Airgid Vanaidiam
Metalhead
31-08-2024, 05:12 AM
(Última modificación: 31-08-2024, 05:14 AM por Airgid Vanaidiam.)
Absorta por la sed de sangre de la batalla, por la repentina fe que Norfeo había inspirado en ella, se lanzó sin dudarlo hacia el joven de cabellos rubios. Sin previo aviso, sin palabras de por medio. Aquello solo le avisaría de su ataque, algo que no buscaba. Su intención era ser rápida, eficiente, asesina. El primer golpe, el ocasionado con la culata del rifle, impactó de lleno contra su bonita cara. Era un hombre objetivamente atractivo. Una pena que estuvieran en bandos enemigos. Sin embargo, el disparo no salió como Airgid lo había planeado, pues su oponente fue capaz de reaccionar justo a tiempo, alcanzando su arma y desviando la bala disparada en un movimiento rápido y sorprendente. La sonrisa de la rubia se afiló, sintiendo la adrenalina recorrer sus venas como oleadas de puro éxtasis. Oh sí, Airgid adoraba una buena pelea. No hacían falta palabras, las acciones hablaban por si solas con una sinceridad apabullante y pura, violenta pero hermosa.
Entre todo el bullicio y el frenesí, una nueva sensación abordó su cuerpo. Una hermosa voz cantaba en un idioma desconocido pero con una fuerza que contagiaba a cualquiera. La mujer no solo reconoció que se debía gracias a Asradi, también fue capaz de asimilar lo que aquella canción quería transmitirle a su cuerpo y a sus músculos. Un poder que se sumó a todo lo que ya sentía de por sí.
Acto seguido, aprovechando la destreza de su movimiento, su enemigo buscó lanzarle un ataque a la mujer con su naginata. Un ataque que seguramente, bajo circunstancias normales, no lo habría visto siquiera venir. Pero no esta vez, no en esta ocasión, Airgid había sido bendecida por el mismísimo Norfeo, sus capacidades físicas habían evolucionado. Ya no era la misma persona que hacía unos minutos, o quizá horas, la verdad es que era complicado llevar la cuenta del tiempo en un lugar como ese. La mujer fue capaz de anticiparse a su ataque, así que rápidamente se movió hacia su costado derecho, tratando de esquivar su afilada arma. Una acción que, inesperadamente, se cruzó con el movimiento del chico de cabellos violetas, que saltó en defensa de la rubia. Le atacó de manera horizontal y directamente contra el arma de su enemigo, quizás intentando arrebatárselas de las manos. No obstante, no fue solo eso lo sorprendente, si no también la forma en la que la llamó. "¿Waifu? ¿Eso qué cojone significa?", se preguntó a sí misma, aunque pronto se olvidaría de aquella extraña palabra. No podía permitirse perder ni un solo segundo.
Entre que intentó esquivar y la intervención de Byron, finalmente el golpe no le dio. Quizás habría podido ella sola, quizás no... ya pensaría más adelante si darle las gracias o no. Su compañero lanzó una nueva ofensiva, esta vez buscando atacarle directamente, con brutalidad, con fiereza. Al ver sus intenciones, la rubia decidió no quedarse atrás. Avanzó la poquísima distancia que les separaba y lanzó ahora un poderoso e increíblemente veloz puñetazo impulsado por la fuerza otorgada tanto por Norfeo como por Asradi, con el objetivo de golpearle directamente al estómago.
Sin mirar atrás, dio una orden, directamente dirigida hacia ya no solo su compañera, si no su mejor amiga. - ¡A'radi, sube a mi' hombroh! - La morena había pedido que la cubrieran mientras se dedicaba a cantar, y eso trataría de hacer, aunque a su manera. Flexionó ligeramente las rodillas para agacharse un poco y facilitarle el salto a Asradi. Si se colocaba sobre los hombros de la rubia, podría tenerla controlada y no permitía que nadie le pusiera un dedo encima sin pasar por ella primero. Además, al lanzar su puñetazo se acababa de dar cuenta del poder extra tan valioso que Asradi le había otorgado. No sabía qué más trucos se guardaba bajo la manga, pero desde luego tenía muchas ganas de averiguarlos. - Y tú. - Se dirigió a Byron. - Si quiere vé teta, gánatela. - Le dijo sin más. ¿Qué coño significaba eso? A saber. Tampoco iba a explicarse. Le gustaba un poco jugar con la ambiguedad.
Entre todo el bullicio y el frenesí, una nueva sensación abordó su cuerpo. Una hermosa voz cantaba en un idioma desconocido pero con una fuerza que contagiaba a cualquiera. La mujer no solo reconoció que se debía gracias a Asradi, también fue capaz de asimilar lo que aquella canción quería transmitirle a su cuerpo y a sus músculos. Un poder que se sumó a todo lo que ya sentía de por sí.
Acto seguido, aprovechando la destreza de su movimiento, su enemigo buscó lanzarle un ataque a la mujer con su naginata. Un ataque que seguramente, bajo circunstancias normales, no lo habría visto siquiera venir. Pero no esta vez, no en esta ocasión, Airgid había sido bendecida por el mismísimo Norfeo, sus capacidades físicas habían evolucionado. Ya no era la misma persona que hacía unos minutos, o quizá horas, la verdad es que era complicado llevar la cuenta del tiempo en un lugar como ese. La mujer fue capaz de anticiparse a su ataque, así que rápidamente se movió hacia su costado derecho, tratando de esquivar su afilada arma. Una acción que, inesperadamente, se cruzó con el movimiento del chico de cabellos violetas, que saltó en defensa de la rubia. Le atacó de manera horizontal y directamente contra el arma de su enemigo, quizás intentando arrebatárselas de las manos. No obstante, no fue solo eso lo sorprendente, si no también la forma en la que la llamó. "¿Waifu? ¿Eso qué cojone significa?", se preguntó a sí misma, aunque pronto se olvidaría de aquella extraña palabra. No podía permitirse perder ni un solo segundo.
Entre que intentó esquivar y la intervención de Byron, finalmente el golpe no le dio. Quizás habría podido ella sola, quizás no... ya pensaría más adelante si darle las gracias o no. Su compañero lanzó una nueva ofensiva, esta vez buscando atacarle directamente, con brutalidad, con fiereza. Al ver sus intenciones, la rubia decidió no quedarse atrás. Avanzó la poquísima distancia que les separaba y lanzó ahora un poderoso e increíblemente veloz puñetazo impulsado por la fuerza otorgada tanto por Norfeo como por Asradi, con el objetivo de golpearle directamente al estómago.
Sin mirar atrás, dio una orden, directamente dirigida hacia ya no solo su compañera, si no su mejor amiga. - ¡A'radi, sube a mi' hombroh! - La morena había pedido que la cubrieran mientras se dedicaba a cantar, y eso trataría de hacer, aunque a su manera. Flexionó ligeramente las rodillas para agacharse un poco y facilitarle el salto a Asradi. Si se colocaba sobre los hombros de la rubia, podría tenerla controlada y no permitía que nadie le pusiera un dedo encima sin pasar por ella primero. Además, al lanzar su puñetazo se acababa de dar cuenta del poder extra tan valioso que Asradi le había otorgado. No sabía qué más trucos se guardaba bajo la manga, pero desde luego tenía muchas ganas de averiguarlos. - Y tú. - Se dirigió a Byron. - Si quiere vé teta, gánatela. - Le dijo sin más. ¿Qué coño significaba eso? A saber. Tampoco iba a explicarse. Le gustaba un poco jugar con la ambiguedad.