Invierno año 732/Isla Kilombo/11:40 pm
Aquella era una noche como cualquier otra en el.pueblo de Rostock, en donde piratas de malavida; borrachos que solo buscan saciar su sed y hombres apasionados por pa bohemia salían a la vida nocturna por los bares y sitios de apuestas clandestinos. Así era normalmente en en las noches en aquel pueblo que era conocido por darse a la fiesta por cualquier tipo de festividad, incluso si es que no tienen nada por lo cual celebrar son capaces de descorchar una buena botella de sake y festejar como si el fin del mundo llegara en los primeros rayos del alba.
En ese contexto, Bonez se encontraba en un bar bastante famoso en aquel pueblo, "El caballo ebrio" un título ridículo y divertido con el cual atraer clientes, lo cual parecía funcionar por el nivel de personas que estaban en aquel ligar tiendo bebiendo y disfrutando de aquella sociabilidad que llegaba con la.mezcla del alcohol y la noche. Sin embargo, ese día Bonez no parecía disfrutar la noche como habituada normalmente, de hecho no se había tomado el vaso de sake que tenía al costado hace un buen rato, ya que habia una cierta preocupación en su rostro.
Bonez se encontraba sentado en la.barra de manera silenciosa, mirando el reloj que el.bartender tenía colgado por sobre la repisa en donde tenía acomodado los licores y los vasos de manera organizada, viendo el.minutero de aquel reloj en su imparable movimiento mientras que se acercaba más y más la hora de la medianoche, quedando solo 20 minutos para que sonarán las campanadas de aquel viejo reloja mientras que sacaba su pipa, la cual relleno con un poco de tabaco de miel y se dispuso a encender este con una cerilla que ya tenía preparada. Lentamente encendió el tabaco da doble unas cuantas caladas, exhalando el humo al momento en que maldecía por lo bajo, ya que sabía que aquel hombre ya estaba decidido en que se encontraran ahí mismo.
La gente iba y venía, mientras que el se mantenía en su posición, sintiendo como en ese mismo momento otra persona se sentaba cerca de su posición, al parecer no era quien el pensaba, así que dio un leve suspiro antes de beber el.sake de su vaso de un solo trago antes de pedir otro al camarero, viendo si llegaba aquel que no sabía si iba a venir.
Aquella era una noche como cualquier otra en el.pueblo de Rostock, en donde piratas de malavida; borrachos que solo buscan saciar su sed y hombres apasionados por pa bohemia salían a la vida nocturna por los bares y sitios de apuestas clandestinos. Así era normalmente en en las noches en aquel pueblo que era conocido por darse a la fiesta por cualquier tipo de festividad, incluso si es que no tienen nada por lo cual celebrar son capaces de descorchar una buena botella de sake y festejar como si el fin del mundo llegara en los primeros rayos del alba.
En ese contexto, Bonez se encontraba en un bar bastante famoso en aquel pueblo, "El caballo ebrio" un título ridículo y divertido con el cual atraer clientes, lo cual parecía funcionar por el nivel de personas que estaban en aquel ligar tiendo bebiendo y disfrutando de aquella sociabilidad que llegaba con la.mezcla del alcohol y la noche. Sin embargo, ese día Bonez no parecía disfrutar la noche como habituada normalmente, de hecho no se había tomado el vaso de sake que tenía al costado hace un buen rato, ya que habia una cierta preocupación en su rostro.
Bonez se encontraba sentado en la.barra de manera silenciosa, mirando el reloj que el.bartender tenía colgado por sobre la repisa en donde tenía acomodado los licores y los vasos de manera organizada, viendo el.minutero de aquel reloj en su imparable movimiento mientras que se acercaba más y más la hora de la medianoche, quedando solo 20 minutos para que sonarán las campanadas de aquel viejo reloja mientras que sacaba su pipa, la cual relleno con un poco de tabaco de miel y se dispuso a encender este con una cerilla que ya tenía preparada. Lentamente encendió el tabaco da doble unas cuantas caladas, exhalando el humo al momento en que maldecía por lo bajo, ya que sabía que aquel hombre ya estaba decidido en que se encontraran ahí mismo.
La gente iba y venía, mientras que el se mantenía en su posición, sintiendo como en ese mismo momento otra persona se sentaba cerca de su posición, al parecer no era quien el pensaba, así que dio un leve suspiro antes de beber el.sake de su vaso de un solo trago antes de pedir otro al camarero, viendo si llegaba aquel que no sabía si iba a venir.