Lance Turner
Shirogami
28-08-2024, 01:29 AM
(Última modificación: 28-08-2024, 06:22 AM por Lance Turner.)
La pequeña reunión estaba tornándose bastante cálida y casi afectuosa. Parecía como si nos hubiésemos conocido tiempo atrás y esta se tratase de una reunión para ponernos al día de la vida de cada uno. Se sentía bien, aunque extrañaba al pequeño Juuken por aquí, haciendo preguntas como una metralleta sin cesar. Parecía mentira, pero me había acostumbrado al pequeñín y su manera de ser.
Drake se mostraba bastante más maduro que la mayoría, respondiendo a Byron que se relajase por el asunto de toquetear sus brazos. Era gracioso, porque la camarera de aquel bar seguía observando a Byron desde lejos, pendiente de si estaba bien atendido y tratando de memorizar su rostro. Si ella supiese cómo toqueteó al brazos largos, podría terminar teniendo un ataque real de celos.
Me gustó mucho una frase que dijo Drake, “Al final estamos aquí de paso”. Era una frase que había escuchado muchas veces en mi infancia, de boca de mis padres, pero había estado almacenada en un rincón perdido de mi memoria hasta ahora. Sacar a la luz dicha frase me hizo sentir una auténtica corazonada, al tiempo que me daba cierta tranquilidad la compañía de Drake.
- Sueños… - Dijo el muchacho con un tono reflexivo antes de continuar hablando.
Dicho tono, estaba afín al tono que tenía mi pregunta, pero su continuación se alejaba del espíritu de esta. Su respuesta me dejó algo cortado, aunque lo hizo con bastante madurez. Su estilo de vida actual no estaba para ese tipo de cosas.
- Ya veo… - Contesté en un tono más serio del habitual.
No podía replicarle nada, pues por un lado, me dolía la respuesta. Entendía que tenía su parte de razón, pero también me sonaba a las palabras de alguien que se ha rendido ante sus objetivos. Nunca es motivo de celebración escuchar algo así. Por otro lado, es comprensible que no todo el mundo está hecho para desvivirse por los sueños. Implicaba jugarse mucho, y antes de lanzarse a ellos, tienes que estar muy mentalizado, pues te estás jugando como mínimo, tu vida.
Levanté la mano para indicar a otro camarero que no tuviese sus ojos derretidos observando a Byron y pedí una bebida bien cargada de ron. El ambiente era bastante más serio tratado este punto con ese tono, sin embargo, también era respetable y no había que mostrar otra cosa que respeto.
No obstante, para mi sorpresa, Drake añadió otra frase que me impactó más aún.
- Me preocupa cenar hoy, no lo que haya después de esta vida.
Cada vez que añadía algo más en ese tono, sus palabras pesaban más sobre la mesa. Me daba la impresión de ser alguien que se había rendido definitivamente a sus sueños, y esas ojeras que hablaban por sí solas, parecían ir contando ya la razón detrás de todo.
Él se centró en comer, y un silencio absoluto inundó la mesa. Me sentía un poco mal por haber planteado la pregunta que sacó este ambiente, pero estaba seguro que Drake tampoco se sentiría bien. Byron observaba en silencio también. Así que suspiré largo y hondo antes de retomar la conversación, cuando llegó mi bebida. La agradecí, y justo cuando iba a darle un trago Drake retomó la palabra.
- Pero si tuviera que decir algo… - Dijo mientras parecía jugar con el atún entre sus manos, provocando una pequeña chispa en mi interior. Ese pero significaba una esperanza, sin duda.
Un hogar, su verdadero sueño era ese, un sitio al que llamar hogar y donde sentirse querido, bien recibido en todo momento, un refugio de paz y amor para protegerse y sanarse tras todo lo sufrido. Una vida sin sobresaltos, dedicándose a su pasión, el taller, construir cosas verdaderamente significativas con sus propias manos, no modelos estándar de muebles. Este hombre quería sentir la paz, al mismo tiempo que quería dejar un legado para el mundo, para la historia, o para la humanidad.
