Baltazar Bonez
Dr.Bonez
03-09-2024, 08:37 AM
(Última modificación: 03-09-2024, 08:44 AM por Baltazar Bonez.)
No eran fáciles aquellos trucos de manos, mucho menos cuando no había mucha gente en esos momentos para poder perderse en medio de la multitud, sin embargo, aquel chico no parecia ser otro civil distraído, ya que al momento en el que siente aquellas manos puede notar como las pupilas contrarias se van directamente hacia el, lo cual era claramente una señal de que tenia conciencia de lo que el quería hacer, además de la reacción de responder con tal rapidez a sus movimientos Por su parte Bonez se quedo quieto cuando se le quedo mirando por unos segundos, algo sorprendido ante aquella respuesta. En aquel momento algunos transeúntes parecieron quejarse por la manera en que los dos se habían detenido, haciendo que pasaran a llevar a unas cuantas personas. En esos momentos en los que el chico estaba hablando con aquellos civiles que se habían quejado por el golpe brusco que el rubio les había dado, pudo ver la reacción de las alas, las cuales parecían moverse al momento en el que aquella señora se acercaba para quejarse. Habían sido las alas, maldigo a mi suerte, parecia que las alas tenían la facilidad de poder sentir los movimientos cercanos, ya que si estas eran tan sensibles a ráfagas de viento, seguramente podrían captar la manera en la que se había acercado hacia su posición a pesar de intentar actuar como su fuera un transeúnte mas.
Bonez aprovecho aquel momento para intentar dar una fuga rápida por el costado derecho de su victima, sin embargo, su camino fuer cortado por una de aquellas alas que cubrieron el camino por donde intentaba dar huida, haciendo que el chico de piel ceniza terminara por frenarse en seco, quedando de espaldas al contraria. Había sido inútil, no había considerado las alas de aquel chico en el momento en el que cometió aquella acción con la intención de arrebatarle ese paquete, ahora escuchaba al solarían, el cual le pedía con un tono seco pero amable, que le devolviera lo que era suyo, aunque aquellas curiosas palabras hicieron que Bonez alzara una de sus cejas sin entender muy bien lo que había dicho, volviendo a mirar la bolsa con un poco de curiosidad.
Fue en ese momento cuando Baltazar miro hacia abajo en donde se encontraba aquel paquete, el cual era sostenido por su mano derecha. Sin esperar un segundo desenvolvió lo que había dentro y con una sonrisa en los labios vio a lo que se refería. Era un simple ovillo de lana roja, quedándose completamente anonadado, sin entender la razón por la cual aquel chico tendría aquel ovillo en su poder. Ante tal extraña y ridícula situación, Bonez no aguanto el mantener su seriedad, terminando por reír de manera suave en un principio antes de terminar por soltar una carcajada por la ironía de la situación. No podía creerlo, pero debía tomar aquello como una broma que le jugaba el destino, como si fuera una manera que el karma le devolviera algo de justicia. ¡Hahaha!. Vaya, debo admitir que esta vez la vida me ha dado una probada de mi propia medicina. Dice Bonez mientras que sacaba unas cuantas cartas afiladas de su chaqueta por si el contrario decidía atacarle, estando aun de espaldas a este.
Bien, me has atrapado. De una manera bastante buena a decir verdad.. dice antes de girarse hacia el solaris antes de mirarle con esos ojos rojizos y esbozar una sonrisa maliciosamente divertida, ya que a pesar de estar en una posición no favorable, le gustaba la sensación de peligro, asi que simplemente termino por extender el paquete hacia el contrario. Si vas a intentar golpearme solo quiero decir que no te culpo, asi que dejo lo próximo que pasara en tus manos. dice entregándole el paquete una vez este se lo retira de las manos, aunque aun manteniendo en su mano derecha escondidas sus cartas por si se desataba algún tipo de enfrentamiento.
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Bonez aprovecho aquel momento para intentar dar una fuga rápida por el costado derecho de su victima, sin embargo, su camino fuer cortado por una de aquellas alas que cubrieron el camino por donde intentaba dar huida, haciendo que el chico de piel ceniza terminara por frenarse en seco, quedando de espaldas al contraria. Había sido inútil, no había considerado las alas de aquel chico en el momento en el que cometió aquella acción con la intención de arrebatarle ese paquete, ahora escuchaba al solarían, el cual le pedía con un tono seco pero amable, que le devolviera lo que era suyo, aunque aquellas curiosas palabras hicieron que Bonez alzara una de sus cejas sin entender muy bien lo que había dicho, volviendo a mirar la bolsa con un poco de curiosidad.
Fue en ese momento cuando Baltazar miro hacia abajo en donde se encontraba aquel paquete, el cual era sostenido por su mano derecha. Sin esperar un segundo desenvolvió lo que había dentro y con una sonrisa en los labios vio a lo que se refería. Era un simple ovillo de lana roja, quedándose completamente anonadado, sin entender la razón por la cual aquel chico tendría aquel ovillo en su poder. Ante tal extraña y ridícula situación, Bonez no aguanto el mantener su seriedad, terminando por reír de manera suave en un principio antes de terminar por soltar una carcajada por la ironía de la situación. No podía creerlo, pero debía tomar aquello como una broma que le jugaba el destino, como si fuera una manera que el karma le devolviera algo de justicia. ¡Hahaha!. Vaya, debo admitir que esta vez la vida me ha dado una probada de mi propia medicina. Dice Bonez mientras que sacaba unas cuantas cartas afiladas de su chaqueta por si el contrario decidía atacarle, estando aun de espaldas a este.
Bien, me has atrapado. De una manera bastante buena a decir verdad.. dice antes de girarse hacia el solaris antes de mirarle con esos ojos rojizos y esbozar una sonrisa maliciosamente divertida, ya que a pesar de estar en una posición no favorable, le gustaba la sensación de peligro, asi que simplemente termino por extender el paquete hacia el contrario. Si vas a intentar golpearme solo quiero decir que no te culpo, asi que dejo lo próximo que pasara en tus manos. dice entregándole el paquete una vez este se lo retira de las manos, aunque aun manteniendo en su mano derecha escondidas sus cartas por si se desataba algún tipo de enfrentamiento.
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