Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
27-07-2024, 04:24 PM
(Última modificación: 27-07-2024, 04:32 PM por Hyun Yeon.)
¿En qué momento he acabado en esta situación? Cuando se me ofreció un trabajo de escolta, salté a la oportunidad sin pensarlo. No estoy en posición de rechazar dinero, mi familia cuenta conmigo. Trabajar como escolta no me había sonado mal, al menos en un principio. Claro está, me había imaginado que sería cubrirle las espaldas a alguien realizando un viaje, no amañarle una cacería a unos hombres ricos. ¿Hacer daño a animales por la vanidad y entretenimiento de aquella gente? La mera idea me asquea. Sin embargo, ya he aceptado el trabajo. No voy a rechazar y dejar que esta gente, por estúpida y rastrera que sea, acabe en peligro por ir con un guardia menos. Eso sí, la próxima vez me aseguraré de saber exactamente qué estoy firmando.
Mientras su asistente mantenía a los clientes entretenidos, el director nos explicó la situación. Se trataba de un hombre de aspecto decrépito, escuálido y con profundas ojeras. Su aspecto me despertó cierta curiosidad profesional. Parecía que su condición estuviera causada por algo más que falta de sueño o de cuidado personal, aunque también podía ser que tuviese una constitución particularmente esbelta y una apariencia engañosa. En cualquier caso, procuré que mis intereses no me distrajesen más de la cuenta de la situación. Teníamos que dividirnos las tareas entre los... ¿cuatro? Creía recordar que me habían indicado que seríamos cinco. Mi sorpresa fue mayúscula cuando una voz aguda salió de un punto entre nuestras piernas. ¡Era un pequeño animal peludo el que hablaba! Me tragué las dudas y mi confusión, asumiendo que se trataba de la mascota del anciano caballero que nos acompañaba. Mi otro compañero era un chaval de edad similar a la mía, aunque por su estilo de vestimenta y cuidada apariencia diría que estábamos a mundos de distancia en muchos aspectos. Parecía encajar más en el mundo de la alta sociedad que entre mercenarios y guerreros.
- Descuide, señor director. Nos aseguraremos de que no cometan imprudencias y vuelvan sanos y salvos - Aunque pretendía mantener mi promesa, algo me decía que sería más difícil de cumplir que de decir. Mientras el director Marvin se giraba para irse, eché mano por costumbre a mi cinto, buscando comprobar que mi tonfa estaba asegurada a su sujeción. Me volví hacia mis compañeros con intención de presentarme y preguntarles quién pretendía proteger el carro y quién iba a espantar y debilitar a los animales, pero cada cual estaba en su mundo. La mascota estaba parloteando de tal manera que casi parecía que hasta entendiera realmente lo que decía. El otro joven se había adelantado a todo el mundo y estaba encaminándose al carruaje; parecía haber asumido que él adoptaría el papel de protector. El anciano, por otro lado, parecía estar ocupado en un duelo de miradas con los clientes. Por último, había otro joven pelirrojo de aspecto intrigante. Suspiré, tomé aire y esbocé una sonrisa amistosa - Soy Hyun. Encantado, compañeros - aunque el viaje no empezase bien, nunca he sido cenizo ni maleducado, no iba a empezar ahora. Saludé con la mano a Teddy, el asistente, para que supiera que le había oído y me encaminé al vehículo. Subí al pescante junto a él. Sería una buena posición desde la que otear los alrededores en buscar de presas o peligros - ¿Qué clase de fauna podemos esperar? Es mi primera visita a la isla - pregunté a Teddy. Procuré no alzar mucho la voz, dudaba que los clientes se tomasen con buenos ojos que el resort hubiese contratado a escoltas foráneos y no a locales.