Marvolath
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31-08-2024, 03:27 AM
Vio la gran porra ascender y descender. No lo dudó: se lanzó, escudo por delante, interponiéndose entre los dos. Cerró los ojos, apretó los dientes, y contrajo los músculos. Sintió un calambre que le recorría todo el brazo y escuchó un sonido seco. Y después, nada. Se sintió flotar. Hasta que dejó de flotar.
El duro suelo le recordó donde se encontraba, aunque tras rodar unos metros ya no estaba tan seguro de hacia donde quedaba. Se incorporó, clavando una rodilla en el suelo mientras trataba de palparse el brazo dolorido. La armadura impedía consolar sus articulaciones, pero al menos no había nada roto ni fuera de sitio.
"Es duro. Incluso siendo dos no creo que podamos terminar antes de que la montaña acabe con nosotros." - pensó, buscando a su alrededor algo que pudiera ayudarles. - "Es un valle, sin alturas por las que tirarlo. Podría intentar subir y quizá desprender alguna roca... pero es poco probable que le acierte, y arriesgado..."
Suspiró, resignado a tener que seguir intentándolo. Centro de nuevo su atención en sus compañeros de baile. El gato estaba ensañándose con la pierna, y esa distracción le daba la oportunidad de acercarse discretamente.
Una armadura no es lo ideal para ser sigiloso, pero la lluvia, el caos de la batalla, y ¡ESOS MALDITOS LAMENTOS! podrían serle de ayuda, por una vez. Fue dando un rodeo, procurando quedar en su espalda.
Ahora, solo quedaba esperar el momento oportuno.