Galhard escuchó con atención, notando el cambio en el tono de la conversación. La forma en que Alpha hablaba sobre el equilibrio y la madre naturaleza resonaba con una cierta melancolía, pero también con una firme convicción. Había algo casi filosófico en sus palabras, como si estuviera explorando verdades profundas que iban más allá de las simples interacciones diarias. Galhard tomó un momento para considerar su respuesta, sabiendo que la conversación había tomado un giro más serio y reflexivo.
—El equilibrio dices... Oi oi...Diría que es algo que puede cambiar mucho —respondió Galhard, su voz tranquila, pero con una nota de seriedad. —Somos parte de ese ciclo, nos guste o no. A veces, nuestras acciones alteran ese equilibrio, y otras veces, simplemente estamos cumpliendo con nuestro papel en él—Galhard se detuvo un momento, mirando su taza de té antes de continuar, quien diría que de un encuentro tan fortuito nacería una conversación de esta naturaleza
—¿Qué soy en esta ocasión? —repitió la pregunta con una pequeña sonrisita, como si estuviera reflexionando sobre la profundidad de esa cuestión. —Supongo que en este momento, soy un aventurero observador en busca de aprender y entender mejor este mundo junto a las personas que lo habitan. Mi papel puede cambiar, dependiendo de la situación, pero siempre trato de mantenerme fiel a lo que considero justo y necesario.—
Galhard sabía que la vida era un juego de equilibrio, uno en el que las líneas entre el depredador y la presa podían volverse borrosas. En su carrera como marine, había visto de todo: personas que habían perdido su camino, criaturas que seguían sus instintos, y lugares donde la naturaleza misma parecía estar en conflicto con las acciones humanas.
—Explorar y prepararse para lo que venga es parte de ese ciclo también —continuó, mirando a Alpha con una expresión más seria. —La paciencia, como dices, es crucial. A veces, la mejor acción es no apresurarse, sino esperar y observar, para tomar la decisión correcta en el momento adecuado aunque mentiría si no dijera que hay ocasiones donde la impulsividad guía nuestros movimientos.—
Galhard sabía que en este mundo, la paciencia era una virtud subestimada. Pero también era consciente de que, cuando el momento llegaba, era necesario actuar con determinación y claridad. Y aunque Alpha parecía estar en un viaje más personal y quizás solitario, Galhard no podía evitar sentir un cierto respeto por su enfoque.
—El equilibrio dices... Oi oi...Diría que es algo que puede cambiar mucho —respondió Galhard, su voz tranquila, pero con una nota de seriedad. —Somos parte de ese ciclo, nos guste o no. A veces, nuestras acciones alteran ese equilibrio, y otras veces, simplemente estamos cumpliendo con nuestro papel en él—Galhard se detuvo un momento, mirando su taza de té antes de continuar, quien diría que de un encuentro tan fortuito nacería una conversación de esta naturaleza
—¿Qué soy en esta ocasión? —repitió la pregunta con una pequeña sonrisita, como si estuviera reflexionando sobre la profundidad de esa cuestión. —Supongo que en este momento, soy un aventurero observador en busca de aprender y entender mejor este mundo junto a las personas que lo habitan. Mi papel puede cambiar, dependiendo de la situación, pero siempre trato de mantenerme fiel a lo que considero justo y necesario.—
Galhard sabía que la vida era un juego de equilibrio, uno en el que las líneas entre el depredador y la presa podían volverse borrosas. En su carrera como marine, había visto de todo: personas que habían perdido su camino, criaturas que seguían sus instintos, y lugares donde la naturaleza misma parecía estar en conflicto con las acciones humanas.
—Explorar y prepararse para lo que venga es parte de ese ciclo también —continuó, mirando a Alpha con una expresión más seria. —La paciencia, como dices, es crucial. A veces, la mejor acción es no apresurarse, sino esperar y observar, para tomar la decisión correcta en el momento adecuado aunque mentiría si no dijera que hay ocasiones donde la impulsividad guía nuestros movimientos.—
Galhard sabía que en este mundo, la paciencia era una virtud subestimada. Pero también era consciente de que, cuando el momento llegaba, era necesario actuar con determinación y claridad. Y aunque Alpha parecía estar en un viaje más personal y quizás solitario, Galhard no podía evitar sentir un cierto respeto por su enfoque.