Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
[Común] [Pasado] Extraño comiendo en la Isla Kilombo
Jun Gunslinger
Nagaredama
El susto que Lance se llevó al verla fue casi cómico para Jun, pero no lo suficiente como para arrancarle una risa. En lugar de eso, mantuvo su habitual expresión despreocupada mientras tomaba asiento junto a él. Reconocía que su entrada en la conversación había sido ruidosa y un poco brusca, pero así era ella.

Observó cómo Drake, el gigante de brazos largos, tomaba solo una de todas las monedas que había dejado sobre la mesa. "Qué austero", pensó, mirandolo con una mezcla de curiosidad y desconcierto. No solía toparse con gente poco ambiciosa, pero no hizo ningún comentario al respecto. Simplemente se encogió de hombros, apartando la mirada como si el dinero ya no le importara. El grupo parecía haberla aceptado en la mesa, y para ella eso era suficiente. Si alguno de los otros quería tomar o utilizar las monedas para pagar la cuenta, no se opondría. Después de todo, ellos le habían dado algo más valioso: una oportunidad de escapar. Y lo mejor era que aún conservaba la parte más suculenta de su botín.

Mientras los jovenes conversaban, levantó el brazo para llamar a la camarera, que la observaba desde la distancia. Sin usar palabras y con un simple gesto de su mano, logró hacerle entender que quería una cerveza. Decidió que se merecía un momento de pausa, una pequeña tregua en su vida de constante caos y movimiento.

Sus ojos volvieron a centrarse en el grupo. Observó con atención cada vez que uno de los jóvenes tomaba la palabra y, aunque se había unido a una conversación ya iniciada, no se tardó mucho en entender cual era el tópico.

La propuesta de Byron logró capturar su atención al instante. Ese muchacho, con sus ojos violáceos llenos de entusiasmo e ilusión, hablaba con una pasión que despertó una chispa de interés en la Gunslinger. Al oírle hablar sobre surcar los mares bajo su bandera, Jun no pudo evitar imaginarse a sí misma en alta mar, con el viento acariciándole el rostro y revolviéndole el cabello, buscando aventuras más allá del horizonte. La idea de unirse a él era tentadora, pero su instinto la haría ser cautelosa. Jun sabía que los sueños, por muy grandes que fueran, podían convertirse en cadenas si uno no tenía cuidado. Le pasó más de una vez.

Sería Lance el primero en responder, con una risa animada y una palmada amistosa en la espalda de Byron. Amablemente rechazó la oferta del muchacho, pero lo hizo de una manera que no cerraba puertas a nadie. Invitó a Byron a seguir su propio camino, y de la misma forma extendió su propuesta hacia Drake y Jun. La peliazul esbozó una pícara sonrisa torcida. Pensó que, tal vez, por dispar que fuera aquel grupo, podría tener potencial y ser algo más que una simple compañía pasajera.

Jun afiló la mirada. Tomó una moneda y jugó con ella entre sus dedos, y se reclinó en el asiento mientras escuchaba las palabras que el albino pronunciaba hacia Drake. Eso que le dijo, ella lo podía entender; conocía bien la sensación de sentirse enjaulada, presa de la monotonía de vivir en un lugar que no ofrecía más que días repetitivos y sin emoción. Aunque hacia lo posible por encontrar nuevas experiencias, aventuras y diversión, su espíritu rebelde se encontraba constantemente chocando contra las paredes de la rutina.

Sabía lo que era soñar con la libertad, con la posibilidad de escapar y explorar el mundo sin restricciones. Su sueño no era muy pretencioso. Solo deseaba surcar los mares, conocer el mundo y disfrutar de todo lo que este pudiera ofrecerle. El poder, la riqueza, la fama, todas esas cosas que un pirata podría anhelar para ella eran secundarias. Vivir cómodamente y hacer lo que quisiera sería suficiente para mantenerla feliz. Jun solo deseaba ser libre.

La camarera finalmente llegó con la cerveza, y Jun la tomó en la zurda después de agradecer con un ligero asentimiento de cabeza. Bebió un sorbo largo, dejando que el amargo sabor del alcohol le refrescara la boca y la mente. 

A medida que avanzaba la conversación, Jun se daba cuenta de que, a pesar de sus diferencias, todos en esa mesa parecían compartir algo fundamental: un deseo inquebrantable de libertad. Con la bebida en mano, decidió que era su momento de intervenir. No acostumbraba a hablar mucho sobre sus propios deseos o planes, pero la ocasión requería un enfoque diferente. Si quería salir de Isla Kilombo, necesitaba más que su propia astucia; necesitaba aliados. Sus ojos se afilaron, revelando la decisión que estaba tomando en ese preciso momento. No le interesaba tanto quién compartiera sus sueños o sus motivaciones. Lo único que le importaba era salir de esa jaula y lanzarse a la aventura.

Bueno —dijo, su voz cortando el aire con una claridad que haría que todos la miraran—. A mi no me importa quién tenga los sueños más grandes o las ambiciones más nobles. No estoy aquí para decidir qué bandera seguir. Lo que me gustaría saber, es algo mucho más simple y directo.

Jun se inclinó para enfocar su mirada en Byron y Lance, y se cruzó de brazos mostrando una expresión desafiante.

¿Quién de los dos tiene un barco? —preguntó, sin rodeos—. No me malinterpreten —continuó después, observando las reacciones en los rostros de los tres jóvenes. Sabía que a veces su forma de hablar podía caer mal—. No estoy diciendo que no me importen sus sueños. Pero si tuviera que tomar una decisión, quiero saber primero si podríamos empezar a movernos, y que no están hablando solo por hablar.

La muchacha dejó que sus palabras calaran hondo y se asentaran, mientras le daba otro sorbo a su cerveza y pintaba un bigote de espuma en su labio superior. Si iban a formar un grupo o algo así, necesitaba que fuera sobre bases sólidas. También necesitaba un barco, y, obviamente, gente dispuesta a navegar hacia lo desconocido. Llevaba años esperando, más que lista para dar el siguiente paso, pero solo lo haría siempre y cuando alguno de ellos estuviera dispuesto a llevarla más allá del horizonte que había conocido hasta ahora.

Así que, ¿quién lo tiene? —repitió, sus ojos amatista destellando con una intensidad que no admitía evasivas.
#15


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RE: [Pasado] Extraño comiendo en la Isla Kilombo - por Jun Gunslinger - 30-08-2024, 02:22 AM

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