¿Sabías que…?
... Oda tenía pensado bautizar al cocinero de los Mugiwaras con el nombre de Naruto, pero justo en ese momento, el manga del ninja de Konoha empezó a tener mucho éxito y en consecuencia, el autor de One Piece decidió cambiarle el nombre a Sanji.
[Pasado] Cuestión de ego
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
OST de Terence


La penumbra reinaba en la taberna clandestina, envolviendo con su manto turbio todo lo que allí acontecía. Los vapores de licor barato y el olor penetrante del tabaco invadían el aire, mezclándose con los susurros de tratos a media voz, risas desdentadas y murmullos entrecortados. Rostock, a pesar de su fachada de pueblo costero de buena gente y paz, ocultaba su parte de su corazón bajo una capa de suciedad y salitre que solo aquellos que sabían dónde mirar podían contemplar.

Mis dedos trazaron el borde del vaso de ginebra casi intacto, mientras mis ojos evaluaban cada detalle del local. El bullicio usual no había disminuido; las voces se alzaban y caían con el ritmo de la música que salía del viejo piano situado en la esquina, interpretado por un hombre que ya había pasado su momento de gloria, si es que alguna vez lo tuvo. Las mujeres a su alrededor reían sin convicción, su atención no era más que una transacción de vana adulación a cambio de una copa más o algún trato apropiado. En algún otro rincón, un par de hombres discutían por alguna apuesta fallida, y en una mesa alejada, se cerraban acuerdos que no verían la luz del día.

Pero mi interés no estaba en esas miserias comunes, sino en el joven que había entrado hace apenas unos minutos. A pesar de la crudeza del entorno, él destacaba de una manera peculiar, y yo era particularmente bueno midiendo el talento. Realmente quizá se trataba de una facilidad familiar o un rasgo usual de los comerciantes de mano de obra, pero no solía equivocarme en demasía con las personas, lo que a veces resultaba insulsamente tedioso.

Sonreí para mis adentros, dejando que la sonrisa se deslizara lenta y calculadamente por mi rostro. Había algo magnético en él, pero no de la manera en que las mujeres allí se veían atraídas por la lujuria o la promesa de riqueza fácil. No, en él había algo más profundo, una chispa que me hizo querer acercarme, ver más de cerca qué lo impulsaba. Era como una pieza musical mal orquestada por un director desganado... 

Decidí hacer mi movimiento, tomar la batuta fabricada en mis mismos infiernos personales y decorada en fino hilo de oro.

Cuando me levanté de mi asiento, mis pasos eran lentos, medidos, casi ceremoniosos. Crucé la taberna como si fuera dueño del lugar, dejando que mi presencia se sintiera antes de que mis palabras lo hicieran. La clave en cualquier interacción era el ritmo, y yo sabía cómo marcarlo. Llegué a su lado en la barra y lo observé por un momento antes de actuar, sacando una caja de cerillas de uno de los bolsillos interiores de mi chaleco. La dejé caer suavemente sobre la barra frente a él, como una ofrenda sencilla, pero cargada de significado. 

El joven caballero del pelo violeta, si así decidía llamarle de momento, tomó las cerillas con un leve gesto de agradecimiento, encendiendo su pipa con la misma intensidad con la que sus ojos me escrutaban, sintiendo cierta desconfianza velada pero al mismo tiempo un gran interés y curiosidad. Un joven que no había pedido mi atención, pero que claramente la necesitaba.

El humo grisáceo ascendió en lentas espirales mientras él tomaba una profunda calada, dejando que el tabaco invadiera sus pulmones. Había algo ritualístico en la forma en que lo hacía, como si ese simple acto de llenar sus pulmones de humo pudiera aplacar la tormenta que seguramente rugía dentro de él. Lo observé en silencio, dándole su tiempo. Las palabras apresuradas nunca eran las correctas en situaciones como esta.

Yo no era un fumador consumado, pero reconozco que en los exóticos salones de Arabasta siempre había una tónica, y esa era el tabaco. Si bien no fumaba normalmente el tabaco barato que se puede encontrar, no eran pocas las ocasiones en las que había contemplado las bonanzas de una buena pipa de agua, donde su tabaco combinado con miel y coronado por el carbón vegetal más natural, destilaba un humo de lo más puro y denso, similar a la espuma del mar en cantidad, y acompañada del tosco, pero a la vez calmante efecto del sonido que producía el filtrado por parte del agua. 

Tras exhalar, rompió el silencio. Su voz, aunque calmada, no estaba desprovista de un matiz de incertidumbre. Era un alma joven, de eso no había duda, pero no una inexperta. Sabía cómo manejarse en situaciones difíciles, aunque claramente aún estaba en proceso de aprender las reglas del juego que jugábamos aquí abajo, en los rincones oscuros de este mundo.

Decidí dar un paso más. Esta conversación requería un cambio de tono, un ambiente que permitiera que se desenredara de manera más fluida, sin las ataduras del barullo que nos rodeaba. Hice un leve gesto al camarero que atendía la barra, un hombre de rostro cansado y manos curtidas por los años de manejar vasos de licor más de lo que cualquier mortal debería.

-Tráenos una pipa - sentencié con voz suave, pero firme. No era una petición, sino una orden disfrazada de cortesía y dosificada con cierto grado de distinción. El camarero asintió sin hacer preguntas, sabía que no debía hacerlas.

