Anissa Marr
Nissa
28-08-2024, 08:56 AM
Iba siguiendo a mi salvador, mientras trataba de conversar con él amenamente y tal vez así obtener un poco de información de cómo era que estaban las cosas de este lado de la isla. El hombre parecía ir bastante centrado en lo que sea que estuviera en su mente ya que no se le veían las intenciones de platicar conmigo. De un segundo a otro, y de manera inesperada, el hombre dio media vuelta dejándome con la espalda pegada a una pared para después lanzar un puñetazo a unos pocos centímetros de mi cara, en un intento claro de intimidación que logró sorprenderme. Al parecer mi salvador solamente era un matón más que estaba detrás de mí por órdenes del prestamista, pero parecía que aquél hombre no les había contado con lujo de detalles por qué había puesto precio a mi cabeza. –Vaya, al parecer duró poco tiempo la fachada de caballero de brillante armadura.- le dije sin poder ocultar aún mi nerviosismo pero aun así tratando de sonar sarcástica.
No tenía modo de defenderme, al menos no a esta distancia, así que tenía que evitar sacar de sus cabales al peliblanco. –Bueno, bueno. Tan solo tenías que preguntarlo por las buenas, no había necesidad de hacer todo un show.- le dije con tono amigable mientras movía mis manos lentamente de un lado a otro, como si saludara a alguien a la distancia. –Realmente no hay mucho que decir, simplemente pedí un préstamo al hombre que te pagó para que me hicieras lo que sea que te haya ordenado. La cantidad, fue algo exorbitante, lo suficiente como para que una persona que no tiene un solo ingreso viva una vida cómoda y longeva. A la cantidad que tienes en tu mente súmale un cero y tal vez estés acertando en lo que debo. Tenía un tiempo pagando intereses trabajando casi todo el día hasta que me harté y me fui de la isla en un barco mercante haciéndome pasar por alguien más. ¿Es eso suficiente verdad para ti?- le platiqué de manera rápida, sincerándome pero asegurándome de no contar detalles innecesarios. –Y antes de que te hagas ideas estúpidas ya he gastado todo el dinero y no hay manera de recuperarlo.- continué eliminando toda posibilidad de que Dagan sufriera las consecuencias de mis descuidos.
-¿Entonces, Muzen, qué va a suceder ahora?- le pregunté con una sonrisa retadora, tenía claro que si el hombre intentaba lanzar un golpe en mi dirección me lanzaría hacia un lado de una voltereta para preparar mi arma y vaciar la mitad del cargador mientras retrocedía para ganar distancia. –Suponiendo que el otro hombre no estaba contigo ¿es este el momento en donde traicionas a tu empleador? No serías tan hipócrita como para pedir la verdad y haber armado todo un teatro en el que te presentas como un “salvador” para hacerme confesar mis pecados y después cumplir con lo que se te ordenó ¿verdad?- seguí con un tono retador y haciendo las comillas con mis dedos al mencionar la palabra salvador. La realidad era que estaba en una situación bastante complicada, si Muzen estaba coludido con más matones que me estaban buscando no pasaría mucho tiempo para que me encontraran si es que lograba quitarme a éste de encima.
No tenía modo de defenderme, al menos no a esta distancia, así que tenía que evitar sacar de sus cabales al peliblanco. –Bueno, bueno. Tan solo tenías que preguntarlo por las buenas, no había necesidad de hacer todo un show.- le dije con tono amigable mientras movía mis manos lentamente de un lado a otro, como si saludara a alguien a la distancia. –Realmente no hay mucho que decir, simplemente pedí un préstamo al hombre que te pagó para que me hicieras lo que sea que te haya ordenado. La cantidad, fue algo exorbitante, lo suficiente como para que una persona que no tiene un solo ingreso viva una vida cómoda y longeva. A la cantidad que tienes en tu mente súmale un cero y tal vez estés acertando en lo que debo. Tenía un tiempo pagando intereses trabajando casi todo el día hasta que me harté y me fui de la isla en un barco mercante haciéndome pasar por alguien más. ¿Es eso suficiente verdad para ti?- le platiqué de manera rápida, sincerándome pero asegurándome de no contar detalles innecesarios. –Y antes de que te hagas ideas estúpidas ya he gastado todo el dinero y no hay manera de recuperarlo.- continué eliminando toda posibilidad de que Dagan sufriera las consecuencias de mis descuidos.
-¿Entonces, Muzen, qué va a suceder ahora?- le pregunté con una sonrisa retadora, tenía claro que si el hombre intentaba lanzar un golpe en mi dirección me lanzaría hacia un lado de una voltereta para preparar mi arma y vaciar la mitad del cargador mientras retrocedía para ganar distancia. –Suponiendo que el otro hombre no estaba contigo ¿es este el momento en donde traicionas a tu empleador? No serías tan hipócrita como para pedir la verdad y haber armado todo un teatro en el que te presentas como un “salvador” para hacerme confesar mis pecados y después cumplir con lo que se te ordenó ¿verdad?- seguí con un tono retador y haciendo las comillas con mis dedos al mencionar la palabra salvador. La realidad era que estaba en una situación bastante complicada, si Muzen estaba coludido con más matones que me estaban buscando no pasaría mucho tiempo para que me encontraran si es que lograba quitarme a éste de encima.