Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Común] [C - Pasado] Encuentro con olor a pino
Shiro
Ninguno
Los segundos transcurrieron a la par que las amenazas iban en aumento. Si ya de por sí la situación había comenzado a ponerse incómoda para Shiro porque Bizvan se había agazapado sobre él para asomarse también, no tardó en acrecentarse cuando el tipo que instantes antes había pegado a la chica comenzó a amenazarla con quemarle un ojo con el cigarrillo que se había prendido.

- Ese hijo de puta sí que sabe amedrentar a alguien - pensó el espadachín mientras observaba la escena.

Normalmente al joven todas estas situaciones solían darle un poco igual. No le importaba un  comino lo que le pasase a nadie que no fuese él o su círculo más cercano… pero ver como la escena estaba continuando había conseguido removerle las tripas un poco para su sorpresa. No sabía si esto se debía a las aventuras que el chico estaba viviendo desde que había partido desde su isla natal o si era debido a las personas y las relaciones que estaba formando por el camino lo que estaba cambiándole… pero el caso es que para su asombro se vio así mismo algo molesto por la situación.

- No seas tonto… Así no conseguirás nada - pensó para sí mismo convenciéndose en que no hacer nada era el camino más sencillo para conseguir su objetivo.

Al revés nadie hubiese ido a ayudarlo, es más, no había mejor prueba que no todo el mundo era un alma gentil como Akari. Solo había que observar cómo el tuerto ni se inmutaba mientras todo pasaba. - Mente fría y céntrate en lo que tienes que hacer - siguió calmándose mientras por acto reflejo echaba mano del colgante que siempre llevaba consigo.

Por suerte, el joven no tuvo que seguir aguantando las ganas de intervenir, puesto que los tipos comenzaron a reñir entre ellos. Shiro había visto un montón de tipos así en las bandas de la Gray Terminal. Gente que trabaja junta por conveniencia, pero que no dudaría en darse una puñalada trapera si tuvieran ocasión. Por extraño que fuera la situación terminó de calmar al espadachín, no porque hubiesen dejado a la chica de lado momentáneamente, sino porque adentrarse en el ámbito de los bajos fondos le hacía sentirse como en casa y de ese modo ya volvía a estar tranquilo cuando el grandullón se giró en la dirección de los jóvenes dispuesto a salir del callejón.

El espadachín escondió la cabeza y se pegó a la pared tanto como pudo mientras sujetaba fuertemente el mango de una de sus espadas, listo para atacar al tipo nada más hiciese contacto visual con ellos. Si conseguía acabar con el primero antes de que el segundo se diera cuenta tendríamos una gran oportunidad de salir victoriosos al plantear una pelea dos contra uno… si es que el tuerto peleaba claro, aunque una vez más la suerte acudió al peliblanco y el grandullón iba tan enfadado que ni veía. Pasó por al lado de los chicos con la vista fija al frente mientras farfullaba en voz baja caminando con paso firme en la dirección contraria por la que la pareja se había adentrado al callejón.

Ante ellos se presentaba la disyuntiva de aprovechar que el tipo grande estaba dándoles la espalda para acabar con él o de dejarlo marchar y centrarnos en el que quedaba, pero una vez más los sucesos eligieron por Shiro y apareció un niño que estropeó la ocasión de poder algo. Este no llamó la atención del que se marchaba, pero sí que puso en alerta al que quedaba con la chica, el cual en algún momento había agarrado a esta del pelo y se disponía a llevársela a rastras por la otra salida del callejón. Shiro se asomó en el momento justo que el jovencito recibía una patada que le despegó los pies del suelo. Eso tenía que doler, pero el momento de tensión había activado la adrenalina en el cuerpo del espadachín y había entrado en el estado de trance que le embargaba en esas situaciones.

Analizó la situación y rápidamente descartó ayudar al joven. Seguramente tendría información de Kairi, pero no tenía por qué tenerla ni de los tipos que se la llevaban ni del lugar al que iban; así que su decisión se decantó por esperar unos segundos, los justos para no perder a la pareja que se marchaba, y salir de su escondite para marchar tras de ellos. Era la oportunidad que estaba esperando y no quería perderlos de vista, ya que si lo hacía no solo no los encontraría; sino que volvería a terminar perdido por el pueblo dando vueltas. Necesitaba contacto visual para saber a donde llevaban a la chica y no había tiempo que perder.

- Atiende tú al chico si quieres, yo voy tras ellos - dijo al tuerto rápidamente antes de marchar tras la pareja a una distancia prudencial. No sabía si el tuerto vendría con él o se quedaría con el muchacho, pero tampoco tenía tiempo ni de comprobarlo ni de preguntarle. El tiempo apremiaba y jugaba en su contra. A cada paso que daban era un paso más lejano de saber su destino.

Esta vez fue más la estructura urbana y su disposición que la suerte la que ayudó a Shiro a no perder su objetivo y tras unos minutos de caminata se dirigieron hacia la zona comercial del pueblo y se adentraron en un establecimiento. La zona no tenía para nada mala pinta. No se veía nada sospechoso por el alrededor, pero aún así donde habían entrado estaba claro.

- Retales Masao - leyó en voz alta el cartelito que colgaba sobre la puerta del local. Shiro nunca había tenido que comprar tela ni nada de eso. De coser se ocupaba Chieko cuando estaba viva, pero tenía pinta de que hoy se iba a enterar de como era una por dentro. - ¿Vamos? - le diría al tuerto si es que lo había seguido antes de adentrarse, sino lo haría solo.

Nada más pasar por el umbral de la puerta un fuerte aroma a piel sin curtir inundó las fosas nasales del espadachín haciéndole arrugar el gesto. Hacía mucho que el peliblanco no olía nada tan desagradable, pero hizo de tripas corazón y se adentró aún más encaminándose hacia el mostrador. Tras este se encontraba un hombre fornido, de brazos gruesos como troncos y unas cejas tan pobladas que le sobresalían por los lados de la cabeza. Este se encontraba sentado fumando de una enorme pipa y simplemente se limitó en girarse hacia los recién llegados mientras enarcaba una ceja a modo de interrogante. A simple vista no se veía ni a la chica ni al otro tipo, pero Shiro vio una puerta tras el tipo que parecía dar a una especie de taller.

- ¿Dónde estarán? - pensó el joven mientras observaba el local en busca de alguna pista.
#7


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[C - Pasado] Encuentro con olor a pino - por Shiro - 09-08-2024, 04:39 AM
RE: [C - Pasado] Encuentro con olor a pino - por Shiro - 29-08-2024, 06:33 PM

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