Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
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Como sirena en el mar
Ubben Sangrenegra
Vali D. Rolson
La sirena de cabellos oscuros tomó la mano del bribón de ojos dorados entre las suyas, envolviéndola con un tacto cálido que le brindó una breve sensación de calma. Sin embargo, aquella tranquilidad fue efímera. Ubben observó con curiosidad y un atisbo de esperanza cómo Asradi acercaba la mano hacia su rostro, imaginando que tal vez ella haría lo mismo que él había hecho antes... apoyar su mejilla en la palma de su mano, en un gesto de complicidad. Esa idea le pareció extrañamente reconfortante, y por un momento, deseó que así fuera. Sin embargo, pronto descubrió cuán equivocado estaba.

Asradi abrió la boca lentamente, y lo que se reveló ante los ojos dorados de Ubben fue una hilera de dientes afilados, serrados como los de un tiburón. Antes de que pudiera reaccionar, aquellos dientes se clavaron profundamente en la carne de su mano, arrancándole un grito de dolor que rápidamente sofocó con su mano libre. No era ni lo que había pedido ni lo que esperaba, pero el dolor agudo que sintió recorriéndole la mano fue suficiente para liberar su mente de los pensamientos intrusivos que lo mantenían casi paralizado. El sufrimiento físico, en su forma más cruda, tenía el poder de traerlo de vuelta al presente, de hacerle olvidar por un instante el abismo de incertidumbre que lo rodeaba.

Cuando Asradi finalmente le soltó, el peliblanco miró su mano, notando las marcas profundas que los dientes de la sirena habían dejado en su piel, junto a su meñique. Un líquido carmesí y espeso comenzó a brotar de la mordida, manchando su mano y goteando lentamente al suelo. Sin embargo, aquella herida y el sangrado eran problemas para el Ubben del futuro. En ese momento, necesitaba concentrarse en lo que debía hacer a continuación. Mientras Asradi se enfocaba en contactar a la rubia y al musculoso, el peliblanco mantenía su mente ocupada realizando las preparaciones necesarias, luchando contra el torbellino de pensamientos que amenazaba con abrumarlo.

¿Lado bueno? — preguntó incrédulo, girando la cabeza hacia Asradi con una expresión de impotencia, enojo y tristeza en sus ojos dorados, la sirena no tenía la culpa de nada, y el peliblanco lo sabía, pero aquellas palabras se sintieron como una burla, aunque no lo fuesen. La luz reflejaba un brillo opaco, como si la esperanza que alguna vez tuvo se hubiera desvanecido hace mucho tiempo. —Llevo doce años de mi vida escapando de la marina... Hace tiempo dejé de ver el lado bueno en este tipo de cosas— confesó con una voz apagada y desanimada, cargada de un cansancio que parecía más profundo que el mero agotamiento físico.

Tras el golpe de timón brusco, la queja de la sirena de cabellos negros llegó hasta sus oídos, pero él no dijo nada. Su mente estaba demasiado ocupada con la realidad de su situación. Había avisado del movimiento brusco, pero en el fondo sabía que no tenía tiempo para ser considerado en medio del caos que enfrentaba dentro de si. Asradi llegó hasta la cabina del timón, donde Ubben la esperaba con una expresión de preocupación que tensaba su mandíbula. —Asradi... treinta millones es una locura para estar en los Blues — dijo, fijando la vista en la dirección del barco y ajustando el timón para corregir el rumbo. —Marinos y cazarrecompensas se van a pelear por mi cabeza... No hay muchas formas de librarse de una recompensa tan alta; te arrestan o te matan...— continuó, mordiendo su labio inferior con fuerza, dejando salir la frustración y el miedo que lo invadían.

Tú debes entenderlo... ¿no? — preguntó, volviéndose hacia ella con el rostro moreno enrojecido por el cúmulo de emociones que se agitaban en su interior. —Lo horrible que es no poder confiar en nadie... Porque cualquiera podría venderte al mejor postor... o, en mi caso, entregarme a la marina, vivo o muerto.— Sus palabras eran sombrías, llenas de un resentimiento que nacía de la traición y la desesperanza. Para el peliblanco, tener una recompensa por su cabeza no era motivo de orgullo ni de regocijo. No se dedicaba a la piratería por gusto; era una vida que le había sido impuesta por un mundo que ya lo había condenado como un criminal.

¿Aún crees que podríamos viajar juntos? — le preguntó a la sirena, mirándola fijamente a los ojos, buscando en ellos una respuesta que no sabía si deseaba escuchar. —¿Crees estar dispuesta a compartir barco con alguien que en cualquier momento puede ser abordado por marinos, cazarrecompensas o piratas?— En el fondo, Ubben esperaba que Asradi le respondiera que no, que decidiera apartarse de su vida antes de que las cosas se complicaran aún más. Sería más fácil así, dejar ese breve momento de paz como un recuerdo fugaz, enterrado junto a tantos otros en el baúl de su mente. Prefería arrancar el parche de la herida de una vez por todas; dilatar las cosas solo traería más dolor y complicaciones.

En ese momento, el peliblanco sintió un ardor punzante en su mano y bajó la mirada para ver cómo el timón y el suelo estaban manchados de sangre por la herida que Asradi le había infligido. Esa visión de su mano herida lo devolvió mentalmente al instante en que había deseado que la sirena hubiera apoyado su rostro en su palma como un gesto de confianza. Se sintió estúpido por haberse permitido un deseo tan ingenuo; apenas se conocían, y ya estaba fantaseando con una cercanía que quizás nunca existiera... en el fondo añoraba conseguir una amistad sincera, pero sabía que no pasaría, pues el mismo lo sabotearía. —No es el tipo de mordidas que me gustan, pero podría acostumbrarme —bromeó para si mismo, ignorando la presencia de Asradi durante unos segundos, como si con ello pudiera escapar de la realidad de sus propios sentimientos. Luego, recordó que la sirena seguía allí, frente a él, y se sintió incómodo. Una vez más, su boca se movía sin pensar... siempre le traía problemas, pero no podía evitarlo. Era su manera de lidiar con el caos que siempre parecía rodearlo.
#15
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Como sirena en el mar - por Ubben Sangrenegra - 20-08-2024, 05:20 AM
RE: Como sirena en el mar - por Asradi - 20-08-2024, 05:15 PM
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RE: Como sirena en el mar - por Asradi - 04-09-2024, 12:19 PM
RE: Como sirena en el mar - por Ubben Sangrenegra - 05-09-2024, 09:31 PM
RE: Como sirena en el mar - por Asradi - 05-09-2024, 10:49 PM
RE: Como sirena en el mar - por Ubben Sangrenegra - 09-09-2024, 05:00 AM
RE: Como sirena en el mar - por Asradi - 10-09-2024, 05:38 PM

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