Shy
"Shy"
30-08-2024, 05:06 PM
Ofuscado tras el arbusto, Shy desatendió la regla principal de todo acechador: no hacerse invisible solo para aquellos a los que se pretende emboscar, sino para todos. En su defensa, no dependió de lo bien que se hubiera escondido. Esconderse de la vista y el oído es sencillo. Del olfato, en cambio... No tanto.
El cazador se sobresaltó con una repentina avalancha de atacantes. Por suerte, parecían bastante ocupados cargando contra objetivos que estaban más a la vista. Para cuando se dio cuenta de que uno de ellos había reparado en él, ya era demasiado tarde.
Aquel musculoso titán cargó contra él, y en pocos segundos ya había recorrido la distancia suficiente como para estar frente a sus narices, Shy tragó saliva, y en lugar de esquivar, su instinto le forzó a levantar los brazos, movido por el pavor que le suponía aquella bestia. El gyojin lo aprovechó, lanzando un terrible golpe contra su plexo solar que lo alzó en vilo y lo mandó a volar varios metros, disparado.
El dolor, en un principio, no fue tan notable. Principalmente, porque había dejado de sentir su abdomen. Mientras volaba, Shy observó el reguero de sangre que salía de su boca y nariz y regaba el césped sobre el que volaba. Antes siquiera de poder pensar en algo ingenioso que decir para aquella situación, el cuerpo chocó brutalmente contra un árbol. Aquello si dolió, y, por el sonido, pensó que habría arrancado el árbol de raíz. Cayó al suelo, incapaz de sentir absolutamente nada de su cuerpo. Su vista, que se nublaba cada segundo más, le dejó ver sus miembros torcidos en ángulos imposibles, sangrando por una veintena de orificios por los que asomaban huesos partidos que salían de la carne como una aguja sale de un tejido mientras se cose.
Shy tosió sangre antes de exhalar un último aliento. No tardó en morir.
El cazador se sobresaltó con una repentina avalancha de atacantes. Por suerte, parecían bastante ocupados cargando contra objetivos que estaban más a la vista. Para cuando se dio cuenta de que uno de ellos había reparado en él, ya era demasiado tarde.
Aquel musculoso titán cargó contra él, y en pocos segundos ya había recorrido la distancia suficiente como para estar frente a sus narices, Shy tragó saliva, y en lugar de esquivar, su instinto le forzó a levantar los brazos, movido por el pavor que le suponía aquella bestia. El gyojin lo aprovechó, lanzando un terrible golpe contra su plexo solar que lo alzó en vilo y lo mandó a volar varios metros, disparado.
El dolor, en un principio, no fue tan notable. Principalmente, porque había dejado de sentir su abdomen. Mientras volaba, Shy observó el reguero de sangre que salía de su boca y nariz y regaba el césped sobre el que volaba. Antes siquiera de poder pensar en algo ingenioso que decir para aquella situación, el cuerpo chocó brutalmente contra un árbol. Aquello si dolió, y, por el sonido, pensó que habría arrancado el árbol de raíz. Cayó al suelo, incapaz de sentir absolutamente nada de su cuerpo. Su vista, que se nublaba cada segundo más, le dejó ver sus miembros torcidos en ángulos imposibles, sangrando por una veintena de orificios por los que asomaban huesos partidos que salían de la carne como una aguja sale de un tejido mientras se cose.
Shy tosió sangre antes de exhalar un último aliento. No tardó en morir.