Hay rumores sobre…
... que existe una isla del East Blue donde una tribu rinde culto a un volcán.
[Común] [C-Pasado] Diamante en bruto
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Los hombres de Josis se llevaron a una rebelde Airgid de la sala. La mujer pateleó, como buenamente pudo. Luchó como la guerrera que Hammond descubriría en un futuro que es. Sin embargo no sirvió de mucho ya que eran demasiados. La amordazaron, ataron pies, manos, incluso golpearon su cabeza hasta que quedara completamente inconsciente. Para cuando despertara lo que vería alrededor sería muy diferente. Un colchón tirado en el suelo, duró, de metal, construido por los desechos de cualquier mierda, como todo allí. Un espacio de dos por tres, sí, era una celda, no el cuarto lujoso de Padre. Tenía las manos atadas a la cama, pero la pierna libre e incluso habían cambiado su ropa a una mucho más simple. Pantalones blancos y camisa de tirantes naranja. Como una reclusa. — Estás despertando, al fin. — Le diría el hombre que estaba cuidando de su celda. — Toma. — Le dejó en el interior un trapo húmedo, que estaba justo al lado de una bandeja con comida. Tres piezas de fruta, un plato de simple sopa y cuatro trozos de pan duro. — Debido a los acontecimientos, te hemos tenido que meter aquí por órdenes de Padre. — Comentó como a regañadientes.

Era el mismo que entró en el "hogar" de Josis a dar la mala noticia sobre Hammond y su terrible delito cometido. Ming era un criminal hasta que Padre dijera lo contrario y sacarlo de allí volvió al nórdico en más de lo mismo. Aquel tipo se sentó en un banquitó a un metro de la celda. — Come, llevas dos días inconsciente, tu cuerpo estará demandando algo de energía. Además tienes un cuerpo grande para ser una mujer, debes estar hambrienta ... — Dos días. Dos días sin enterarse de nada. Detrás de la rubia, encima de la cama, una ventana de poco más de veinte centímetros estaba abierta, por ella se filtraba el sonido de la calle principal de La granja de basura. Había mucho bullicio, como si algo se estuviera mascando. — Es la ejecución. — Resopló el hombre. — La gente está tensa, creo que a nadie le gusta estas cosas. — El mismo tenía una mesita justo al lado en la que tenía su propia comida. Y un poco más al costado una manta y un colchoncito. Había estado los dos días vigilando a Airgid en representación a un claro castigo por lo que había ocurrido. Como si él tuviera la culpa de lo que había pasado. Josis tenía fama de que era un hombre al que darle malas noticias era casi como haber cometido el acto delictivo que ibas a declararle que había hecho otro. Era todo una demencia general que escapaba ya a cualquier tipo de sentido.

Come. — Volvió a decir. — Soy médico, chica, si te digo que comas es por algo. — Se adjudicó el oficio de médico. Podría ser verdad o no, pero cuando te decían "soy médico" uno solía hacer lo que le decían. — Me llamo Frank, por cierto. — Esta vez susurró. Estaba cansado de estar allí, herido en el orgullo, en la hombría. Era un hombre desecho. — Ah. — Recordó. Levantó la mirada. — La ejecución es a tu amigo. Sí, lo atraparon hace unas horas. Al parecer ha sido un dolor de cabeza constante. — Esbozó una sonrisa como el que recuerda una batallita que ha visto en una película de acción. — Supongo que lo sabes, por que sois amigos, pero ese extraño poder que tiene ... Dios mío, que difícil ha sido. No he visto nunca tan desesperado a padre. Dicen que ha derrotado a decenas, cuentan muchas cosas sobre su habilidad para ... Matar. —sonreía. — Si tan solo hubiera sido un poco más fuerte. — Tiró la miga de pan con la que jugaba. — Pero no ha sido suficiente. Nunca lo es. — Miró a Airgid. — Para nuestra desgracia. — Finalizó, melancólico.

Horas atrás ...

