Marvolath
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30-08-2024, 05:17 AM
(Última modificación: 30-08-2024, 05:19 AM por Marvolath.
Razón: Añadir aspecto onírico
)
[personajeinvalido=542]
Cuando se hubo acostumbrado a su nueva altura, encontró que la longitud de las piernas era tremendamente útil para correr. El viento soplaba con fuerza, pero quizá por suerte o por designios que no terminaba de comprender, le empujaban hacia las montañas. Nunca antes había sentido esa velocidad, y nuevamente sintió vértigo. Ocupado en estos pensamientos, se internó sin darse cuenta en lo que diría que era un valle. El viento dio paso a la lluvia, y a una cacofonía de sonidos.
Lamentos y quejidos le llegaban de todos lados, y buscó nervioso su procedencia.
- ¿Hay alguien herido? ¿Necesitas ayuda? Puedo hacerte un buen precio. - gritó, intentando hacerse oír por encima de los demás sonidos.
Cerró los ojos, intentando distinguir una respuesta clara entre el mar de voces. Fue entonces cuando distinguió gritos, maldiciones, el choque de metal con metal, explosiones de pólvora, y ¿música? Reanudó la carrera, hasta encontrar la escaramuza que tenía lugar tras unos pocos giros en el camino. Se escondió tras una roca, quizá más pequeña de lo que su tamaño aconsejaría, para observar la situación.
Parecía evidente que había dos bandos, y no dudó en suponer que habían unido fuerzas para conseguir las canicas del otro. No sabía por qué eran importantes, pero le preocupaba perder la suya si se involucraba. Resolvió quedarse donde estaba, a salvo. Ya ofrecería sus servicios a los que quedaran. Pero fue entonces cuando vio una situación que había vivido muchas veces desde que se había marchado de su casa: una masa de músculos abusando de un pequeño e indefenso. Él siempre rogaba que alguien le ayudase. Pues bien, hoy él sería ese alguien.
Se incorporó con decisión, pero antes de dar un solo paso notó que las fuerzas le abandonaban. Le pareció escuchar una risa entre los lamentos de la montaña. Sacudió la cabeza para despejarse, y sacando fuerzas de su ira corrió hacia el gigante verde, plantándose a escasos metros.
- ¡EH! ¿No te han dicho que te metas con uno de tu tamaño? - miró alrededor, y señaló al hombre tiburón que luchaba unos metros más allá - Con ese, por ejemplo. Aunque bien visto, parece ocupado.
Suspiró, y cargó, golpeando con el escudo.
Cuando se hubo acostumbrado a su nueva altura, encontró que la longitud de las piernas era tremendamente útil para correr. El viento soplaba con fuerza, pero quizá por suerte o por designios que no terminaba de comprender, le empujaban hacia las montañas. Nunca antes había sentido esa velocidad, y nuevamente sintió vértigo. Ocupado en estos pensamientos, se internó sin darse cuenta en lo que diría que era un valle. El viento dio paso a la lluvia, y a una cacofonía de sonidos.
Lamentos y quejidos le llegaban de todos lados, y buscó nervioso su procedencia.
- ¿Hay alguien herido? ¿Necesitas ayuda? Puedo hacerte un buen precio. - gritó, intentando hacerse oír por encima de los demás sonidos.
Cerró los ojos, intentando distinguir una respuesta clara entre el mar de voces. Fue entonces cuando distinguió gritos, maldiciones, el choque de metal con metal, explosiones de pólvora, y ¿música? Reanudó la carrera, hasta encontrar la escaramuza que tenía lugar tras unos pocos giros en el camino. Se escondió tras una roca, quizá más pequeña de lo que su tamaño aconsejaría, para observar la situación.
Parecía evidente que había dos bandos, y no dudó en suponer que habían unido fuerzas para conseguir las canicas del otro. No sabía por qué eran importantes, pero le preocupaba perder la suya si se involucraba. Resolvió quedarse donde estaba, a salvo. Ya ofrecería sus servicios a los que quedaran. Pero fue entonces cuando vio una situación que había vivido muchas veces desde que se había marchado de su casa: una masa de músculos abusando de un pequeño e indefenso. Él siempre rogaba que alguien le ayudase. Pues bien, hoy él sería ese alguien.
Se incorporó con decisión, pero antes de dar un solo paso notó que las fuerzas le abandonaban. Le pareció escuchar una risa entre los lamentos de la montaña. Sacudió la cabeza para despejarse, y sacando fuerzas de su ira corrió hacia el gigante verde, plantándose a escasos metros.
- ¡EH! ¿No te han dicho que te metas con uno de tu tamaño? - miró alrededor, y señaló al hombre tiburón que luchaba unos metros más allá - Con ese, por ejemplo. Aunque bien visto, parece ocupado.
Suspiró, y cargó, golpeando con el escudo.
CON101
CONTUNDENTE
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
17
1
Dando un firme paso en el que el usuario buscará generar toda la potencia de impulso y una cierta inercia con la que golpeara con su arma sin compasión a su objetivo causando un [Empuje] de 5 metros.
Golpe Básico + [FUEx2] de [Daño contundente]