[Aventura] [T2- Narrada]Los marines son eficientes cuando quieren

Podía quejarse de que no le dejaban vivir tranquilo. Podía quejarse que en su vida nunca hubo gente que le apoyara. Podía quejarse de sus decisiones que lo llevaron hasta esa situación. Podía quejarse de muchas cosas, pero hacerlo no sólo no arreglaría nada, sino que además tampoco sería coherente. Obviamente los marines no le iban a dejar en paz, era un criminal, vivía al margen de la ley y hacía lo que le daba la gana sabiendo cuales serían las repercusiones si lo atrapaban. Tal vez nunca le apoyara nadie, pero sus padres le querían y hacían lo posible para que tuviera una vida decente. No sería la mejor vida del mundo, pero no tenía que huir de nadie ni vigilar sus espaldas. Y sus decisiones… Cada decisión la tomó sabiendo bien cuales serían las consecuencias. ¿Robar en Goa? Obviamente iba a llamar la atención de los nobles, en especial de aquellos a quienes robaron, y eso se traducía en atención de la Marina. ¿Tal vez pondrían precio a su cabeza si lograba huir? Sería problemático, sí, pero a la vez le hacía un poco de ilusión, como si fuera un logro, una insignia.

Su patada no alcanzó al marine en el lugar donde pretendía, pero le rompió la espada, que ya era algo bueno para él. Dejando atrás el sonido de los cachitos de metal cayendo al suelo, avanzó rápidamente hacia el soldado encargado de la comunicación con la base. Al alcanzarlo, sujetó el cañón del rifle que intentaba empuñar para defenderse y le impidió apuntarle. Se posicionó rápidamente tras él, interponiéndolo entre sí mismo y los demás marines. En ese breve lapso de tiempo el marine al que había roto su espada había conseguido una nueva y el otro no dejaba de apuntarle con su rifle. – No me llamo Pirata, soy King Kazma, recuérdalo para los carteles si sobrevives a hoy. Y sé que aquí tenéis un cuartel pequeño, y un barco tardaría como mínimo horas en llegar desde la isla más cercana, así que tengo tiempo de sobra para huir. – Pero primero necesitaba salir de esa situación.

Analizó las posibilidades. Si simplemente soltaba a su rehén y salía corriendo, había muchas posibilidades de que le acertaran con una bala… ¿Eso en su pierna era sangre? Maldición, la bala que le dispararon al moverse debió haberle rozado y no la sintió por la adrenalina. Si mataba al rehén, los demás ya no tendrían motivos para contenerse. Empezó por arrancar el rifle de la correa que lo sujetaba al torso de su rehén, lo tiró al suelo y lo pisó hasta romperlo por completo. Además hizo lo mismo con su espada. Si estaba desarmado no le importaba tenerlo por allí. Alzó al marine a modo de escudo por delante de él, comenzando a acercarse paso a paso a los otros dos.