Octojin
El terror blanco
31-08-2024, 06:55 PM
KGY300
GYOJIN KARATE
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
Las técnicas del estilo emplean el elemento agua en ellas, con lo cual serán capaces de golpear a los usuarios de Akuma no Mi que normalmente contarán con ciertas inmunidades tangibles con normalidad. Por otro lado, siempre que se encuentre en el agua o tenga una fuente de agua de al menos 10 litros a 30 metros, sus técnicas físicas basadas en la utilización del cuerpo causan +40 de Daño adicional y costarán -5 Energía (Hasta un mínimo de 5 Energía). Obtiene [Colisión] +50 en tus ataques cuerpo a cuerpo con el estilo.
U82001
ÚNICA
Pasiva Racial
Tier 1
No Aprendida
Los tiburones tienen un instinto predador que se agudiza al oler o saborear sangre. Para Octojin, este instinto se manifiesta de manera aún más intensa, alimentando su fuerza y ferocidad en combate cuando está en presencia de sangre fresca. Al ver/oler/saborear sangre en un radio de 40m el Gyojin obtiene un bono de +5 Fuerza y +5 Agilidad. Además, sus ojos se tornan rojos y su iris se vuelve más pequeño.
Consideramos que un enemigo derrama algo de sangre cuando sufra algún estado de Hemorragia o reciba daños cortantes o perforantes.
Consideramos que un enemigo derrama algo de sangre cuando sufra algún estado de Hemorragia o reciba daños cortantes o perforantes.
El tiburón esbozó una amplia sonrisa mientras intentaba recobrar el ritmo de su respiración. Su ofensiva había sido bestial, así como su gasto de energía. Y eso conllevaba que necesitase tomarse un breve respiro para recobrar el aliento.
En la cima de la Montaña de los Lamentos, el viento parecía llevar consigo un himno de victoria, susurros de un triunfo legendario que resonaría a través de los eones. Octojin, cuya figura imponente se delineaba contra el cielo ensangrentado por el ocaso, se erigía como el paladín indiscutible de Norfeo. En un gesto de dominio absoluto, levantó las manos mientras su cuerpo aún vibraba con la fuerza del dios que lo inspiraba. La multitud de Norfeicos que lo rodeaba estarían de seguro igual, ansiosos ante el devenir de su victoria. Sus ojos reflejaban el ardor de la fe que compartían.
En ese momento observó que el Yonko aún respiraba. Con una mueca en el rostro se acercó y él, realizando dos ofensas casi al momento. La primera centró su golpe en impactar en las partículas de agua de su entorno para crear una onda de doce metros de área que crearía un cono de ciento ochenta grados hacia delante y arriba.
KGY501
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
63
3
Se trata de una técnica en la que el usuario no requiere con su golpe de hacer contacto directo contra su objetivo, puesto que él centra su golpe e impacto en las partículas de agua que flotan en el ambiente propagando su golpe en un área de 12 metros desde su posición expandiéndose como un cono de 180º hacia delante y arriba, barriendo con todo a su paso.
Golpe Básico + [FUEx3] de [Daño Verdadero]
El segundo, casi al instante, sería un impacto más seco hacia su cuerpo, usando también las partículas de su alrededor.
KGY402
GYOJIN KARATE
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
50
2
Un fuerte impacto que se transmite a través de las partículas de agua presentes en el cuerpo y aire que rodea al objetivo logrando que el golpe del usuario lo [Derribe] y [Empuje] hasta 10 metros.
Golpe Básico + [FUEx2,9] de [Daño Contundente]
Con solemnidad tras el ataque, Octojin depositaría después sus canicas en el suelo, enfrente suya—la de sangre con valor triple—, un trofeo ofrecido a las divinas entidades que observaban desde lo alto. Las canicas, símbolos de su victoria y su derecho a liderar, brillaban con un fulgor casi sagrado.
El gyojin, tras asegurarse de que no quedaban enemigos a la vista, se arrodillaría lentamente en el suelo pedregoso de la montaña. Con los brazos abiertos en un gesto de entrega y adoración, elevaría su voz en una oración vibrante y potente que rompería el silencio de la montaña.
—¡Oh, Norfeo, mi guía y mi salvador! —exclamaría con un fervor que sacudía los cimientos mismos de la tierra.—He liderado a tus fieles, los Norfeicos, a una victoria pura y decisiva. No hemos sufrido bajas, hemos exterminado a los infieles y traído gloria a tu nombre omnipotente.
El aire se cargaba de una expectativa palpable, cada aliento de Octojin era un fiel testimonio de su fe inquebrantable. Esperaba, con el pecho lleno de orgullo y los ojos brillosos con la promesa de la divinidad, la aparición de su dios. Alrededor, la naturaleza misma parecía detenerse, el viento cesaba, y el crepúsculo se estiraba, como si el tiempo mismo quisiera presenciar el acto de devoción definitiva de su más leal servidor. En ese momento sagrado, Octojin no era solo un guerrero victorioso, sino un sumo sacerdote en el altar de Norfeo, ofreciendo todo lo que era y todo lo que había conseguido al dios que lo había ungido con poder y propósito.