Tenía una capa de barro encima y se sentía en calma y protegida con ella puesta, como si la arropase el propio mundo, ese mundo que no había hecho más que darle palos, ahora parecía que la abrazaba, y eso le pareció raro, siguió a su hocico un rato hasta que dio con un arbusto enorme, casi más grande que ella, repleto de bayas, la familia de jabalí se encontraba allí, habían esquilmado la zona a la que podían llegar y ahora los dos padre y siete de las crías estaban tumbados juntos haciendo la digestión, una de las crías, la más pequeña seguía dándole vueltas al árbol, Gretta se fijó y vio que era la misma que se le había acercado hace dos días, era mas pequeña que el resto y eso la había dejado con menos posibilidades de comer del arbusto, parecía hambrienta, el jabato la miró y luego miró al arbusto -oungh oungh- hizo el pequeño ser con el sonido de su nariz, como pidiéndole ayuda para comer a Gretta.
Gretta se acercó al arbusto y lo sacudió con violencia, haciendo que cayesen casi todo el resto de las bayas que quedaban por la parte media y superior, había muchísima comida y la cría no sabía ni por donde empezar, pronto tuvo que decidirse rápido ya que su familia se levantó al ver el festín, corriendo de nuevo a ponerse las botas, Gretta hizo lo mismo que ellos y entre todos se dieron un banquete, a cuatro patas comiendo podría parecer parte de la piara si fuese un poco más pequeña, los animales en esa isla eran de un tamaño superior al de las islas normales, pero aun así en cambio parecía un jabalí hipertrofiado al que le habían inyectado muchos anabolizantes. Mientras comía con ellos, los jabalíes la trataban como una más, e incluso se atrevían a pelear con ella por una baya que estaba más cerca de un morro que de otro, pero no había violencia solo instinto.
Cuando hubieron acabado con todas las bayas, Gretta se tumbó y para su asombro el jabalí pequeño se apoyó a su lado, cerró los ojos otra vez para descansar y cuando los abrió, toda la familia estaba al rededor suya tumbada. No se acordaba del último abrazo que había recibido, ella suponía que sus padre le habían dado alguno alguna vez, pero era imposible para ella acordarse, era muy pequeña cuando la raptaron, asique este gesto le llenó el alma y se acordaría toda su vida, sentía una conexión con esos animales y parecía ser recíproco, porque salvo algún movimiento brusco que hiciese no se asustaban de ella y parecía que la habían acogido, al final el que parecía ser el padre se levantó haciendo un sonido -oungh oungh- y al instante el resto le contestaron -oungh oungh- Gretta también lo hizo -Oungh Oungh- el sonido le salió solo, como si fuese una habilidad que siempre hubiese tenido, y al hacerlo la familia la miró y le contestaron -oungh oungh- como saludándola en su idioma, el padre comenzó a andar y todos le siguieron, Gretta se quedó en su sitio sin saber que hacer, entonces el pequeño se giro como esperándola y Gretta se decidió, "era hora de tener una familia" se dijo, se levantó y comenzó a seguirlos.
Pasaron los días y con estos las semanas y los meses, no sabía cuanto tiempo llevaba así, pero le daba igual, era feliz, los días habían consistido en seguir al padre por la isla en busca de comida, y siempre acababa encontrándola, si había algún animal herbívoro en la zona de comida a dónde se llegaban, estos huían al ver a Gretta, y entre comida y comida se paraban en unas zonas preparadas que ellos solían usar habitualmente como charcas de barro, lo sabía por las marcas de colmillos en el suelo de otras veces, que se encontraba Gretta, ella había aprendido a hacer charcas también al fin y al cabo, tenían que hacerlas el doble de grandes. En aquellos días durante los viajes, la familia se había acostumbrado totalmente a su presencia, cuando se tumbaba, las crías jugaban a saltar sobre su cuerpo, antes lo hacían sobre sus padres, pero antes los bufidos de estos habían aprendido que sobre Gretta era mejor, ya que esta no se quejaba, es más, le encantaba. Los carnívoros por ahora ni se acercaban a la familia, Gretta no se había fijado en eso, pero aquello no era normal, Gretta estaba manteniendo a la fauna a raya con su presencia.