Este hombretón se había abierto en canal para nosotros, debía elegir bien mis palabras para corresponder su sinceridad. No obstante, Byron fue más rápido al tomar la palabra, manifestando estar de acuerdo con Drake.
Tras un buen trago a su copa, decidió dar un paso y contestar él a la pregunta. Le respondió con muchísimo entusiasmo sobre la libertad y viajar en el mundo, descubrir cosas que sólo él logre hacerlas. Fue tal su emoción, que terminó golpeando la mesa, algo que me sobresaltó un poco al estar aún afectado por las anteriores palabras de Drake. Si quería enganchar mi atención a su discurso, acababa de conseguirlo.
- Sí... Esa sería una forma de aplacar el ansia de curiosidad que hay en mí, pero hay un motivo todavía más importante... – Continuó generándome auténtica curiosidad, hasta que terminó por apuntarme con su dedo índice. - ¡Poder decir que yo lo he descubierto y tú no!
Reaccioné riéndome un poco, alzando las manos como señal de rendición para seguirle un poco el juego en su discurso. Levantó su jarra hacia arriba mientras continuaba su discurso con mucho más entusiasmo y determinación.
- La única forma de justificar y demostrar tu existencia es, dejando una marca imborrable, yo seré inmortal participando en mitos y leyendas de las épocas futuras.
Ahora, definitivamente había dejado que de verdad hablase su corazón, y para corresponderlo me levanté con orgullo, levantando mi vaso hasta brindar con la jarra de Byron.
- ¡Así se habla! – Exclamé para animarle más aún en su convicción.
Realmente podía subrayar cada palabra que había dicho, pero al mismo tiempo, discrepaba un poco en el modo de decirlo. Quizá sea por la diferencia de edad, o simplemente, no somos iguales al completo. Pero no podía negar que me hacía feliz ver a otra persona tan firme en su determinación.
Un sonido de impacto seco, con algo metálico me sobresaltó, provocando que se me cayese un poco de alcohol al suelo. Era la joven de antes, encapuchada, que venía directa a soltar esas monedas declarando que ella invitaba.
- ¡¡DIOS!! ¡¡QUE SUSTO ME HAS DADO!! – Le grité casi con cierto enojo por el susto que me había dado. Aunque al instante me di cuenta de la situación y me reí a carcajadas para suavizarlo. – Cualquier día de estos alguien me terminará matando de un susto jajajaja.
Era curioso que no la hubiese detectado. Seguramente se debía a lo concentrado que estaba ante la conversación que habíamos tenido, pero sin yo saberlo todavía, era muy probable que en realidad se debiese a sus habilidades robando indiscriminadamente. Sin embargo, Drake no pareció haberse visto afectado por el susto, quizá por no estar brindando como loco por el discurso de Byron. Su confesión aún estaba reciente, y de seguro que para él era mucho más vital que para nosotros.
Él había mirado una de las monedas de Jun, reflexivo, para después agradecerle la invitación. Lo curioso es que luego se metió la moneda en el bolsillo, no sabía cómo iba a reaccionar Jun ante esto, pero el cambio de tema que hizo Drake provocó que el ambiente volviese a cambiar un poco al que había antes. Su pregunta era sencilla, devolver el punto en cuestión, y Byron fue el primero en volver a tomar la palabra. Me estaba recordando a Juuken en esto de no dejarme responder a veces cuando quería, pero ese muchacho ya me estaba acostumbrando a ello.
- ¡Tengo pensado ir a Logue Town y partir para dejar huella en este mundo! – Exclamó cargado de ilusión. - ¿¡Por qué no venís conmigo y surcáis los mares bajo mi bandera?! - Preguntó dejándose llevar por la emoción que tenía aún en su interior.
