Lobo Jackson
Moonwalker
29-08-2024, 04:29 PM
(Última modificación: 29-08-2024, 04:36 PM por Lobo Jackson.)
Su descenso siguiendo el curso del riachuelo pronto se vio interrumpido por una nauseabunda llamada de atención que atacó su olfato sin piedad. Un aroma repulsivo que venía desde otro lado de la colina, arrastrado por el viento junto a los llantos y quejidos que resonaban entre aquellas miserables montañas de cumbres escarpadas.
- ¡Puaj! ¿Cómo es posible que pueda oler algo tan asqueroso a través de esta máscara-gara? - Exclamó. Una expresión de angustia parecía verse reflejada en arrugas sobre sus metálicas facciones.
Lleno de curiosidad por descubrir el origen de la peste, subió una pendiente cercana y asomó la cabeza, donde apenas sus dos ojos brillantes podrían ser vistos desde la lejanía como dos luciérnagas frente al cielo encapotado. Ante él se desplegó un panorama que daba a un descampado cercano sobre el que se encontraban reunidas varias personas de aspecto singular. Robot Jackson observó la escena desde aquel punto de vista privilegiado, a unos 20 metros de distancia y 20 de altura sobre aquella pequeña colina que hasta ese momento le mantenía oculto.
- ¿Pero qué...? ¿Quiénes son esos-gara? Un momento... - Afinó la vista, haciendo que sus ojos se iluminasen con varios destellos analíticos. - Esos números flotando sobre sus cabezas, esos laureles dorados-gara... Deben de ser esos de los que hablaba la voz, los sirvientes de aquel quien se cree un supremo y se da aires de divinidad-gara. -
Contempló desde lo alto a los miembros del séquito divino. Los fieles seguidores de aquel presunto dios eran: un colosal hombre tiburón con más músculos que cabeza, una hermosa rubia con un buen rifle entre las manos, un pelirrojo mitad arenque cuya piel parecía estar hecha de roca... ¿Y también una sirena? Y un... ¿Padre soltero... Con un enorme hijo amorfo cuya madre debía de ser un limón mutante...? Y... ¿Eso era un pato con un pico mentón capaz de atravesar un iceberg de lo grande que era y que llevaba una escopeta...? ¿Y u-una caca andante...?
- Sí, definitivamente ese tipo de seguidores son los que se merece ese lamentable intento de dios-gara... - Dijo para sí mismo con cierto desagrado de los adversarios contra los que se imaginaba que habría de luchar.
Se mantuvo agazapado tras la colina con ojo avizor, observando los movimientos del extraño grupo que parecía se movía de un lado para otro hasta que, de pronto, el tiburón pareció dar órdenes de atacar hacia un punto mientras que él mismo y la hez andante salieron en dirección al bosque para lo Robot Jackson imaginó que sería un ataque. Aun así, la situación numérica seguía a favor de sus enemigos y lo más lógico sería marcharse para no luchar en desventaja, aprovechando que todavía no había sido descubierto para planear una táctica más elaborada.
Pero él no era un cobarde.
Se puso de pie sobre aquella colina solitaria, envuelta en la penumbra del cielo tormentoso, y emergió lentamente con pasos firmes y decididos. Su figura, alta y heroica, resaltaba su aspecto de guerrero vestido con la majestuosa armadura argéntea decorada con líneas escarlata. La lluvia seguía cayendo sobre él a merced del viento huracanado del lugar, pero nada podía opacar su brillante coraza. Y cuando alcanzó el punto más alto de la colina se detuvo, girándose sobre los talones y adoptando una espectacular pose de batalla: el pie derecho adelantado, los brazos extendidos y su mirada puesta en el horizonte con aire desafiante.
De pronto, como si el cielo quisiera responder a su desafío, un rayo cayó con fuerza abrumadora a sus espaldas, iluminando la escena con un destello cegador. Su atronador estruendo sacudió la tierra, pero Robot Jackson permaneció inmóvil e inmutable, y la épica silueta de su cuerpo recortó contra el fulgor del rayo proyectando su larga sombra sobre la colina hasta el grupo de seguidores de Norfeo, como si se tratara de un reflejo de su determinación.
