Silver D. Syxel
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30-08-2024, 03:48 PM
(Última modificación: 30-08-2024, 03:49 PM por Silver D. Syxel.)
Aún sobre los hombros del coloso verde, notó cómo la situación cambiaba rápidamente. Las palabras del gigante, ahora desprovistas de humor, llegaron a sus oídos con la amenaza implícita de alguien que no estaba acostumbrado a que lo tomaran a la ligera. La advertencia del grandullón resonó en su mente, pero antes de que pudiera reaccionar, un nuevo jugador entró en escena.
Una figura alta y desgarbada, con una armadura que parecía haber visto mejores días, apareció de repente, gritando algo sobre enfrentarse a alguien de su tamaño. El hombre señalaba a lo lejos, donde el gyojin tiburón luchaba ferozmente, pero sus palabras se dirigían claramente al gigante verde.
“¿Ahora qué? ¿Refuerzos?” pensó, apenas logrando girar la cabeza para ver al recién llegado. Su desconcierto duró solo un instante, pero fue suficiente para que Balagus aprovechara la oportunidad.
El capitán sintió cómo las enormes manos de su oponente lo sujetaban con fuerza, levantándolo con una facilidad que solo alguien de la talla de Balagus podría demostrar. Antes de que pudiera reaccionar, Silver fue lanzado por los aires, directo hacia el hombre que acababa de unirse al combate.
— ¡Esto no estaba en el guion! —gritó mientras volaba por el aire, retorciendo su cuerpo en un intento de aterrizar con gracia, o al menos sin romperse nada importante.
El viento azotaba su pelaje mientras se preparaba para el impacto, calculando cómo usar la inercia a su favor. En un instante, decidió su próximo movimiento: usaría el escudo del nuevo guerrero como plataforma para impulsarse de vuelta al combate.
Al momento de contacto, sus patas tocaron la superficie del escudo de Marvolath. Sintió el empuje inmediato mientras el hombre intentaba ayudarlo, dándole el impulso que necesitaba para recuperarse en el aire.
— ¡Gracias por el empujón! —exclamó.
El impulso que el nuevo contendiente le dio con el escudo fue más fuerte de lo que Silver había anticipado. Sintió cómo la fuerza del empuje lo llevaba hacia adelante. Pero en lugar de luchar contra la inercia, decidió aprovecharla. Después de todo, ¿por qué detenerse cuando podía usar ese impulso para devolver el golpe?
— ¡Esto empieza a parecer un juego y no me gusta ser la pelota! —exclamó Silver con una mezcla de sorpresa y diversión mientras se dejaba llevar por la fuerza del empuje.
Al ser lanzado hacia adelante, el pequeño pirata giró su cuerpo en el aire, aprovechando la velocidad para realizar un ataque en espiral con su espada. El giro le permitió concentrar toda la energía de la inercia en su próximo movimiento, dirigiéndose nuevamente hacia el coloso verde, quien no esperaría un contraataque tan rápido.
Syxel apuntó con precisión, buscando golpear la pierna de su oponente para desestabilizarlo, usando la fuerza del empuje para añadir peso a su ataque.
— ¡Veamos cómo manejas esto, grandullón! —gritó mientras lanzaba la estocada, con una sonrisa desafiante en su rostro felino.
El viento seguía aullando en las Montañas de los Lamentos, y aunque el cansancio se hacía sentir con cada segundo que pasaba, la adrenalina del combate le mantenía enfocado. Estaba en medio de un caos total, y lo estaba disfrutando.