Ante esto, empecé a reírme un poco. No por reírme de él o su propuesta, si no por contagiarme de su buen ánimo y entusiasmo. Le di dos pequeñas palmadas en la espalda de forma amistosa y tomé entonces la palabra.
- Me encanta tu actitud, Byron. Debes ir a por tus sueños, y espero que algún día llegues a lograr todo lo que has gritado antes… - Dejé un poco ese tono tan amistoso y poniendo mis brazos cruzados le miré con una sonrisa algo pícara. – Pero para tu desgracia, creo que somos rivales de sueño… no voy a poder acompañarte en tus aventuras…
Di un trago a la bebida antes de continuar hablando mientras disfrutaba un poco de su reacción mientras me reía un poco.
- Aunque oye, estás invitado a unirte a mis aventuras jajaja. – Le respondí devolviéndole el ofrecimiento que acababa de hacerme para hacerle rabiar un poco de broma. Miré entonces a Drake y Jun con una mirada menos bromista, sabiendo que ellos no estarían reaccionando igual que el joven Byron. – Y la oferta también os la tiendo a vosotros. Cualquier persona es bienvenida, el objetivo es que todos logremos cumplir nuestros sueños. – Concluí la invitación acompañada de una risa pequeña.
Dejé esta vez la bebida en la mesa y vi entonces que la camarera me había traído otra bebida que no había pedido, pero no iba a quejarme tampoco. La dejé al lado de la otra y miré fijamente a Drake.
- Si te soy sincero, entiendo muy bien lo que has dicho, es totalmente respetable… Yo soy como este chiquillo – Dije señalando a Byron riéndome un poco. – Aunque quizá menos alocado, pero sinceramente… prefiero lanzarme a por esto, que seguir viviendo una vida en la cual me encierro dentro de una aburrida rutina que no me llena para nada… necesito explorar el mundo, y conocer a cientos de personas interesantes.
Cogí la bebida nuevamente tras esta frase y la alcé levemente en el centro de la mesa, iniciando un brindis improvisado.
- Gente como vosotros, no los hubiese conocido en mi isla natal, formando parte de unos bandidos que asaltan a ricos y viven sólo para emborracharse. Brindo por conoceros hoy, y por conocer a más personas como vosotros en mi vida.
Drake se mostraba bastante más maduro que la mayoría, respondiendo a Byron que se relajase por el asunto de toquetear sus brazos. Era gracioso, porque la camarera de aquel bar seguía observando a Byron desde lejos, pendiente de si estaba bien atendido y tratando de memorizar su rostro. Si ella supiese cómo toqueteó al brazos largos, podría terminar teniendo un ataque real de celos.
Me gustó mucho una frase que dijo Drake, “Al final estamos aquí de paso”. Era una frase que había escuchado muchas veces en mi infancia, de boca de mis padres, pero había estado almacenada en un rincón perdido de mi memoria hasta ahora. Sacar a la luz dicha frase me hizo sentir una auténtica corazonada, al tiempo que me daba cierta tranquilidad la compañía de Drake.
- Sueños… - Dijo el muchacho con un tono reflexivo antes de continuar hablando.
Dicho tono, estaba afín al tono que tenía mi pregunta, pero su continuación se alejaba del espíritu de esta. Su respuesta me dejó algo cortado, aunque lo hizo con bastante madurez. Su estilo de vida actual no estaba para ese tipo de cosas.
- Ya veo… - Contesté en un tono más serio del habitual.
No podía replicarle nada, pues por un lado, me dolía la respuesta. Entendía que tenía su parte de razón, pero también me sonaba a las palabras de alguien que se ha rendido ante sus objetivos. Nunca es motivo de celebración escuchar algo así. Por otro lado, es comprensible que no todo el mundo está hecho para desvivirse por los sueños. Implicaba jugarse mucho, y antes de lanzarse a ellos, tienes que estar muy mentalizado, pues te estás jugando como mínimo, tu vida.
