Yoshiro detectó el molesto olor del humo de un tabaco, al mirar al culpable se encontró con un hombre ya canoso con alas en su espalda, era molesto su olor pero no estaba violando ninguna regla así que simplemente decidió ignorarlo pues suponía que se iría en cualquier momento. La cosa es que el hombre notó su mirada y como si leyera su mente apagó su tabaco, Yoshiro alzó una ceja confuso ¿Acaso había hablado en voz alta cuando pensó en lo molesto que era el olor?
El hombre con alas se puso de pie y empezó a acercarse saludando con una mano, Yoshiro no sabía las intenciones de aquel hombre pero no le costaba nada devolver el saludo así que lo hizo. Aquel hombre con alas miró el cielo y el mar y de forma muy casual empezó una conversación a la cual Yoshiro seguiría-Así es, el clima en esta isla siempre es muy bueno-el también miró el mar, miraba el sedal hundido en el agua a la espera de que algo la jalara tras morder el anzuelo.
De pronto el hombre volvió a hablar y Yoshiro le prestó atención, al parecer quería comprarle un pescado aunque bueno, el muchacho apenas estaba empezando, pero los buenos rumores era lo que animó al hombre querer probar un buen pescado-Suelo vender pescado. Pero ya tengo la hielera vacía, por eso hoy he decidido darle tiempo a la pesca-confesó el muchacho mientras volvía a mirar el sedal, aún nada...
Aunque a decir verdad, esta isla tiene más fama por sus buenos artesanos. Cómo yo-reveló con orgullo mientras sonreía y apuntaba con su pulgar su casa, que en realidad era una tienda de artesanías. Desde vasijas, platos, vasos, algunas canastas, ropa, sombreros, cuchillos y machetes podrían verse desde el la ventana y la puerta de vidrio temblado.
Pero si lo que busca es pescados o mariscos de una especie en específico le sugiero ir a la pescadería cerca del muelle. Conozco a esa gente, no decepcionan en cuanto a cantidad y calidad. Suelo ir cuando se me antoja comer cangrejo-reveló mientras se encogía de hombros divertido al darse cuenta que se volvió algo muy común para él ¡Era culpa de su padre que solía dejar los sábados para una cena de cangrejo a vapor!
El hombre con alas se puso de pie y empezó a acercarse saludando con una mano, Yoshiro no sabía las intenciones de aquel hombre pero no le costaba nada devolver el saludo así que lo hizo. Aquel hombre con alas miró el cielo y el mar y de forma muy casual empezó una conversación a la cual Yoshiro seguiría-Así es, el clima en esta isla siempre es muy bueno-el también miró el mar, miraba el sedal hundido en el agua a la espera de que algo la jalara tras morder el anzuelo.
De pronto el hombre volvió a hablar y Yoshiro le prestó atención, al parecer quería comprarle un pescado aunque bueno, el muchacho apenas estaba empezando, pero los buenos rumores era lo que animó al hombre querer probar un buen pescado-Suelo vender pescado. Pero ya tengo la hielera vacía, por eso hoy he decidido darle tiempo a la pesca-confesó el muchacho mientras volvía a mirar el sedal, aún nada...
Aunque a decir verdad, esta isla tiene más fama por sus buenos artesanos. Cómo yo-reveló con orgullo mientras sonreía y apuntaba con su pulgar su casa, que en realidad era una tienda de artesanías. Desde vasijas, platos, vasos, algunas canastas, ropa, sombreros, cuchillos y machetes podrían verse desde el la ventana y la puerta de vidrio temblado.
Pero si lo que busca es pescados o mariscos de una especie en específico le sugiero ir a la pescadería cerca del muelle. Conozco a esa gente, no decepcionan en cuanto a cantidad y calidad. Suelo ir cuando se me antoja comer cangrejo-reveló mientras se encogía de hombros divertido al darse cuenta que se volvió algo muy común para él ¡Era culpa de su padre que solía dejar los sábados para una cena de cangrejo a vapor!
De pronto Yoshiro sintió un jalón en su caña, sujeto el carrete y jaló hacia él, luego dejó que el carrete se liberara un poco para luego frenar y jalar, el pescado era fiero pero más fiero era el mitad tiburón. Empezó a recoger el carrete y tiró con todas sus fuerzas logrando sacar del agua un gran Pargo Rojo de 80 cm.
¡Ojo! Nada mal para ser el primero-recogiendo el sedal para atraer al pescado que aún se movía en un intento de safarse del anzuelo-¿Que le parece? ¿Lo quiere?-le preguntó al hombre mientras sostenía al pescado, no quería que de milagro escapara.
Resultado: 2 pesca exitosa