Shiro
Ninguno
03-09-2024, 04:40 AM
Al parecer dentro de la banda hubo alguien con el mismo ímpetu que yo y antes de acabar mi estratagema apareció Terence con su propio plan en mente. Estaba acostumbrado a tratar con el carácter despreocupado de Juuken y de Lance, por lo que no había pensado en ningún momento que el refinado pelinegro fuese ese tipo de persona también. En un principio me había dado la sensación de que era alguien que estaba por encima de este tipo de cosas… aunque no tardó en demostrarme que estaba muy equivocado con mi idea inicial sobre él. Tendría que ponerle un ojo encima más adelante, pero había cosas que requerían mi atención con más rapidez. La misma con la que respondió Terence encabezando la conversación con aquella extraña pareja.
La excusa de las sillas quedó atrás con el nuevo juego mucho más directo impuesto por Terence. Si bien al principio me había funcionado el plan como había querido escuchando parte de la conversación, la cual parecía focalizarse sobre la letra del cantante y la veracidad de la misma, nunca supe si la segunda parte hubiese terminado ocasionando el mismo efecto; ya que la situación comenzó a tornarse tensa por parte del joven desarrapado por la intromisión de Terence y todo viró hacia una dirección que hizo ponerme algo tenso, centrando mis sentidos ante la escena que sucedía ante mí y dejando de lado lo que comenzaba a pasar entre bambalinas con el nuevo cambio de cantante.
Había visto demasiadas peleas en la Gray Terminal para saber que la cosa no podía acabar bien, por lo que me quedé al lado de Terence cuando este hizo caso omiso a la invitación que nos hizo el tipo a marcharnos. No iba a volver a dejar un compañero atrás. Me negaba a volver a vivir lo de Hayato y dada la propuesta que acaba de hacer Terence al cantante podría correr la sangre más pronto que tarde. El desarrapado no tenía pintas de dejarse amilanar así como así, pero no por ello iba a dejar solo a mi compañero.
No quería romper el clímax por lo que me coloqué en silencio a las espaldas del cantante, observando cómo se desarrollaba la trama que el pelinegro había tejido con suma maestría mientras me cruzaba de brazos a la altura del vientre en un gesto que parecía casual, pero con el que solo quería tener al alcance el mango de una mis katanas. Ver a Terence actuar era todo una maravilla nunca antes vista para mí. Esos jueguitos mentales no eran tan usuales de dónde venía y no estaba tan versado en ellos. Allí las cosas se solucionaban de manera más sencilla, mucho más directa y física, y no con esa danza no verbal que marcaba claramente que provenían de mundos distintos… Y he de admitir que ese juego de gestos y miradas fue mucho más duro que alguna de las peleas que había visto… Tan duro, que no dudé en tomar notas mentales de derroche de habilidades mentales. Uno nunca sabía cuando le iba a ser necesario algo así.
Quería ayudar a Terence a inclinar la balanza hacia nuestro favor, pero dudaba estar a la altura de aquel juego, por ahora era solo un aprendiz tomando nota. Lo mío normalmente era cortar los problemas por la mitad cuando se presentaban, por lo que de momento simplemente intenté emular parte de la actitud de mi acompañante mostrando un mutismo que no me era desconocido, mientras mantenía una aparente postura relajada al tiempo que lucía una sonrisa de lado con la que quise mostrar la misma confianza y superioridad que lucía Terence.
La excusa de las sillas quedó atrás con el nuevo juego mucho más directo impuesto por Terence. Si bien al principio me había funcionado el plan como había querido escuchando parte de la conversación, la cual parecía focalizarse sobre la letra del cantante y la veracidad de la misma, nunca supe si la segunda parte hubiese terminado ocasionando el mismo efecto; ya que la situación comenzó a tornarse tensa por parte del joven desarrapado por la intromisión de Terence y todo viró hacia una dirección que hizo ponerme algo tenso, centrando mis sentidos ante la escena que sucedía ante mí y dejando de lado lo que comenzaba a pasar entre bambalinas con el nuevo cambio de cantante.
Había visto demasiadas peleas en la Gray Terminal para saber que la cosa no podía acabar bien, por lo que me quedé al lado de Terence cuando este hizo caso omiso a la invitación que nos hizo el tipo a marcharnos. No iba a volver a dejar un compañero atrás. Me negaba a volver a vivir lo de Hayato y dada la propuesta que acaba de hacer Terence al cantante podría correr la sangre más pronto que tarde. El desarrapado no tenía pintas de dejarse amilanar así como así, pero no por ello iba a dejar solo a mi compañero.
No quería romper el clímax por lo que me coloqué en silencio a las espaldas del cantante, observando cómo se desarrollaba la trama que el pelinegro había tejido con suma maestría mientras me cruzaba de brazos a la altura del vientre en un gesto que parecía casual, pero con el que solo quería tener al alcance el mango de una mis katanas. Ver a Terence actuar era todo una maravilla nunca antes vista para mí. Esos jueguitos mentales no eran tan usuales de dónde venía y no estaba tan versado en ellos. Allí las cosas se solucionaban de manera más sencilla, mucho más directa y física, y no con esa danza no verbal que marcaba claramente que provenían de mundos distintos… Y he de admitir que ese juego de gestos y miradas fue mucho más duro que alguna de las peleas que había visto… Tan duro, que no dudé en tomar notas mentales de derroche de habilidades mentales. Uno nunca sabía cuando le iba a ser necesario algo así.
Quería ayudar a Terence a inclinar la balanza hacia nuestro favor, pero dudaba estar a la altura de aquel juego, por ahora era solo un aprendiz tomando nota. Lo mío normalmente era cortar los problemas por la mitad cuando se presentaban, por lo que de momento simplemente intenté emular parte de la actitud de mi acompañante mostrando un mutismo que no me era desconocido, mientras mantenía una aparente postura relajada al tiempo que lucía una sonrisa de lado con la que quise mostrar la misma confianza y superioridad que lucía Terence.