¿Sabías que…?
...oficialmente el aniversario del manga One Piece es el 22 de Julio, dado que ese día en el año 1997 fue cuando se publico el primer capitulo.
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Marine siempre tienen buena mercadería
Octojin
El terror blanco
El tiburón llevaba una temporada buscando un objeto, y no era capaz de conseguirlo. Se desplazó hasta el mercado de isla Kilombo, lleno de bullicio y vida, con la firme intención de conseguir aquello que tanto ansiaba.

Lo cierto es que el mercado vibraba con la energía de sus comerciantes y visitantes. Los puestos estaban alineados en hileras desordenadas, vendiendo todo tipo de mercancías de distíntos índoles: desde frutas exóticas, pasando por tejidos finos, algunos tipos de armas de segunda mano, y lo que más interesaba a Octojin en ese momento, objetos raros y difíciles de conseguir. En aquella ocasión, el tiburón gyojin caminaba con un objetivo muy claro en mente: conseguir un dial de agua. Había sido su sueño durante mucho tiempo, y estar tan cerca de conseguirlo, hizo que se le erizara la piel.

El habitante del mar no conocía mucho de los diales más allá de lo que le habían contado la gente que los vendía. Eran objetos extremadamente valiosos para la gente, y había una enorme diversidad de ellos con usos muy distintos. Algunos se podían usar como linternas, o como fogatas, pero otros se empleaban en peleas y multiplicaban los impactos que recibían. Sin duda, eran objetos muy a tener en cuenta para aventureros como él.

De echo, entre los habitantes del mar llamaba sobre todo la atención el dial de agua. Especialmente para aquellos como Octojin que practicaban el Karate Gyojin. Un dial de agua podía almacenar grandes cantidades de agua, lo cual permitía a los usuarios liberar su contenido en poderosos ataques. Era un objeto codiciado, no solo por su capacidad de almacenaje, sino por lo que simbolizaba. Tener uno era como poseer una parte del océano misma, un vínculo con su hogar marino, incluso estando en la superficie.

El tiburón avanzó a paso firme, atrayendo su enorme figura las miradas de los curiosos. La piel grisácea y las afiladas aletas sobresalían entre la multitud humana, pero Octojin estaba acostumbrado a esa atención, por lo que no prestó mucho interés en intercambiar palabras con aquellos que murmuraban cosas sobre él. Su mirada se movía de un puesto a otro, evaluando cada uno con cuidado, buscando señales de que algún comerciante tuviera lo que necesitaba.

Pasó por algunos con ropajes singulares que le llamaron la atención, pero como de costumbre, no tenían su talla. También por lugares de carne cuyo olor atrajo al tiburón, pero tampoco tenía manera de cocinarla allí. Así que tras varios puestos, empezaba a darse por perdido.

Finalmente, sus ojos se posaron en un pequeño puesto en la esquina del mercado, donde un humano de pelo marrón rojizo, largo y ondulado, que lo tenía recogido en una cola de caballo manejaba una variedad de objetos extraños. El gyojin observó tranquilamente todos los objetos, a cada cual más raro, y se sorprendió al ver que quizá había más objetos de los cuales desconocía su uso que los que sí. Sobre una tela polvorienta se extendían varias clases de diales, cada uno con una inscripción que indicaba su tipo: diales de viento, de calor, de impacto, pero entre todos, destacaba uno en particular.

El ansiado dial de agua tenía una apariencia sencilla, pero al mismo tiempo majestuosa. De forma redondeada, estaba hecho de un material similar al coral, con pequeños surcos que parecían diseñados para permitir el flujo del agua. A través de una pequeña abertura en su superficie, el agua podía ser expulsada en chorros o rafagas, dependiendo de cómo se usara. En su centro, una ligera ondulación reflejaba la luz de manera que simulaba las olas del océano, como si llevara en su interior el espíritu del mar mismo.

Octojin se detuvo frente al puesto y, sin apartar la mirada del dial, se inclinó un poco para observarlo más de cerca. "Es perfecto, pensó para sí mismo, sabiendo que ese dial le ayudaría no solo a mejorar sus técnicas, sino también a tener una conexión más profunda con su hogar submarino.

El gyojin cambió el objetivo de su mirada, del dial al humano, notando el interés en sus ojos.

— Necesito este dial de agua, es una joya rara, perfecta para alguien como yo, que aprecio las maravillas del mar. ¿Cuánto pides por él?— preguntó el tiburón, con un tono firme pero respetuoso.

Octojin entrecerró los ojos, consciente de que si podía pagarlo, lo haría. Aunque fuese un precio alto, el dial lo valía. Así que se limitó a esperar respuesta y, de tener el suficiente dinero, proceder con la compra. Aquél objeto tenía que ser suyo, y una vez lo fuese, lo usaría con inteligencia.
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RE: Marine siempre tienen buena mercadería - por Octojin - 05-09-2024, 05:46 PM

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