacto fue seco y hueco, note un ligero mareo en el acto. Ascendí con dificultad el rocaje de aquel islote y entonces, apareció, una... especie de crustáceo sin cabeza. ¡Ahora sacaba su cabeza! La tenía metida en una especie de mochila metálica. Mi boca casi se desencajó cuando comenzó a hablar empleando la lengua común dando un extraño discurso sobre su pertenecía a una brigada abisal de nose donde. - Oh. Señor. Me presento, mi nombre es Jimbo. No formo parte de ninguna brigada pero soy un suricato criado a los pies de un volcán. - Dije poniéndome firme. Parecía un sujeto de lo más agradable por lo que escuché todo si discurso mientras el descendía y yo mantenía mi posición. - Agradezco sus palabras. - Dije intentando ser amable, algo que había aprendido en Isla Kilombo pero que aún tenía que perfeccionar. - Lamento decirle que no puedo entregarle la barca. Mis compañeros y yo tenemos un destino. Le presentaría a CD, es un Coyote, pero ahora está durmiendo. - Hice una pausa señalando a la barca. - ¡No se alerte! ¿Que le parece si le ayudo? Ha dicho usted salvamento. ¿Quién necesita ayuda? - Pregunte con sinceridad, últimamente veía muchos animales que no deberían hablar, hablando. Aún me dolía el coco por culpa de el coco.
PV: 37-15= 22 de daño entrante
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