¿Sabías que…?
Si muero aquí, será porque no estaba destinado a llegar más lejos.
[Aventura] T2. ¿Quién acabó con Cheetony el Cheetah?
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
Personaje



Burururururu— timbraba el pequeño Den Den Mushi de tonalidad perla que se situaba en mi muñeca, dándome un ligero sobresalto cuando estaba cercano a probar un sorbo de aquel té de algas al que me había aficionado en Rostock.

Esta isla había deparado numerosas aventuras, desde aquel pescador gigante con anhelo de su tierra que en una ocasión había casi formado una trifulca en la Plaza de la Fuente, cerca del puerto, o aquella disputa que acabó de manera tan abrupta a raíz de visitar la Cantina Portuaria… Aquel día que me separé de Juuken y compañía…
Buena gente, pero si algo había aprendido de la pérdida de Seraphine, era que cuando el corazón era invadido por una sensación cálida, también se volvía menos férreo.
Aunque la herida que dejó su ausencia era muda, también había generado algo en mi interior, aunque no probablemente un duelo, sino la voluntad de entender que la pasividad con la que me había movido hasta ahora, solo ameritaba una vida de calma, mas no triunfo.

Decidido mientras mis dedos dejaban suavemente el pequeño vaso chato de vidrio verdoso, y abandonaba el aroma que destilaba aquel buen té. Con cierta presteza, recuperaba el tosco y abundante, pero también refrescante aroma del salitre. En unos segundos, con extrema dedicación, extendí la varilla de la pulsera que retenía al pequeño insecto y mientras el pequeño salía al mundo, también llegaba un ruido de estática próximo.
 
      ¿Tery? ¿Teeeery estás ahí? — comentó una voz femenina tratando de ser aniñada, con una cercanía que claramente solo podía significar una cosa. Mi hermana. — Teeeeeery ¿Qué tal las vacaciones en Rostock? ¡Oye, dice papá que una noticia se ha extendido entre los Bajos Fondos! ¡Te la vendo por 2 Millones! — continuó con cierta melodía infantil cargada de recochineo.

Dejando salir un ligero soplido de hastío que me revolvió el alborotado cabello que caía por la frente, pasé la mano colocándomelo ligeramente hacia atrás mientras me incorporaba y acercaba el Den Den a mis labios y musitaba en voz baja.

      Siempre tan ruidosa… controla tu efusividad Hilda… ¿Recuerdas que desde pequeños siempre te tengo que sacar yo de los entuertos en los que te metes? — calibré con una frase con pausas bien marcadas mientras jugueteaba con una pequeña moneda entre mis dedos por la mano izquierda. —Ambos sabemos que tú obtienes algo con ello, así que dime de qué se trata… — sentencié con un cierto afán de desinterés claramente marcado en mi cara.

Tras una breve pausa de estática, la pueril voz de chica mezclada con la obvia tonalidad del dispositivo, habló.
      Bueeeeeno…vale Tery, verás… ¿Conoces al Broker Estrella Chettony? Pueees… le han destituido y he oído que está tratando de llevarse lo que le queda de su fortuna en uno de los puertos de Rostock… ¿Por casualidad no seguirás por ahí en tu “retiro vacacional” verdad, vago? — comentó Hilda al otro lado del caracolófono, con un insulto que difícilmente se podía calificar de cariñoso.

Es cierto que conocía a aquel hombre solo de oídas, pero alguna vez entre los cotilleos de mis hermanos acerca del Bajo Fondo había surgido ese nombre. Por lo visto era un alto miembro de Inframundo, pero una suerte de malas elecciones había desvanecido su creciente fortuna.

Me aclaré con cierta calma la voz, y esbozando una amplia sonrisa de mirada vaga, rápidamente contesté claro y conciso.
      Que conste que esto no lo hago por ti, sino porque parece una empresa ciertamente deliciosa… — me limité a continuar, mientras con calma mi mano volvía a tornar el té que se encontraba encima de la delicada mesa de madera clara y tallada frente a la que estaba situado y bebía un amplio sorbo. — Por cierto, me debes un té— finalicé mientras presionaba nuevamente una varilla para volver a encerrar al pequeño artefacto viviente.
 
Me levanté con calma, dejando ver mi atuendo consistente en una camisa blanca de mangas ligeramente holgadas y, un chaleco oscuro con tallaje y grabado florliseado en un tono azur cuyo patrón se repetía elegantemente por la totalidad de su textura. Iban anexos unos pantalones de color caoba oscuros con corte formal y rematándose por unos botines en ligera punta de tonalidad negra y hebilla en plata. Un pequeño pañuelo de seda en tono zafiro se situaba en mi cuello, proporcionando un toque de distinción al conjunto, así como una ruptura de formalidad.

Hora de la Danza Macabra— comenté para mis adentros en un susurro mientras comenzaba mi marcha hacia el puerto y con la mano libre disparaba hacia atrás la moneda con la cual había jugueteado hace unos momentos, tratando fútilmente de insertarla en el vacío recipiente de té con apenas éxito.

Resumen
#2


Mensajes en este tema
RE: T2. ¿Quién acabó con Cheetony el Cheetah? - por Terence Blackmore - 03-09-2024, 02:22 AM

Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 4 invitado(s)