Fue en ese instante cuando, utilizando toda la fuerza de sus pulmones, habló con una voz potente y robótica desde lo alto de la colina en dirección al grupo de luchadores laureados:
- ¡Atentos, seguidores del falso mesías-gara! No importa cuán fuerte os creáis haber hecho con un poder prestado, aquí se acaba vuestro camino. ¡Preparaos para ser derrotados-gara! -
- ¡Puaj! ¿Cómo es posible que pueda oler algo tan asqueroso a través de esta máscara-gara? - Exclamó. Una expresión de angustia parecía verse reflejada en arrugas sobre sus metálicas facciones.
Lleno de curiosidad por descubrir el origen de la peste, subió una pendiente cercana y asomó la cabeza, donde apenas sus dos ojos brillantes podrían ser vistos desde la lejanía como dos luciérnagas frente al cielo encapotado. Ante él se desplegó un panorama que daba a un descampado cercano sobre el que se encontraban reunidas varias personas de aspecto singular. Robot Jackson observó la escena desde aquel punto de vista privilegiado, a unos 20 metros de distancia y 20 de altura sobre aquella pequeña colina que hasta ese momento le mantenía oculto.
- ¿Pero qué...? ¿Quiénes son esos-gara? Un momento... - Afinó la vista, haciendo que sus ojos se iluminasen con varios destellos analíticos. - Esos números flotando sobre sus cabezas, esos laureles dorados-gara... Deben de ser esos de los que hablaba la voz, los sirvientes de aquel quien se cree un supremo y se da aires de divinidad-gara. -
Contempló desde lo alto a los miembros del séquito divino. Los fieles seguidores de aquel presunto dios eran: un colosal hombre tiburón con más músculos que cabeza, una hermosa rubia con un buen rifle entre las manos, un pelirrojo mitad arenque cuya piel parecía estar hecha de roca... ¿Y también una sirena? Y un... ¿Padre soltero... Con un enorme hijo amorfo cuya madre debía de ser un limón mutante...? Y... ¿Eso era un pato con un pico mentón capaz de atravesar un iceberg de lo grande que era y que llevaba una escopeta...? ¿Y u-una caca andante...?
- Sí, definitivamente ese tipo de seguidores son los que se merece ese lamentable intento de dios-gara... - Dijo para sí mismo con cierto desagrado de los adversarios contra los que se imaginaba que habría de luchar.
Se mantuvo agazapado tras la colina con ojo avizor, observando los movimientos del extraño grupo que parecía se movía de un lado para otro hasta que, de pronto, el tiburón pareció dar órdenes de atacar hacia un punto mientras que él mismo y la hez andante salieron en dirección al bosque para lo Robot Jackson imaginó que sería un ataque. Aun así, la situación numérica seguía a favor de sus enemigos y lo más lógico sería marcharse para no luchar en desventaja, aprovechando que todavía no había sido descubierto para planear una táctica más elaborada.
Pero él no era un cobarde.
Se puso de pie sobre aquella colina solitaria, envuelta en la penumbra del cielo tormentoso, y emergió lentamente con pasos firmes y decididos. Su figura, alta y heroica, resaltaba su aspecto de guerrero vestido con la majestuosa armadura argéntea decorada con líneas escarlata. La lluvia seguía cayendo sobre él a merced del viento huracanado del lugar, pero nada podía opacar su brillante coraza. Y cuando alcanzó el punto más alto de la colina se detuvo, girándose sobre los talones y adoptando una espectacular pose de batalla: el pie derecho adelantado, los brazos extendidos y su mirada puesta en el horizonte con aire desafiante.
De pronto, como si el cielo quisiera responder a su desafío, un rayo cayó con fuerza abrumadora a sus espaldas, iluminando la escena con un destello cegador. Su atronador estruendo sacudió la tierra, pero Robot Jackson permaneció inmóvil e inmutable, y la épica silueta de su cuerpo recortó contra el fulgor del rayo proyectando su larga sombra sobre la colina hasta el grupo de seguidores de Norfeo, como si se tratara de un reflejo de su determinación.
Fue en ese instante cuando, utilizando toda la fuerza de sus pulmones, habló con una voz potente y robótica desde lo alto de la colina en dirección al grupo de luchadores laureados:
- ¡Atentos, seguidores del falso mesías-gara! No importa cuán fuerte os creáis haber hecho con un poder prestado, aquí se acaba vuestro camino. ¡Preparaos para ser derrotados-gara! -