[Común] [C - Presente] Primeras andanzas de la tripulación conejil

King miraba el agua del mar apoyado en la borda del barco, aunque algo agachado para asegurarse de no caer. Nunca había sido fan de los baños en agua salada, después quedaba el pelaje todo pegajoso por culpa de la sal y era un auténtico martirio limpiarlo todo. Pero ahora estaban contraindicados para su salud. Eso si quería seguir respirando, claro. Desde aquel día en Loguetown no había vuelto a poder nadar, aunque no es que fuera muy dado a la natación, la verdad sea dicha. La fruta del diablo que había consumido demostró ser útil en varias ocasiones, además ya no sentía calor a pesar de ser verano, lo cual era la mejor ventaja que tenía. Pero al mismo tiempo era un riesgo enorme al viajar en un barco. Al menos sus nakamas podían ayudarle si se caía en algún momento.
 
Jack era bastante vivaracho para faltarle un brazo, y no le cabía duda de que el que le quedaba era más que suficiente para dar pelea, pero no tenía planes de meterse directamente en la boca del lobo sin preparativos. Y hablando de lobos, el médico de la tripulación decidió hacerle una pequeña visita antes de atracar el barco. – Caber caben. Pero si lo llenamos iremos acinados. Tampoco es que os fuera buscando con un cartel de “se busca médico”, me caísteis bien y os invité. No será distinto con los siguientes. Pero sí, nos hace falta un cocinero. – Respondió primero a Anissa antes de volcar su atención en su compañero de raza. Venía a darle un sermón sobre ser el capitán y todo eso. Normalmente lo habría encontrado condescendiente, pero era consciente de que ser el capitán de una tripulación pirata era tener las vidas de sus nakamas en sus manos. Una mala decisión podía acabar con todo. – El plan es abastecernos, descansar y mañana ver qué podemos saquear de Goa. Eso es lo mejor para todos, así no tendremos que robar absolutamente todo siempre, estamos sin un solo Berry. – Respondió. Tal vez Alexander era en el que más confiaba de todos, probablemente porque era un mink igual que él.
 
- ¿Pagarles por la info? No es que nos puedan denunciar a la Marina. La isla no tiene una base militar y la gente de ese basurero tengo entendido que son tratados como escoria y son todos criminales. Si nos dan información, será gratis. O a cambio de unos cuantos golpes. – Podía sonar sádico. Pero era mucho mejor que cómo funcionaban normalmente en ese tipo de lugares. Sólo hablaba de unos golpes, otros directamente torturarían y matarían al informador.
 
Finalmente el barco llegó a puerto y pudieron descender. Él lo hico antes de que pusieran la pasarela. Ventajas de ser un conejo. Para su sorpresa, la primera persona que vio acercarse a ellos era otro mink lobo. – No esperaba encontrar a un congénere en un pueblo. ¿Amigo o enemigo? – Inquirió. Incluso siendo un mink no podía ser confiado, no era imbécil, sabía que los minks podían ser tan mezquinos como los humanos.