Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
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El dia prometido [Pasado-Comun] [Priv. Jun]
Jun Gunslinger
Nagaredama
Cual patovica del Tropitango, protagonizando otro día aburridísimo en la -irónicamente- llamada Isla Kilombo, la joven Jun custodiaba la puerta de la taberna de su tía Anna. Estaba apoyada contra el ancho marco del umbral, manteniendo los brazos cruzados y un pie por encima del otro. Bloqueaba entrada y salida, pero no le importaba, y por nada desarmaba su postura relajada. Apenas y se inmutaría cuando un individuo se presentó, con la intención de ingresar al lugar.

Uf, que pesado. Creí haber sido clara cuando dije que no quería volver a verte por acá —murmuró, entreabriendo los ojos para observarle con desdén.

Dale nena, solo vengo por un trago, no voy a molestar —respondió el otro, con voz rasposa y arrastrada. 

Se trataba de un personaje bastante conocido en el pueblo, un borracho empedernido que bebía día y noche y por su hábito fácilmente causaba problemas en cualquier sitio al que llegaba. El veterano ya se encontraba visiblemente ebrio, además de que apestaba a licor, por lo que no fue difícil para Jun deducir que seguramente lo habían echado de otra taberna y se había arrastrado hasta aquel lugar con la esperanza de seguir bebiendo.

Nah... —La joven chasqueó los dientes y despegó su espalda de la puerta, enderezándose—. Ve a joder a otro sitio. No eres bienvenido aquí.

¿Y si-¡hic! ...no quiero? —desafió el sujeto, tambaleándose en el lugar. Apenas y podía mantenerse erguido.

Si no te tomas el palo, vamos a tener problemas.

El tipo soltó una carcajada destartalada, y de la manga de su chaqueta maltratada asomó el filo de un arma blanca. —¿Problemas? Estas chistosa hoy, ¡hic! Anda, hazte a un lado —ordenó.

¿Realmente esperaba intimidarla con eso? Jun se aguantó la risa, procurando mantenerse muy seria. Ni lerda ni perezosa, llevó la zurda a la parte baja de su espalda y sacó de la funda su curiosa arma de fuego, apuntándola directamente a la jeta del borracho. La verdad es que tanto despliegue no era necesario, pero enseñar la pistola siempre le divertía.

Tómatelas, o te jodes —advirtió.

¿Qué? ¿Me vas a disparar, niñita?

Jun esbozó una sonrisa casi imperceptible, y su mirada se acentuó con un brillo maníaco. —Claro que te voy a disparar. Para eso son las armas, viejo sarnoso —respondió, deslizando el pulgar para quitar el seguro del arma.

Ese estúpido juguete, seguro que ni municiones tie... —El tipo ni llegó a terminar la oración, que la borrachera se le quitó del susto cuando una bala impactó en el suelo, justo en el espacio entre sus botas gastadas y roñosas. Dejó caer el cuchillo oxidado y retrocedió, trastabillando—. ¡Dios! ¡Está bien! —exclamó, alzando las sucias palmas en señal de rendición—. Ya está bien, ¡hic! ...me largo, pero volveré.

Así como había llegado, bajo la mirada expectante de la peliazul el sujeto se dio la vuelta y emprendió la marcha, caminando lentamente y en zigzag, más borracho que gusano de tequila.

Chau, viejo cajeta.

[Imagen: ld35OIF.png]
#2
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RE: El dia prometido [Pasado-Comun] [Priv. Jun] - por Jun Gunslinger - 28-07-2024, 01:39 AM

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