¿Sabías que…?
... existe una tribu Lunarian en una isla del East Blue.
[Común] [C-Pasado] Los primeros brotes del destino
Lance Turner
Shirogami
LOS PRIMEROS BROTES DEL DESTINO

Día 12 de Primavera del año 724.

[Imagen: GdgsRrr.png]


Debo reconocer que no sé si me gusta más la sensación de viajar en alta mar, o pisar tierra firme tras una larga travesía. En alta mar siempre me he sentido libre, siendo una mera gota en el infinito. Siento que es mi lugar seguro dentro del mundo, pudiendo contemplar absorto el horizonte sin fin. Pero cuando toco tierra, puedo sentirme extrañamente familiar y emocionado, rodeado de personas y con un montón de posibilidades a mi alcance. Al fin y al cabo, uno nunca sabe qué es lo que puede encontrar cuando llegas a un lugar nuevo.

En concreto, los pueblos pesqueros eran de mis lugares favoritos, quizá por tener un poco de ambos mundos. Aunque pensándolo bien, también es posible que de alguna manera me sienta unido a todos los habitantes del lugar. Eran personas que viven en tierra firme, pero salen a la mar para trabajar, que observan cada día el infinito en el horizonte, y en cierto modo, también se sienten parte de los dos mundos.

A pesar de haberme criado en tierra firme, mi madre me contó cuando era pequeño todo sobre el mar, cómo ella había crecido en una cultura que respetaba al mismo tiempo que amaba al mar, fruto de adoración y de profundo respeto. Pasé muchos años de mi vida ansiando poder vivir en un sitio así, y quizá, fue eso junto a los libros de piratas que me leía mi padre, que mi destino era escoger este camino. Algo que no parecía compartir tanto con mi reciente compañero, Juuken.

A finales de la pasada estación nos conocimos, y aunque la primera toma de contacto fue algo abrupta, debo reconocer que cada vez parece más aclimatado. Es sorprendente que un chico tan joven tenga semejante madurez, de no ser por su aspecto algo aniñado, podría ser perfectamente un adulto de mi edad, o incluso más mayor. A pesar de que no era muy dado a hablar de su pasado, era evidente que había sufrido demasiado para esta vida, así que iba a encargarme de él, y evitar que vuelva a pasar por tanto otra vez. Ahora está conmigo, y puede confiar en mí, por mucho que él quiera demostrar su independencia.

No obstante, Juuken suele mostrarse muy conversador, algo que me sorprendió tras esa primera toma de contacto. Dicen que está mal juzgar un libro por su portada, pero siendo sincero, hacer esto me había hecho más bien en la vida que mal. El chico evitaba a toda costa temas relacionados con el pasado, algo que contrastaba con como no podía evitar preguntar por todo, ansioso de querer saber más y más. Eso ayudaba bastante a conocernos, y aunque a veces podía ser algo cargante, me alegraba de no tener que forzar conversación alguna con él, quería averiguar más sobre el chico para poderle hacer sentir cómodo y seguro.
- Hey, ¿Y qué hacemos aquí? – Me preguntó el mocoso observando todo con curiosidad. - ¿Por qué es todo tan rojo? Qué raro.

No pude evitar reírme un poco ante esa última pregunta, pues me recordaba una vez más que en realidad era todavía muy joven.
- Si te soy sincero… no lo tengo nada claro. – Le respondí previo a una pequeña risa. – Quizá debamos descubrirlo nosotros mismos, ¿Qué tal si comemos algo y preguntamos a la gente de aquí?

Juuken parecía bastante satisfecho con esa respuesta, y dimos entonces los primeros pasos en aquel lugar. Como bien había indicado el chico, el color rojo era uno de los más predominantes en aquella isla, especialmente en los tejados de los edificios, los cuales se extienden por todo el lugar. Dichos edificios parecían estar construidos con mimo, enfocándose en la resistencia a través del paso de los años, pero conservando un estilo bonito en conjunto al resto de la ciudad. Desde el mismo puerto podía verse la parte superior de la isla, donde había edificios con estilos más cuidados y majestuosos, mezclando el color rojo con lo que parecía una piedra de tonos claros.

El grito de los vendedores de pescado fresco me sacó de mis pensamientos, sobresaliendo de entre los murmullos que tenía el puerto; conversaciones animadas, algunas risas, y algunas otras conversaciones más caldeadas, producto de vete a saber qué.

A medida que nos alejábamos de los barcos del puerto, se iban reduciendo los sonidos de las olas golpeando contra la costa, el crujido de las cuerdas de los barcos, y el sonido de sus velas por el viento que allí hacía. Pero pronto dejé de sentir el olor a mar, cuando vino a mí el olor de una buena comida. No muy lejos, pasando los primeros puestos de venta, se encontraba un puesto de comida donde vendían pescado cocinado en plancha, con apenas un poco de aceite y especias.

El sonido que hacía el estómago de Juuken me dejó muy claro que él también quería ir allí, algo que provocó una pequeña risa de mi parte.
- Bueno, parece que ya tenemos sitio donde comer bien. – Le dije sonriente mientras le daba una palmada en la espalda para animarle a dar el primer paso hacia el puesto. - ¡Vamos!
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[C-Pasado] Los primeros brotes del destino - por Lance Turner - 27-07-2024, 05:26 PM

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