Una noche cerrada se escuchó un estruendo "BUM" todos se pusieron alerta, otro "BUM" la familia seguía inmóvil, con los jabatos pegados al suelo como camuflándose con el terreno "BUM" este último estallido sonó muy cerca y Gretta identificó el sonido, ya lo había escuchado más veces, eran disparos -Humanos- dijo Gretta, no había hablado en dos meses y le pareció hasta raro, no solo a ella, la familia de jabalíes la miraron como extrañados "BUM" este disparo fue a unas decenas de metros, de repente la maleza y el suelo temblaron con decenas de pisadas y carreras, y muchos animales salieron al claro dónde ellos estaban, corriendo en todas direcciones, huían de algo, Gretta miró y se podían ver sombras en el bosque provocadas por antorchas -Por aquí!, vamos chicos!- se disntiguió una voz en la noche y se acercaban a esa dirección, un ciervo descomunal que huía despavorido se estrelló contra ella, haciéndola tambalear, cuando se recompuso buscó a la familia entre el alboroto y pudo ver como también corrían mas o menos en la misma dirección, salvo el pequeño, este no veía entre tanto alboroto y estaba corriendo en otra distinta, decidió salir tras el, ella era más grande, le seguía el ritmo, pero no podía garrarlo, era impresionantemente esquivo y más para un tamaño como el de Gretta.
Corrió por la maleza bajo la noche tras el pobre jabato asustado durante bastante rato, los disparos se escuchaban detrás, pero estos se alejaban en otra dirección, al final el jabato se tranquilizó y paró de correr, asustado fue junto a Gretta, que estaba apunto de vomitar del esfuerzo, no se había dado cuenta pero estos dos meses había casi doblado su peso, no era difícil ya que venía de estar muy delgada, pero eso había hecho mella en su agilidad y agotamiento. -oungh oungh- gruñó el pequeño jabato asustado, mirando en dirección de dónde venían, Gretta lo entendió, se dio un momento para recuperarse, agarró al jabato y emprendió el camino de vuelta, los disparos no se escuchaban ya desde hacia una hora y pensó que todo había acabado.
Cuando llegó al claro donde se habían separado, había una infinidad de huellas de animales en todas direcciones a las que se sumaban huellas de botas, en ese momento se asustó "¿y si les ha pasado algo?" pensó Gretta -oungh oungh- soltó el jabato, pareciendo decir lo mismo que esta estaba pensando ella, sacudió la cabeza y olfateó hasta encontrar el olor de la familia, llevaba mucho con ellos y al final pudo distinguirlo entre los demás olores, lo siguió.
Durante un buen rato siguió el olor por el bosque, hasta que los llevó fuera de el, hacia la costa, nunca había ido hasta allí con la familia de jabalíes en estos meses, y le pareció raro, entonces vio una gran luz en el horizonte, cuando se acerco un poco más desde arriba de un saliente, que daba a la playa, vio una hoguera enorme y decenas de otras luces provenientes de antorchas que estaban alrededor, había un campamento humano, un barco atracado en la playa, decenas de tiendas de campaña en la arena alrededor de la hoguera y un montón de jaulas apiladas, como las que la atraparon hace 20 años.
Gretta se acercó al arbusto y lo sacudió con violencia, haciendo que cayesen casi todo el resto de las bayas que quedaban por la parte media y superior, había muchísima comida y la cría no sabía ni por donde empezar, pronto tuvo que decidirse rápido ya que su familia se levantó al ver el festín, corriendo de nuevo a ponerse las botas, Gretta hizo lo mismo que ellos y entre todos se dieron un banquete, a cuatro patas comiendo podría parecer parte de la piara si fuese un poco más pequeña, los animales en esa isla eran de un tamaño superior al de las islas normales, pero aun así en cambio parecía un jabalí hipertrofiado al que le habían inyectado muchos anabolizantes. Mientras comía con ellos, los jabalíes la trataban como una más, e incluso se atrevían a pelear con ella por una baya que estaba más cerca de un morro que de otro, pero no había violencia solo instinto.
Cuando hubieron acabado con todas las bayas, Gretta se tumbó y para su asombro el jabalí pequeño se apoyó a su lado, cerró los ojos otra vez para descansar y cuando los abrió, toda la familia estaba al rededor suya tumbada. No se acordaba del último abrazo que había recibido, ella suponía que sus padre le habían dado alguno alguna vez, pero era imposible para ella acordarse, era muy pequeña cuando la raptaron, asique este gesto le llenó el alma y se acordaría toda su vida, sentía una conexión con esos animales y parecía ser recíproco, porque salvo algún movimiento brusco que hiciese no se asustaban de ella y parecía que la habían acogido, al final el que parecía ser el padre se levantó haciendo un sonido -oungh oungh- y al instante el resto le contestaron -oungh oungh- Gretta también lo hizo -Oungh Oungh- el sonido le salió solo, como si fuese una habilidad que siempre hubiese tenido, y al hacerlo la familia la miró y le contestaron -oungh oungh- como saludándola en su idioma, el padre comenzó a andar y todos le siguieron, Gretta se quedó en su sitio sin saber que hacer, entonces el pequeño se giro como esperándola y Gretta se decidió, "era hora de tener una familia" se dijo, se levantó y comenzó a seguirlos.
