Nagaki
Medusa
29-08-2024, 02:47 AM
El aire helado del bosque se sintió más pesado tras la confrontación con Hyun, cuyo grito desgarrador aún reverberaba en mis oídos pese a que salía corriendo a la distancia tras haberme dado su canica. Miré a mi alrededor, pero el entorno parecía imperturbable, ajeno a la inminente oscuridad que sentía en mi interior. Con la adrenalina corriendo por mis venas, busqué a Boo, que se había mantenido al margen, observando, consciente de que su papel era crucial en esta batalla de voluntades.
—Boo, patrulla, cerca de mi. Vigila —dije con voz tenebrosa con tono firme—.
El minion asintió, sus ojos brillando con una mezcla de lealtad y preocupación. Era un fantasma metro y medio, guiando sus destellos de forma cautelosa mientras se colocaba a mis espaldas. Fue entonces cuando decidí regresar al lago, a ese lugar en donde la serenidad y la incertidumbre convivían en la misma orilla. Allí fui bendecida por Norfeo, tendría que volver para ver si había otro cartel.
El camino me pareció más largo de lo que realmente era. Mientras me alejaba de la escena, el recuerdo de la confrontación con Hyun flotaba en mi mente como un eco que me enorgullecía. Otro combate, otra muestra para Norfeo de mi voluntad. Al llegar al lago, me detuve en la orilla, observando cómo las olas suaves rompían contra las rocas. El agua, pura y misteriosa, ofrecía su calma. Era el refugio perfecto para meditar y esperar a que Norfeo hablara de nuevo. Boo se encargaría de avisarme si pasaba algo.
Sin pensarlo dos veces, avancé hacia el lago hasta que el agua me llegó por cintura, dejando que el agua fría me rodeara de nuevo y comencé a estirar de nuevo. Curiosidad y una especie de instinto me llevaron a tocar el agua con mis manos. Mientras lo hacía, un escalofrío subió por mi columna. Era como si el lago me reconociera, sus aguas vibrando con la energía de lo que había sucedido. En ese instante, miré hacia la superficie y vi la imagen de mi reflejo, distorsionada. Me vi a mí misma no solo como una chica asustada, sino también como un ser tenebroso, alguien que podía superar los retos.
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
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Sin pensarlo dos veces, me lancé al agua, seguida al poco por Boo. La sensación de inmersión fue revitalizadora; el frío se convirtió en un alivio inmediato. Nadé, sintiendo como la presión de los límites se desvanecía. El silencio del fondo marino me envolvió, y con cada brazada, la carga del miedo se disipaba. Avancé hacia la parte más profunda, dejando atrás la orilla y el tumulto que me había perseguido. Era liberador sumergirse en la oscuridad, como si el lago guardara secretos que estaban esperando ser descubiertos.
A medida que me adentraba, el agua se tornaba más oscura, y con ella, mi mente se enfocó. Sabía que había algo más en juego que mi propia supervivencia. Una fuerte pulsión me empujaba a entender el propósito de Norfeo, el propósito de esta canica que mantenía en mis manos. Al fondo, el instinto me decía que la respuesta estaba esperándome en la profundidad, como una joya perdida en las sombras.
Un giro en el agua me mostró destellos de luz que cruzaban en el fondo. Era mi señal, y un fuego interno comenzó a avivarse en mi pecho. Había que navegar por las corrientes del destino, pero primero, necesitaba encontrarme en lo profundo, enfrentar mis miedos y salir a la superficie con algo más que una simple respuesta. Sabía que cada desafío llevaría consigo una lección, un paso más cerca de ser el guerrero que Norfeo había comenzado a intentar despertar en mí. Nadé hacia la oscuridad, con la certeza de que la verdadera batalla no solo sería contra los monstruos externos, sino también contra aquellos que habitan en mi interior.