Levanté la mano para indicar a otro camarero que no tuviese sus ojos derretidos observando a Byron y pedí una bebida bien cargada de ron. El ambiente era bastante más serio tratado este punto con ese tono, sin embargo, también era respetable y no había que mostrar otra cosa que respeto.
No obstante, para mi sorpresa, Drake añadió otra frase que me impactó más aún.
- Me preocupa cenar hoy, no lo que haya después de esta vida.
Cada vez que añadía algo más en ese tono, sus palabras pesaban más sobre la mesa. Me daba la impresión de ser alguien que se había rendido definitivamente a sus sueños, y esas ojeras que hablaban por sí solas, parecían ir contando ya la razón detrás de todo.
Él se centró en comer, y un silencio absoluto inundó la mesa. Me sentía un poco mal por haber planteado la pregunta que sacó este ambiente, pero estaba seguro que Drake tampoco se sentiría bien. Byron observaba en silencio también. Así que suspiré largo y hondo antes de retomar la conversación, cuando llegó mi bebida. La agradecí, y justo cuando iba a darle un trago Drake retomó la palabra.
- Pero si tuviera que decir algo… - Dijo mientras parecía jugar con el atún entre sus manos, provocando una pequeña chispa en mi interior. Ese pero significaba una esperanza, sin duda.
Un hogar, su verdadero sueño era ese, un sitio al que llamar hogar y donde sentirse querido, bien recibido en todo momento, un refugio de paz y amor para protegerse y sanarse tras todo lo sufrido. Una vida sin sobresaltos, dedicándose a su pasión, el taller, construir cosas verdaderamente significativas con sus propias manos, no modelos estándar de muebles. Este hombre quería sentir la paz, al mismo tiempo que quería dejar un legado para el mundo, para la historia, o para la humanidad.
Este hombretón se había abierto en canal para nosotros, debía elegir bien mis palabras para corresponder su sinceridad. No obstante, Byron fue más rápido al tomar la palabra, manifestando estar de acuerdo con Drake.
Tras un buen trago a su copa, decidió dar un paso y contestar él a la pregunta. Le respondió con muchísimo entusiasmo sobre la libertad y viajar en el mundo, descubrir cosas que sólo él logre hacerlas. Fue tal su emoción, que terminó golpeando la mesa, algo que me sobresaltó un poco al estar aún afectado por las anteriores palabras de Drake. Si quería enganchar mi atención a su discurso, acababa de conseguirlo.
- Sí... Esa sería una forma de aplacar el ansia de curiosidad que hay en mí, pero hay un motivo todavía más importante... – Continuó generándome auténtica curiosidad, hasta que terminó por apuntarme con su dedo índice. - ¡Poder decir que yo lo he descubierto y tú no!
Reaccioné riéndome un poco, alzando las manos como señal de rendición para seguirle un poco el juego en su discurso. Levantó su jarra hacia arriba mientras continuaba su discurso con mucho más entusiasmo y determinación.
- La única forma de justificar y demostrar tu existencia es, dejando una marca imborrable, yo seré inmortal participando en mitos y leyendas de las épocas futuras.
Ahora, definitivamente había dejado que de verdad hablase su corazón, y para corresponderlo me levanté con orgullo, levantando mi vaso hasta brindar con la jarra de Byron.
- ¡Así se habla! – Exclamé para animarle más aún en su convicción.
Realmente podía subrayar cada palabra que había dicho, pero al mismo tiempo, discrepaba un poco en el modo de decirlo. Quizá sea por la diferencia de edad, o simplemente, no somos iguales al completo. Pero no podía negar que me hacía feliz ver a otra persona tan firme en su determinación.
Un sonido de impacto seco, con algo metálico me sobresaltó, provocando que se me cayese un poco de alcohol al suelo. Era la joven de antes, encapuchada, que venía directa a soltar esas monedas declarando que ella invitaba.
