Jack D. Agnis
Golden Eyes
28-07-2024, 04:05 AM
-Eso es lo que espero niño. Que sea el mejor y sea el mas rápido. Sobre todo esto ultimo, porque no sé cuanto tiempo permaneceré por aquí - dije con una sonrisa mientras lo observaba tratar de peinarse luego de haberle jodido su peinado. No iba a negar que me gustaban los niños que había pensado en tener hijos, pero mi vida no era para un niño y tampoco valía la pena que se quedara sin padre en caso de que perdiera la vida en una de mis tantas batallas.
“Ya me abandonaron a mi, por que hacerle lo mismo a otro niño? “ me pregunté, mientras mantenía mi sonrisa.
-¿De huesos? Tsk y para que le serviría? Los huesos son huecos y al final se romperían. No detendrían una espada de acero ni en un millón de años. Aun así, si tu padre ha logrado eso con huesos, me parece impresionante. Eso me da la seguridad de que le estoy encargando mi ropa a un buen sastre. - le dije al niño, mientras observaba lo que había en la tienda.
-Con respecto al cuero, ¿que tipos de cuero tienen? Y cual me recomiendas para una chaqueta, unos pantalones y unas botas?- le pregunté al niño, suponiendo que este sabría algo sobre el material con el que trabajaba su padre.
Mientras esperaba su respuesta, la campanita que tenían en la puerta, sonó por lo que me giré para observar un hombre de aspecto rudo y robusto, mucho mas alto que yo.
“El padre supongo” pensé, mientras miraba aquel hombre.
-Supongo que es el Sastre, no? Y no se preocupe, no esperé mucho. Ademas este niño me atendió muy bien. El legado de su tienda está asegurado- le dije de manera divertido y sonriente, mientras observaba todo aquella pantomima que ambos dos hacían.
-Vaya, yo esperaré con algo de panciencia y si tiene atrás algo de buen cuero, le recomiendo que lo traiga. Tal vez nos sirva- dije con una sonrisa, antes de verlo desparecer tras una puerta.
-Oye niño, ya que estas. Ud. como comerciantes compras cosas… contrabandeadas? - pregunté, mientras lo observaba con atención. No era la primera vez que le ofrecíamos a comerciantes locales nuestra mercancía robada, pero no todos tenían los huevos para aceptarla.
-Tal vez podríamos llegar a un trato y en vez de pagarles con dinero, les pague con… mercancía-
“Ya me abandonaron a mi, por que hacerle lo mismo a otro niño? “ me pregunté, mientras mantenía mi sonrisa.
-¿De huesos? Tsk y para que le serviría? Los huesos son huecos y al final se romperían. No detendrían una espada de acero ni en un millón de años. Aun así, si tu padre ha logrado eso con huesos, me parece impresionante. Eso me da la seguridad de que le estoy encargando mi ropa a un buen sastre. - le dije al niño, mientras observaba lo que había en la tienda.
-Con respecto al cuero, ¿que tipos de cuero tienen? Y cual me recomiendas para una chaqueta, unos pantalones y unas botas?- le pregunté al niño, suponiendo que este sabría algo sobre el material con el que trabajaba su padre.
Mientras esperaba su respuesta, la campanita que tenían en la puerta, sonó por lo que me giré para observar un hombre de aspecto rudo y robusto, mucho mas alto que yo.
“El padre supongo” pensé, mientras miraba aquel hombre.
-Supongo que es el Sastre, no? Y no se preocupe, no esperé mucho. Ademas este niño me atendió muy bien. El legado de su tienda está asegurado- le dije de manera divertido y sonriente, mientras observaba todo aquella pantomima que ambos dos hacían.
-Vaya, yo esperaré con algo de panciencia y si tiene atrás algo de buen cuero, le recomiendo que lo traiga. Tal vez nos sirva- dije con una sonrisa, antes de verlo desparecer tras una puerta.
-Oye niño, ya que estas. Ud. como comerciantes compras cosas… contrabandeadas? - pregunté, mientras lo observaba con atención. No era la primera vez que le ofrecíamos a comerciantes locales nuestra mercancía robada, pero no todos tenían los huevos para aceptarla.
-Tal vez podríamos llegar a un trato y en vez de pagarles con dinero, les pague con… mercancía-