Pasaron los días y con estos las semanas y los meses, no sabía cuanto tiempo llevaba así, pero le daba igual, era feliz, los días habían consistido en seguir al padre por la isla en busca de comida, y siempre acababa encontrándola, si había algún animal herbívoro en la zona de comida a dónde se llegaban, estos huían al ver a Gretta, y entre comida y comida se paraban en unas zonas preparadas que ellos solían usar habitualmente como charcas de barro, lo sabía por las marcas de colmillos en el suelo de otras veces, que se encontraba Gretta, ella había aprendido a hacer charcas también al fin y al cabo, tenían que hacerlas el doble de grandes. En aquellos días durante los viajes, la familia se había acostumbrado totalmente a su presencia, cuando se tumbaba, las crías jugaban a saltar sobre su cuerpo, antes lo hacían sobre sus padres, pero antes los bufidos de estos habían aprendido que sobre Gretta era mejor, ya que esta no se quejaba, es más, le encantaba. Los carnívoros por ahora ni se acercaban a la familia, Gretta no se había fijado en eso, pero aquello no era normal, Gretta estaba manteniendo a la fauna a raya con su presencia.
Una noche cerrada se escuchó un estruendo "BUM" todos se pusieron alerta, otro "BUM" la familia seguía inmóvil, con los jabatos pegados al suelo como camuflándose con el terreno "BUM" este último estallido sonó muy cerca y Gretta identificó el sonido, ya lo había escuchado más veces, eran disparos -Humanos- dijo Gretta, no había hablado en dos meses y le pareció hasta raro, no solo a ella, la familia de jabalíes la miraron como extrañados "BUM" este disparo fue a unas decenas de metros, de repente la maleza y el suelo temblaron con decenas de pisadas y carreras, y muchos animales salieron al claro dónde ellos estaban, corriendo en todas direcciones, huían de algo, Gretta miró y se podían ver sombras en el bosque provocadas por antorchas -Por aquí!, vamos chicos!- se disntiguió una voz en la noche y se acercaban a esa dirección, un ciervo descomunal que huía despavorido se estrelló contra ella, haciéndola tambalear, cuando se recompuso buscó a la familia entre el alboroto y pudo ver como también corrían mas o menos en la misma dirección, salvo el pequeño, este no veía entre tanto alboroto y estaba corriendo en otra distinta, decidió salir tras el, ella era más grande, le seguía el ritmo, pero no podía garrarlo, era impresionantemente esquivo y más para un tamaño como el de Gretta.
Corrió por la maleza bajo la noche tras el pobre jabato asustado durante bastante rato, los disparos se escuchaban detrás, pero estos se alejaban en otra dirección, al final el jabato se tranquilizó y paró de correr, asustado fue junto a Gretta, que estaba apunto de vomitar del esfuerzo, no se había dado cuenta pero estos dos meses había casi doblado su peso, no era difícil ya que venía de estar muy delgada, pero eso había hecho mella en su agilidad y agotamiento. -oungh oungh- gruñó el pequeño jabato asustado, mirando en dirección de dónde venían, Gretta lo entendió, se dio un momento para recuperarse, agarró al jabato y emprendió el camino de vuelta, los disparos no se escuchaban ya desde hacia una hora y pensó que todo había acabado.
Cuando llegó al claro donde se habían separado, había una infinidad de huellas de animales en todas direcciones a las que se sumaban huellas de botas, en ese momento se asustó "¿y si les ha pasado algo?" pensó Gretta -oungh oungh- soltó el jabato, pareciendo decir lo mismo que esta estaba pensando ella, sacudió la cabeza y olfateó hasta encontrar el olor de la familia, llevaba mucho con ellos y al final pudo distinguirlo entre los demás olores, lo siguió.
Durante un buen rato siguió el olor por el bosque, hasta que los llevó fuera de el, hacia la costa, nunca había ido hasta allí con la familia de jabalíes en estos meses, y le pareció raro, entonces vio una gran luz en el horizonte, cuando se acerco un poco más desde arriba de un saliente, que daba a la playa, vio una hoguera enorme y decenas de otras luces provenientes de antorchas que estaban alrededor, había un campamento humano, un barco atracado en la playa, decenas de tiendas de campaña en la arena alrededor de la hoguera y un montón de jaulas apiladas, como las que la atraparon hace 20 años.