- ¡¡DIOS!! ¡¡QUE SUSTO ME HAS DADO!! – Le grité casi con cierto enojo por el susto que me había dado. Aunque al instante me di cuenta de la situación y me reí a carcajadas para suavizarlo. – Cualquier día de estos alguien me terminará matando de un susto jajajaja.
Era curioso que no la hubiese detectado. Seguramente se debía a lo concentrado que estaba ante la conversación que habíamos tenido, pero sin yo saberlo todavía, era muy probable que en realidad se debiese a sus habilidades robando indiscriminadamente. Sin embargo, Drake no pareció haberse visto afectado por el susto, quizá por no estar brindando como loco por el discurso de Byron. Su confesión aún estaba reciente, y de seguro que para él era mucho más vital que para nosotros.
Él había mirado una de las monedas de Jun, reflexivo, para después agradecerle la invitación. Lo curioso es que luego se metió la moneda en el bolsillo, no sabía cómo iba a reaccionar Jun ante esto, pero el cambio de tema que hizo Drake provocó que el ambiente volviese a cambiar un poco al que había antes. Su pregunta era sencilla, devolver el punto en cuestión, y Byron fue el primero en volver a tomar la palabra. Me estaba recordando a Juuken en esto de no dejarme responder a veces cuando quería, pero ese muchacho ya me estaba acostumbrando a ello.
- ¡Tengo pensado ir a Logue Town y partir para dejar huella en este mundo! – Exclamó cargado de ilusión. - ¿¡Por qué no venís conmigo y surcáis los mares bajo mi bandera?! - Preguntó dejándose llevar por la emoción que tenía aún en su interior.
Ante esto, empecé a reírme un poco. No por reírme de él o su propuesta, si no por contagiarme de su buen ánimo y entusiasmo. Le di dos pequeñas palmadas en la espalda de forma amistosa y tomé entonces la palabra.
- Me encanta tu actitud, Byron. Debes ir a por tus sueños, y espero que algún día llegues a lograr todo lo que has gritado antes… - Dejé un poco ese tono tan amistoso y poniendo mis brazos cruzados le miré con una sonrisa algo pícara. – Pero para tu desgracia, creo que somos rivales de sueño… no voy a poder acompañarte en tus aventuras…
Di un trago a la bebida antes de continuar hablando mientras disfrutaba un poco de su reacción mientras me reía un poco.
- Aunque oye, estás invitado a unirte a mis aventuras jajaja. – Le respondí devolviéndole el ofrecimiento que acababa de hacerme para hacerle rabiar un poco de broma. Miré entonces a Drake y Jun con una mirada menos bromista, sabiendo que ellos no estarían reaccionando igual que el joven Byron. – Y la oferta también os la tiendo a vosotros. Cualquier persona es bienvenida, el objetivo es que todos logremos cumplir nuestros sueños. – Concluí la invitación acompañada de una risa pequeña.
Dejé esta vez la bebida en la mesa y vi entonces que la camarera me había traído otra bebida que no había pedido, pero no iba a quejarme tampoco. La dejé al lado de la otra y miré fijamente a Drake.
- Si te soy sincero, entiendo muy bien lo que has dicho, es totalmente respetable… Yo soy como este chiquillo – Dije señalando a Byron riéndome un poco. – Aunque quizá menos alocado, pero sinceramente… prefiero lanzarme a por esto, que seguir viviendo una vida en la cual me encierro dentro de una aburrida rutina que no me llena para nada… necesito explorar el mundo, y conocer a cientos de personas interesantes.
Cogí la bebida nuevamente tras esta frase y la alcé levemente en el centro de la mesa, iniciando un brindis improvisado.
- Gente como vosotros, no los hubiese conocido en mi isla natal, formando parte de unos bandidos que asaltan a ricos y viven sólo para emborracharse. Brindo por conoceros hoy, y por conocer a más personas como vosotros en mi vida.