Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
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[Común] [C - Pasado] Una mañana en el pasillo de las hierbas. [Terence]
Asradi
Völva
Mientras compartían unas pocas y escuetas palabras, en lo que el chico también parecía también interesado en recuperar el maletín, Asradi no le quitaba la vista de encima. Más que nada por precaución. Loguetown era una ciudad con población variada, estaba sola y desconocía muchas de las zonas. O de las intenciones que algunos o algunas pudiesen tener. Contempló en silencio como el chico trajeado se hacía con el objeto con tranquilidad. Asradi supuso que el grandullón que había volado, literalmente, hacia el puesto de mercado, se lo había robado. Esa era una forma rápida de recuperar lo que era de cada uno. No iba a juzgarle ni a culparle. Ella tampoco habría sido amable si un tipo como ese le hubiese intentado hurtar. En realidad, casi no lo había sido con el hombrecillo que había tratado de timarla.

La oportunidad anida en todos lados, no solo en las grandes ciudades. — Adjuntó la pelinegra, contemplando los restos de frascos que, ahora, yacían esparcidos y abandonados por el suelo. El tendero ni tan siquiera se había molestado en recuperar parte de la mercancía. Lo que ya le daba a entender que no le suponían una gran pérdida.

Una estafa piramidal, sin duda alguna.

Con unos movimientos delicados y sutiles de sus manos, Asradi se acomodó un poco la larga falda, ajustándola bien para que no mostrase nada indebido. En su caso, la cola de sirena que ocultaba bajo los vuelos de la tela. Una que, al menos, no transparentaba nada. Se giró levemente para, ahora, quedar frente a frente con el varón, una vez éste acortó distancias para con ella, tras haber recuperado su objeto.

Los ojos oceánicos de Asradi se posaron en los contrarios, quizás ahondando un poco, pero nada más que eso. Tanteándole. Y, de todas maneras, sonrió brevemente ante sus palabras.

No has sido tú el que ha arruinado nada, precisamente. — Siguió, con la mirada, el frasco que, ahora, el otro tomaba delicadamente entre los dedos. Sí, era uno en los que ella se había fijado desde un inicio. — No es sulfa, ni tan siquiera el color es cercanamente similar. — Asintió a las palabras de él, dándole la razón. No se podía utilizar como antibiótico. Tal y como ella había pensado, era un grandioso timo con el que su dueño trataba de lucrarse a costa de la salud y la desesperación de otras personas que sí tenían necesidades.

Con un movimiento certero, la fémina atrapó el frasco cuando fue lanzado, suavemente, hacia ella. Una vez en su mano, lo contempló de manera más directa. Incluso se atrevió a abrirlo y a oler de manera discreta. No, definitivamente, eso ni tan siquiera tenía un compuesto medicinal. La ceniza era buena para exfoliaciones dérmicas. Pero no para ingerir o para utilizarla para otra cosa que no fuese la ya explicada.

Aún así, aunque pudo haber desechado ese frasco en el momento, la sirena se lo guardó entre sus pertenencias. Lo analizaría cuando estuviese a solas y en un lugar adecuado para ello. No iba a usarlo con fines médicos, simplemente porque no servía. Pero tenía curiosidad por saber cuáles compuestos eran los que tenía en su interior.

Sería muy injusto encerrar a unos civiles que nada tuvieron que ver. — Lo dijo al aire, con una sonrisa entre divertida y entretenida por la situación. Sí, sus compras quizás se habían arruinado pero todavía el día era largo y había muchas cosas que aprender y ver por delante. Y conocer.

Quizás como el chico que, ahora, se presentaba como Terence y la invitaba a continuar la charla en una cafetería cercana.

Claro, te acompaño. — Tras mirar unos momentos a su alrededor, y asegurarse de que nadie les seguía o no les habían prestado atención, acompañó al varón hacia el establecimiento que él escogiese.

No te preocupes, la situación no daba pie a presentaciones en ese momento. — Siguió los pasos de Terence cuando comenzaron a alejarse del lugar. — Un placer, yo soy Asradi. — Una sonrisa suave y cándida se esbozó en los labios sonrosados de la susodicha.

Ahora bien, aunque sí se dispuso a seguir a Terence, el caminar de ella era un tanto peculiar. Casi como dando pequeños y adorables saltitos. Muchos la habían confundido o pensando que se trataba de una persona tullida. Algunos la habían mirado con pena en sus ojos al estilo “Pobre, tan joven y lisiada”. O con comentarios similares. Asradi prefería que pensasen eso a arriesgarse a que descubriesen lo que era realmente. Si estuviese cerca del mar, no tendría problema. Pero en el corazón de una ciudad... Era como ofrecer, a mano abierta, un cofre del tesoro a un pirata.

No podía arriesgarse.

Y dime, Terence. ¿Eres oriundo de Loguetown o solo estás de paso? — Continuó con la conversación, de camino a la consabida cafetería.
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RE: [C - Pasado] Una mañana en el pasillo de las hierbas. [Terence] - por Asradi - 05-09-2024, 03:55 PM

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