Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[C-Presente] Los favores se pagan con comida
Octojin
El terror blanco
El escualo fue caminando por la calles de Loguetown con una intención clara; hacer que aquellos piratas dejaran de hacer gamberradas. Había pactado con el tabernero un precio por su cabeza. Precio que le saldría bastante caro. ¿Cuánto sería capaz de comer el tiburón en una semana? Por no hablar de la bebida. Aquella oferta no tenía mucho sentido a los ojos del gyojin, pero al menos sería entretenido. Habían pasado varios días desde su última pelea con Camille. Estaba prácticamente recuperado en su totalidad, así que era hora de divertirse. Y no lo haría de cualquier manera, esta vez haría algo original. Ya estaba cansado de presentarse ante todos y darse piñas sin más. Esta vez haría que los piratas enloqueciesen.

El camino fue tranquilo hasta el muelle. Pese a que había gente rondando los pequeños caminos que se iban haciendo a su alrededor, la gente parecía haber tomado como costumbre ver a un gyojin de cuatro metros por allí. Las miradas, intensas en un inicio cuando llegó a la isla, ahora eran mucho menos penetrantes. Siempre había algún curioso descarado que no despegaba la vista del habitante del mar. Pero ya lo había tomado como algo que podía pasar.

Una vez llegó al muelle, Octojin observó durante unos segundos lo que allí había. Los piratas estaban allí, bebiendo y haciendo bromas con un nivel de volumen desmesurado. Desde una distancia segura, Octojin decidió que era hora de pasar a la acción. Con un movimiento ágil y silencioso, se dirigió hacia el agua, donde se sumergió con un leve chapoteo. La frescura del océano rodeó su corpulento cuerpo mientras se deslizaba como un cazador en su elemento natural.

Nadó sigilosamente hacia el barco pirata anclado cerca del muelle. Los piratas, sumidos en su jolgorio y despreocupación, no notaron la sombra que se movía bajo las ondas. Octojin, aprovechando su fuerza y habilidad subacuática, llegó sin ser detectado al ancla del barco. Con sus potentes dientes afilados, comenzó a cortar la cuerda que mantenía la embarcación fija al muelle. Las fibras gruesas cedieron ante la presión, y poco a poco, la cuerda se partió, liberando el ancla que se encontraba hundido en el fango marino.

Con la primera parte de su plan completada, Octojin se posicionó debajo del casco del barco. Levantando los puños, empezó a golpear con fuerza la base de la embarcación. Cada impacto resonaba, pero el sonido era absorbido y distorsionado por el agua y el movimiento del barco contra el muelle. Los golpes repetidos de Octojin pronto dieron fruto, creando un agujero por el que empezó a filtrarse agua hacia el interior del barco.

Mientras el agua comenzaba a invadir el barco, Octojin se alejó nadando hacia el muelle. Subió a tierra, escurriéndose un poco antes de mezclarse discretamente con los transeúntes que empezaban a notar el caos en el puerto. Los piratas, alertados por el movimiento inusual de su embarcación, comenzaron a correr hacia el muelle en un intento desesperado por entender qué estaba sucediendo.

Desde su posición segura, Octojin observaba cómo el pánico se apoderaba de la tripulación. Los piratas corrían de un lado a otro, gritando órdenes y preguntando entre ellos qué había pasado. El barco, ahora descontrolado, golpeaba repetidamente contra el muelle, cada choque resonaba como un tambor de guerra en la tranquila tarde de Loguetown, que empezaba a torcerse para los piratas.

Algunos de los civiles que estaban cerca comenzaron a acumularse para ver el espectáculo, murmurando entre ellos sobre la posible causa del incidente. Octojin, satisfecho con la distracción creada, sabía que había logrado su objetivo principal: desestabilizar a la banda pirata y evitar que causaran más problemas durante su estancia en Loguetown.

"Parte uno del plan hecha," murmuró para sí mismo con una sonrisa calmada. Ahora, los piratas tendrían que lidiar con un barco averiado y que no tardaría mucho en empezar a hundirse y la atención no deseada de los habitantes de la ciudad que quizá acabasen llamando a las autoridades locales. El escualo, mientras tanto, se quedó a una distancia segura, listo para intervenir de nuevo si era necesario, pero confiado en que había puesto a los piratas en una situación suficientemente complicada como para mantenerlos ocupados por un buen rato. Aquel caos era digno de ser filmado. Sin duda permanecería en la retina del gyojin por un tiempo.
#3


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RE: [C-Presente] Los favores se pagan con comida - por Octojin - 30-08-2024, 11:27 PM

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