- Yui. - Dijo con una reverencia un ciudadano de Shimotsuku al cruzarse al chico. - Sensei Suzuki. - Dijo otro minutos después haciendo la misma referencia. - Joven Lobo. - Dijo con otra reverencia un tercero cuando el espadachín paseaba por un camino costero. Yui Suzuku, la segunda espada del diente Oeste, el lobo Suzuki, un maestro a pesar de tener tan solo 24 años. Era un joven respetado en aquella isla, siempre tranquilo, concentrado y amable de cara a las buenas gentes del lugar. No obstante su rostro ocultaba arrogancia, el joven peleaba por combatir las consecuencias del éxito y la fama a tan temprana edad. Había salido a pasear, un hábito común en su rutina, una rutina en busca del autoconocimiento y el entendimiento. Tenía el pelo largo, azabache, con una coleta que descendía hasta debajo de sus nalgas, era apuesto con unas facciones muy simétricas. Vestía un Kimono cruzado negro claro con unos Kanjis de un negro mas oscuro en el lateral "地獄 の 足". A media altura una tela marrón envolvía y agarraba la funda de su espada, a su espalda.
Antes de llegar junto al banco en el que descansaba el pescador y su acompañante Yui levantó la vista para fijarse en ellos, el sujeto alado y sus dos espada captaron totalmente su atención, era muy extraño ver a un Lunarian en aquel lugar. También se quedo ligeramente sorprendido por la soltura del pescador y la gran presa que había pescado. Se acercó lentamente al grupo y con una reverencia saludó. - Buenos días. Perdón que os interrumpa. Mi nombre es Yui Suzuki. - Hizo una breve pausa y continuó, ahora dirigiéndose directamente al lunarian. - No he podido evitar fijarme en tus espadas. Reconozco una de ellas. La he visto en el taller del diente Oeste. Es un buen filo. ¿Sabes usarlo? - Preguntó con una falsa sonrisa invitando al espadachín a batirse en duelo. Hubiese invitado a ambos, pero para el, el segundo hombre tan solo era un pescador.