Lemon Stone
MVP
02-09-2024, 07:45 AM
Había ganado el premio gordo: unas vacaciones completamente pagadas en la Isla Momobami. Como se burló de los perdedores tuvo que salir corriendo deprisa del casino, así que no tuvo tiempo de escuchar las instrucciones. No tenía idea de que la gente de escasos recursos fuera tan temperamental, tan sensible ante la derrota. En parte lo entendía, es decir, ¿cuántos de ellos podían costearse unas vacaciones de lujo en la Isla Momobami? Perder una oportunidad así les debía doler bastante… La próxima vez se burlaría menos, se prometió a sí mismo.
-¿Crees que me dan miedo esos hombres altos y fornidos que portan bates y cuchillos y que no dejan de mirarme? La Causa me protege, compañero -respondió Lemon y bebió de su cerveza, provocando a la sospechosa clientela con su actitud arrogante e indiferente.
Se llevó una sorpresa cuando vio que el crucero de lujo que esperaba era, en realidad, un pequeño barco de madera manejado por un capitán gordo y barbudo. Como el hombre también fumaba puros, de esos gordos y que echan mucho humo, se hicieron buenos amigos durante el viaje. Como miembro adscrito al Ejército Revolucionario podía relacionarse con gente de orígenes humildes, con gente sin dinero. ¿Cómo es que había tan pocos revolucionarios en el Mar del Este cuando ofrecía tantos beneficios? Bueno, declararle la guerra al Gobierno Mundial y querer quemar banderas tenía sus riesgos.
Luego de unas cuantas horas, Lemon arribó en la Isla Momobami. Ante sus ojos se alzaban todo tipo de árboles. Algunos eran de troncos anchos y pocas ramas; otros, delgados y frondosos. También había flores de todos colores, ofreciendo un paisaje pintoresco y onírico. Lemon imaginaba que se hospedaría en un hotel rústico repleto de la más hermosa naturaleza de la isla, atendido por unas atractivas jóvenes de piel nívea y ojos turquesas. Ilusionado, siguió al guía turístico y se adentró en el bosque.
Después de descubrir que los árboles eran más que solo árboles y que las flores eran más que solo flores, es decir, había especies y cada uno tenía un nombre propio, Lemon llegó a un pequeño poblado. Le gustaron los árboles con cara de Simón, aunque el guía turístico insistía en que su nombre científico era Quercus robur. ¿Qué clase de retrasado hablaría un idioma tan difícil de pronunciar? Era un nombre inútil en la práctica. En cambio, Simón reflejaba personalidad y entusiasmo, como los árboles del bosque.
Entró con un puro en la boca al primer bar que vio e ignoró las “malas vibras” del interior, limitándose a caminar de frente a la barra y cualquier cerveza negra que hubiera disponible.
-Este no es el lugar adecuado para alguien como tú -dijo el barrendero, un hombre delgado y de aspecto somnoliento.