Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
05-09-2024, 04:53 AM
Orphelia te mira fijamente y dice - Es señora, sargento - su corrección es firme, pero sin acritud - y descuide, asumía que se acercarían en bote. Un navío ligero les permitirá aproximarse mucho antes de pasar a los botes. El entorno de Punta Verde es traicionero. Tratar de desembarcar con un barco grande, por ligero que sea, podría resultar en lo mismo que ha ocurrido con el navío de Montazano. Con respecto a tu plan... - se aproxima al proyector y pone una diapositiva de un mapa de Punta Verde durante la marea alta - no es mala idea, pero probablemente necesitéis más que cuatro personas. Pero me adelanto a los acontecimientos. No sabemos con detalle la situación en que se encuentra Bryan. Por lo que sabemos por su oficial de comunicaciones, están atrapados en un parche de tierra y asediados por la gente de Montazano. Cuando han intentado avanzar, han sido recibidos por fuego de fusil desde el barco encallado. Cuando intentaron reposicionarse, la gente de Montazano usó alguna clase de vehículos para hostigarles y mantenerles en el sitio. El caso es que dejo a vuestro buen juicio las decisiones a tomar una vez estéis en Punta Verde - te das cuenta de que la teniente parece cansada. Tiene ojeras y parece estar haciendo un esfuerzo por mantener el tipo sin bostezar.
Cuando parece que os van a dar la orden de retiraros, el mink león tose nada discretamente - Si me permite, teniente Orphelia, creo que el sargento... - ves cómo se acerca unos papeles y levanta las gafas de sol, mostrando unos ojos dorados - Kenshin ha mostrado una iniciativa y capacidad de valorar la situación táctica que merece una muestra de confianza. Sugiero darle el mando de la operación - en el momento en que pronuncia estas palabras, tus otros compañeros reaccionan atónitos. Particularmente un hombre rubio, que por sus galones deduces que es suboficial, te dirige una mirada de resentimiento. No parece que le haya gustado que sugieran que un inferior jerárquico sea puesto sobre él - Es una medida poco ortodoxa, agente Palemane, pero como diga. Delego en su experiencia - el gesto de cansancio de Orphelia da a entender que prefiere darle la razón y no discutir - Está bien, sargento Kenshin. Estará al mando de la operación como jefe de compañía y tendrá la oportunidad de probar su plan, pero deberá llevarse los cinco pelotones en el barco. Si su plan fracasa, el suboficial Kovacs tomará el mando y los usará para iniciar la evacuación mediante procedimientos estándar, fuego de cobertura y bombardeo naval.
Parece que han decidido meterte en camisa de cinco varas como... ¿castigo? ¿premio? por aportar una idea. La parte buena es que tendrás la oportunidad de lucir tus habilidades para el mando. Quién sabe, si esto sale bien, tal vez hasta te ganes alguna condecoración o un ascenso. Por ahora, te toca organizar el plan y dirigir las tropas. La teniente te tiende un documento en el que salen los detalles de los recursos de que dispones. Además de tu pelotón, cada uno de los otros cuatro soldados llamados lidera su propio pelotón de entre quince y veinte personas. Entre los cinco sumáis ochenta soldados. A eso se suma el Solemnidad Serena, una corbeta de dieciocho cañones.
En el patio te encuentras con que tus hombres están listos y ansiosos por entrar en acción. En concreto, el soldado raso Joe está tan emocionado que estás seguro de que al cuadrarse se ha hecho daño en la frente con la mano. Poco después se os suman los otros cuatro pelotones, con lo que os acabáis juntando un grupo numerosos en el patio. Desde las murallas del cuartel, algunos vigías os observan con curiosidad. Probablemente seréis lo más emocionante que estos pobres diablos vean en toda su ronda de hoy. Por otro lado, sus aburridas rutinas los mantendrán lejos del peligro, a diferencia de tu compañía.
Una vez la compañía improvisada está lista, el suboficial Kovacs se te acerca. Dirías que está tragándose su orgullo y le cuesta pronunciar las siguientes palabras - Las tropas están listas, jefe de compañía. Esperamos sus órdenes.
Cuando parece que os van a dar la orden de retiraros, el mink león tose nada discretamente - Si me permite, teniente Orphelia, creo que el sargento... - ves cómo se acerca unos papeles y levanta las gafas de sol, mostrando unos ojos dorados - Kenshin ha mostrado una iniciativa y capacidad de valorar la situación táctica que merece una muestra de confianza. Sugiero darle el mando de la operación - en el momento en que pronuncia estas palabras, tus otros compañeros reaccionan atónitos. Particularmente un hombre rubio, que por sus galones deduces que es suboficial, te dirige una mirada de resentimiento. No parece que le haya gustado que sugieran que un inferior jerárquico sea puesto sobre él - Es una medida poco ortodoxa, agente Palemane, pero como diga. Delego en su experiencia - el gesto de cansancio de Orphelia da a entender que prefiere darle la razón y no discutir - Está bien, sargento Kenshin. Estará al mando de la operación como jefe de compañía y tendrá la oportunidad de probar su plan, pero deberá llevarse los cinco pelotones en el barco. Si su plan fracasa, el suboficial Kovacs tomará el mando y los usará para iniciar la evacuación mediante procedimientos estándar, fuego de cobertura y bombardeo naval.
Parece que han decidido meterte en camisa de cinco varas como... ¿castigo? ¿premio? por aportar una idea. La parte buena es que tendrás la oportunidad de lucir tus habilidades para el mando. Quién sabe, si esto sale bien, tal vez hasta te ganes alguna condecoración o un ascenso. Por ahora, te toca organizar el plan y dirigir las tropas. La teniente te tiende un documento en el que salen los detalles de los recursos de que dispones. Además de tu pelotón, cada uno de los otros cuatro soldados llamados lidera su propio pelotón de entre quince y veinte personas. Entre los cinco sumáis ochenta soldados. A eso se suma el Solemnidad Serena, una corbeta de dieciocho cañones.
En el patio te encuentras con que tus hombres están listos y ansiosos por entrar en acción. En concreto, el soldado raso Joe está tan emocionado que estás seguro de que al cuadrarse se ha hecho daño en la frente con la mano. Poco después se os suman los otros cuatro pelotones, con lo que os acabáis juntando un grupo numerosos en el patio. Desde las murallas del cuartel, algunos vigías os observan con curiosidad. Probablemente seréis lo más emocionante que estos pobres diablos vean en toda su ronda de hoy. Por otro lado, sus aburridas rutinas los mantendrán lejos del peligro, a diferencia de tu compañía.
Una vez la compañía improvisada está lista, el suboficial Kovacs se te acerca. Dirías que está tragándose su orgullo y le cuesta pronunciar las siguientes palabras - Las tropas están listas, jefe de compañía. Esperamos sus órdenes.