Compartir una pipa en los Bajos Fondos, estaba considerado algo más que una simple costumbre social; era una señal de tregua, de confianza temporal. No lo suficiente como para bajar la guardia, pero sí como para entablar una conversación más honesta, y cierto es que una tradición que empezó como una herramienta médica para bajar la tensión en aquellos tiempos perdidos de Arabasta, pero que había mutado precisamente por la implicación de compartir algo y demostrar como no estaba envenenado para ninguno de los celebrantes.

Nos trajeron la shisha poco después, el recipiente de vidrio en tono azul zafiro brillante, lleno de agua, la cazoleta de barro coronada por una mezcla aromática que prometía un humo denso y relajante. Encendieron las brasas en silencio, y en cuestión de minutos, la primera y pequeña nube de humo se alzó entre nosotros. Era un gesto simple, pero cargado de simbolismo. Nos situaba en una conversación más íntima, lejos de las miradas curiosas que aún deambulaban por la taberna.

-Tengo la impresión de que ambos buscamos algo en este lugar. La diferencia, claro está, es que yo sé exactamente lo que quiero, en cuanto a ti...- continué brevemente tomando la iniciativa y pasándole la manguera de la pipa, invitándolo a tomar la primera calada  -... parece que aún estás descifrando tus propios deseos... ¿Me equivoco? - aporté, escudriñando en su ser, con una mirada que no escondía cierto protocolo, pero también cierta ociosidad.

Él tomó la manguera con una mano cuidadosa, casi como si estuviera evaluando si este gesto de hospitalidad era una trampa. Pero no lo era, no hoy. Mis intenciones con él eran más complejas que un simple engaño o manipulación directa. Había algo en él que me intrigaba, y las piezas de este juego aún estaban por colocarse en su lugar. El humo subió lentamente hacia sus pulmones, más suave y aromático que el áspero tabaco que había estado fumando. Juraría que noté una relajación en su semblante.

-Es verdad que la fortuna parece haberte abandonado hoy- continué, inspirando yo también una calada de la también conocida como narguile, saboreando el humo antes de soltarlo en una nube espesa. -Pero la fortuna tiene formas curiosas de manifestarse. A veces, el infortunio nos lleva a los lugares donde realmente necesitamos estar. Como este, por ejemplo. Tal vez no lo veas ahora, pero estar aquí no es un accidente- continué, casi como si mis palabras fueran empapadas en el mismo éter.

Estas eran suaves, casi hipnóticas, mientras observaba cómo él procesaba lo que le decía. Estaba claro que no era un tonto. Podía ver la forma en que sus ojos se entrecerraban ligeramente, evaluando cada palabra, buscando el significado oculto en cada frase. Admirable, realmente. Pocos se molestaban en hacer eso en lugares como este, donde la mayoría prefería dejarse llevar por el alcohol barato y el olvido fácil. Quizá este era lo que mi hermana a todas luces bautizaba bajo el cordial nombre de Bruce. Una excepción entre miles.

Dices que no eres tan interesante - comenté mientras le devolvía la manguera - pero yo veo algo diferente. Veo potencial. Veo a alguien que aún no ha evaluado quién va a ser en este mundo. Y eso es lo más peligroso y valioso de todo, chiquillo. Porque, mientras no decidas, todo es posible - hice un gesto leve con la mano, indicando el entorno que nos rodeaba. - Como ves las posibilidades son infinitas, si sabes dónde mirar - exhalé en un suspiro combinado con la última bocanada de humo. 

Tomé otro sorbo de ginebra, esta vez más largo, dejando que el calor del alcohol se mezclara con el fresco que el humo había dejado en mi garganta. El ambiente a nuestro alrededor seguía siendo tan denso y opresivo como siempre, pero en nuestro pequeño rincón, había una especie de tregua. El mundo exterior, con su caos y su desesperación, parecía haberse quedado en pausa mientras nosotros dos jugábamos a un juego mucho más sutil.

- Así que te haré una propuesta... - comenté críptico, inclinándome un poco hacia adelante, bajando la voz como si lo que estaba a punto de decir fuera un secreto que solo él podía conocer. -... pero no será ahora. Toma esta vista y deja que este lugar te muestre lo que realmente puede darte. No hay prisa. Mézclate con estos ambientes y aprende que también tienen su propio ritmo, y si lo sigues, puedes descubrir cosas que se escapan a tus sentidos más primarios - musité, ofertando algo que no podía rechazar, conociendo que su curiosidad le obligaría a asentir.

Ahora éramos solo dos simples hombres, midiendo la pulsión de la vida que acontecía en un mísero lugar del mundo, pero al mismo tiempo también observando el alcance de las dos voluntades que cada uno enarbolábamos, en un duelo filosófico pero también didáctico.
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[Pasado] Cuestión de ego - por Byron - 28-08-2024, 10:25 PM
RE: [Pasado] Cuestión de ego - por Byron - 30-08-2024, 12:10 AM
RE: [Pasado] Cuestión de ego - por Terence Blackmore - 31-08-2024, 12:38 AM
RE: [Pasado] Cuestión de ego - por Byron - 31-08-2024, 04:03 PM

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