¿Sabías que…?
... un concepto de isla Yotsuba está inspirado en los juegos de Pokemon de tercera generación.
[Común] [C-Pasado] Diamante en bruto
Ragnheidr Grosdttir
The Storm
El dialecto con el que conversaba le hizo gracia a Padre. Airgid era una mujer enérgica, que después de una paliza de cuatro matones, ahí estaba, sentadita y contando todo lo que podía sin miramiento ni aspecto de ... No querer hacerlo. Eso agradó a Josis, que era un hombre de costumbres. En el momento en el que invitaba a alguien no solo a su casa, sino a la granja, le gustaba que fuera una relación recíproca, que el interés fuera mutuo. Muchas veces no conseguía este objetivo, pero si no se daba luchaba con todas sus fuerzas y con las fuerzas de los que le seguían para poder conseguirlo. Tal era su cabezonería. Se llevó la taza de té a la boca, dando un pequeño sorbo hasta que la volvió a dejar sobre la mesa. — Me encanta escuchar que La granja te recuerda a tu hogar. Es lo que intentamos con las almas perdidas que acaban en este sitio. — Melys sonrió, al ver que parecían entenderse. Tenía muchas ganas de una amiga nueva, eso estaba claro. — Tu historia es increíble, sin duda, pero el pasado, pasado es. Hay que pensar en el presente y cómo hacer próspera la vida de cada uno de nosotros. Aquí, la comunidad rema hacia el bien común y a que todos tengamos siempre las necesidades cubiertas. Incluso hemos llegado a enfrentar al reinado en muchas ocasiones. — Bebió de nuevo. — No es algo de lo que deba enorgullecerme, pues mi fe me impide esa banalidad, pero ... — Quiso seguir vanagloriándose, pero no pudo por que la mujer rubia le interrumpió con preguntas sobre Hammond. Bueno, de Hammond y varias cosas más. — Ya bueno ... — Tosió un poco a lo que Melys acudió a su costado, para ponerle una mano sobre el brazo. — Estoy bien pequeña, no te preocupes. — Miró de nuevo a Airgid. — Tienes mucho que ofrecer, más de lo que te imaginas. — Eso sería lo primero en contestar. Extrañamente, tomó la decisión de hacer hincapié en este relato y no en los demás. Y también casualmente, la granja iba escasa de mujeres. ¿Por qué?

No sé por qué te interesa tanto ese nórdico extraviado. A todo el mundo parece interesarle, pero de momento ha demostrado ser poco útil, la verdad. — Melys puso mala cara. — ¡Happi es muy majo! — Ante la respuesta de Josis, la niña se cayó de golpe. — ¡No necesitamos gente maja! — Comenzó a sollozar hasta que salió volando de aquel lugar, corriendo por un pasillo que había al final de la infinita hilera de libros. Se introdujo en uno de los quince baños y allí se sentó a llorar. — No le hagas caso, es una niña y los niños son emocionalmente muy fáciles de destruir. Pero crecerá. — Padre se levantó, llegando hasta su gloriosa biblioteca. Sacó un libro, rojo, hasta las hojas eran de ese mismo color. Volvió a sentarse en su silla, mientras abría el libro lentamente ante la más que posible mirada de Airgid. — La lengua que habla Hammond es extraña, y tenemos pocos libros que traten de ella o se la nombre. Salvo en los cuentos. — Se acercó un poco a la rubia, en un movimiento casi benevolente. — Mira. — Le enseñó una página. En ella aparecía una isla gigantesca de la que salía un pico tremendamente puntiagudo y cerca de aquellas montañas hombres. Pero no hombres normales, tan solo hacía falta medir, para ver que o el artista tenía muy mala capacidad de comprender la longitud o que realmente eso que estaba dibujado en el papel, no eran hombres comunes. — En las historias sobre gigantes, estos hablan en esa lengua. Se comunican abiertamente en una extinta lengua popularmente llamada "Språket til store menn" o traducida, "Lengua de hombres grandes". — Se llevó de nuevo el libro al colocarse de nuevo bien sentado. — Hammond debe ser un descendiente o algo así. Mira su altura. El idioma, su vestimenta. Debe ser, debe ser ... Pero solo son conjeturas de un viejo hombre. No hemos visto objetos con grabados particulares. Algo que debería tener.— Sonrió, después, tomó otro poquito de té. — Intento que se adapte, pero no es fácil. Es abiertamente pagano, la religión que él sigue es pagana hasta para los suyos, no te digo más. Pero nuestro señor abre la puerta a quién sea que tenga intenciones de cruzarla, como lo hará contigo. Tan solo tenéis que prestar atención y ser agradecidos. — Cerró el libro.

Entonces entró un caballero a toda prisa y se lo llevó. Después entró otro. — ¿Qué pasa? — Aquel hombre parecía nervioso. Vestía con ropa casi salvaje. Pieles y algún objeto colgando de sus piernas (algo muy común allí, clavar objetos varios en las ropas inferiores). El tipo miró a la chica, preocupado por soltar la información con ella delante. — ¡Vamos, no me hagas perder el tiempo! — Se asustó. Pero sirvió para que hablara. — Es Hammond señor. Tuvo una pelea en la taberna de Rick. — Josis se llevó una mano al rostro. — Hay ... Más. — Abrió los dedos, filtrando aquella mirada de hombre desgastado ... Casi rota. Miraba al suelo cuando le daban la información. — No ha tenido remordimientos en aliarse con Ming y sacarlo de su cárcel. — Josis se levantó, exaltado. Tiró al suelo la mesa que tenía delante. — ¡Eso es más impuro que el habla de esta niña! — Salió andando, aunque rápido, hacia la salida. — Detenedla. Encerradla en mi cámara, que no pueda moverse y a ser posible, hablar. No quiero más oposiciones.— Diría sin el menor remordimiento. Ni un ápice de esa bondad que denotaba minutos atrás. Al revés, era despiadado. Incluso el tipo que trabajaba para el le miró asustado. Sabía perfectamente qué buscaba. Las mujeres jóvenes le gustaban a Josis, siempre pedía que se las mandaran a su "cámara" como él llamaba a donde tenía escondido su cuarto de juegos. Allí las pobres niñas iban desorientadas y así no tenía que forzarlas a nada. Era la depravación personificada.

Saliendo de La granja, Hmmond y Ming corrían sin freno. — ¡No pienses que esto cambia nada, idiota! — El rubio iba con el rostro tapado, pero lo que tenía en la cabeza era muy diferente. Era un casco de batalla, plateado, de un metal tan viejo como el mismísimo océano. Desplegaba dos alas por los laterales e iba atado por una cuerda por la zona de la barbilla. Era su casco. Lo tenía escondido para que no se lo robaran al llegar a La granja. En la frente portaba inscritas en su lengua materna "Rompetormentas". Un apodo que le acompañaría el resto de su vida. — ¡Irrrr! — Ming se quedó ojiplático mientras avanzaba, saltando basura sin parar. Les seguían un centenar de personajes con antorchas, lanzas y diversas armas. — ¿Hablas? — Preguntó, extrañado. — Creía que no tenías ni lengua a estas alturas ... — El rostro pétreo como una roca. Sin emociones. No las necesitaba. — Calla ... — Respondió. — ¡SEGUIIRRR! — Rompió el silencio.
#10


Mensajes en este tema
[C-Pasado] Diamante en bruto - por Airgid Vanaidiam - 22-08-2024, 10:50 PM
RE: [C-Pasado] Diamante en bruto - por Ragnheidr Grosdttir - 29-08-2024, 06:56 PM

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