¡Vamos grande! — Gritó Ming. Una bala le rozó el cráneo, pero logró esquivarla. Pero no cayó en que otro tipo le estaba a punto de ensartar por la espalda con una lanza. Sin embargo eso tampoco pasó, porque un gigantesco hombre bajó de los cielos. Sus pies aplastaron al hombre. Hammond caía de las nubes para ayudar a Ming. Todo el peso destrozó al tipo, hundiéndolo en la tierra seca que quedaba entre la basura. Estaban completamente rodeados de personas, pero seguían luchando. Varios rodearon a Hammond, el vikingo se encontraba entre la espada y la pared. — ¡gå til meg! — Gruñó. El ímpetu del Bucanner frenó a los tipos que estaban a punto de atacar, ese segundo fue crucial. Hammond volvió su cuerpo gas y expandió el elemento por todas partes, atrapando la cabeza de los presentes y elevando al grupo en los aires ante la impasible mirada de todo el mundo. Hubo un instante en el que incluso Ming que luchaba a"su lado" se quedó inmóvil. Preguntándose probablemente si aquello era humano, si realmente Venture estaba luchando por su libertad o por algo más. El gas alrededor de las cabezas terminó por quitarles el oxígeno necesario, dejando caer los cuerpos ya sin vida a tierra. Todo aquel gas invisible se arremolinó en un mismo lugar, construyendo nuevamente la figura de Hammond. — ¡Se acabó! — Gritó un viejo conocido. El reguero de cadáveres ya era extenso, pues llevaban escapando un día entero y tanto el vikingo como Ming, estaban agotados. Entonces Josis apareció, caminando, con calma como siempre, aunque en su rostro se podía ver el desagrado general.

La sangre caía por el brazo derecho de Venture, aquellas tomas de aire incesante advertían de su cansancio acusador. No podía controlar del todo bien la fruta, por ejemplo volverse intangible siempre que quisiera, le costaba todavía. — Hammond ya está bien, has dejado a muchas familias sin sus padres y madres, ¿te parece bien? — Al fin llegó, rodeado de gente, claro. — Y tú ... ¿Qué estás haciendo? — Se dirigía a Ming. — ¿Todo esto por un castigo? habría sido una tirada de orejas y ya está, volvería todo a ser como siempre idiota, pero te has dejado convencer por este salvaje. — Ming y Hammond se miraron, dudosos. Hammond dudoso porque no entendía nada y Ming porque estaba dándole muchas vueltas a la cabeza. la verdad es que había resultado ser un dúo terriblemente efectivo. — El no parará. Pero tú si puedes hacerlo. — Ming bajó los brazos. Tenía en la diestra una pistola y el hilo de metal atado al brazo. Se volvió translúcido por un instante, lo que Hammond aceptó como un acto de "a seguir luchando" así que se puso a la defensiva. Pero lo que se encontró fue muy diferente.

Por primera vez en muchas horas, las rodillas de Venture tocaron el suelo. Estaba de rodillas, solo que no entendía por qué. Ming le disparó en el cuello, sin remordimiento alguno. La bala atravesó el cuello con velocidad, volviendo tierra firme en un charco de sangre. Hammond cayó con las manos en el cuello, desesperado. — T ... Tú ... — Soltó los últimos remitentes de aire que podía, hasta que cayó completamente inconsciente, lo peor que podía hacer mientras uno estaba sangrando, ya que no podría tratarse las heridas y moriría irremediablemente de la hemorragia. — Vamos, no puede morir aquí. Hay que ajusticiarlo como se debe delante de nuestra gente. Chuck, ayúdalo. Y tú. — Miró a Ming de nuevo. — Ya hablaremos. Vamos. — Con aquel mandado, la amenaza terrorista de la granja logró aplacarse.

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Mensajes en este tema
[C-Pasado] Diamante en bruto - por Airgid Vanaidiam - 22-08-2024, 10:50 PM
RE: [C-Pasado] Diamante en bruto - por Ragnheidr Grosdttir - 01-09-2024, 09:58 AM

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