¿Sabías que…?
... Eiichiro Oda empezó la serie con la idea de terminarla en 5 años, pero se dio cuenta de que en esos 5 años que la trama ni siquiera llegaba al 50%.
[Común] [C-Pasado] Diamante en bruto
Ragnheidr Grosdttir
The Storm
¡QUIETO TOL MUNDO! — Gritó la mujer con toda la potencia que pudo poner en su voz. Elevó el arma de fuego, apuntando directamente a Padre. Se escucharon algunos gritos de terror y de miedo por la sorpresa, aquel inesperado movimiento y sobre todo por la amenaza de la pistola. Los civiles se alejaron de ella, creando un cerco a su alrededor de espacio vacío y resaltando así aún más su presencia. — ¡Podemo hasé esto por la buena o por la mala, Padre! ¡Olvidaré que mas tenío encerrá y amordazá dos putos días! ¡Solo quiero que suelte a Ragn y nos iremo sin más movida! — La tensión estaba a un nivel que se podía mascar el airecillo que corría. Los pelos del vikingo se movían, ocultando su visión ... Estaba con la cabeza gacha, observando la madera y la sangre que brotaba de su cuerpo. El final estaba cerca, lo tenía más asumido de lo que quizás debería en una ocasión así, perder la esperanza era el último nivel al que llegar, por que no había una posible vuelta atrás. Intentó alzar la cabeza cuando una voz que conocía apartaba a todas las demás. Enérgica como siempre, apuntando directamente con un arma al mismísimo padre, lo que casi nadie se había atrevido en años. Padre estaba desconcertado, mirando atentamente a la gran mujer (por el tamaño). Sonreía, confiado. — ¡Calmate, hija! — Dejó caer la biblia al suelo para levantar ambos brazos. — Por favor, hablo a todo el mundo, no le hagan nada a esta niña. No sabe qué está haciendo. Por favor, Airgid, mira a tu alrededor ... ¿Qué estás haciendo? — Cerca de la rubia muchos tenían mala cara, como si estuvieran esperando el momento exacto donde saltar sobre ella ... El último aviso.

Du... Blond jente. — Susurró con dificultad. Le costaba levantar el rostro, no por su condición física, más bien por su actitud derrotada por completo. — Mira, has despertado al monstruo. Jajajaja es increible lo que puede hacer una persona por otra. — Alguien le colocó una escopeta en la nuca a la rubia, estaba claro que eso iba a pasar. — ¡Vamos niña! todos ellos son yo y yo soy ellos, por supuesto que no saldrás de aquí tan fácilmente. — La señaló y las veinte personas alrededor de Airgid se giró hacia ella, sin miedo. No era tan fácil abatir a Padre desde esa distancia, como si él no hiciera nada para evitarlo. ¿Qué podía hacerlo? Por supuesto, pero se jugaría la vida después. — ¡¡NOOOOO!! — Gritó de repente Rag, asustando a los que estaban cerca de él. — ¡¡NOOOOO!!! — Volvió a gritar, levantando la vista para fijarse en Padre, mirandole a los ojos. La ira cubría el iris del vikingo, casi salía de su cuerpo para tomar forma. — ¡Eso, eso, gritaaaa! no vas a salir de aquí por mucho que grites, por mucho que aparezca más gente intentando ayudarte. ¡Nunca! — Se puso al mismo nivel ... Le caía un hilo de baba a Josis, llevado por su extremismo y desesperación. — ¡Ming! — Volvió a vociferar desesperado. — ¡Serás absuelto completamente si le quitas la vida a este hombre, ahora mismo! — A todo esto, el nórdico comenzó a aspirar, infló los mofletes y pocos segundos después se desinfló, aunque no liberó el aire.

Ming se acercó a Padre. — Claro, señor ... — Flexionó el torso, con respeto. — ¡Niña! — Otra vez, gritó. — Espero que mires bien, esta maldita basura pagana morirá hoy aquí y lo hará a manos de un tiparraco como Ming, que se unió al monstruo cuando jamás debió hacerlo. Hoy acaba una vida y empieza una nueva. — Ming tenía también la gracia del pueblo a todos les chocó de sobremanera que actuara de aquella forma junto a Rag. Y más aún que fuera detenido. Y MÁS aún que Josis lo humillara siempre que podía, de una forma u otra. Ming se colocó detrás del rubio, sacó una pistola y le apuntó a la cabeza. El hombre, notó con rapidez que el cuerpo del Bucanner ya no era igual, es más, estaba creciendo, más gigante. Las venas de sus brazos se elevaron hasta el cuello y de ahí hasta los ojos. Sus músculos aumentaron, notándose el crecimiento de manera bastante notoria, hasta el punto que las esposas de sus muñecas estaban a punto de explotar de la tensión. Cuando padre se dio la vuelta, Ming se acercó a Ragn, al oído. — Qué haces, ¿planeas algo? Déjalo, si se da cuenta te matará de una forma horrible, acepta morir rápido. Te prometo que no dejaré que sufras ... Pero para lo que estés haciendo idiota ... — Le susurraba. Ragn giró la vista, el poder de ese odio se transmitió a Ming. Ni una palabra hizo falta, el sujeto de aquella akuma extraña de reflejar daría un paso atrás, con temor.

No es que no quisiera hablar, es que el Veien til Elbaf se lo impedía al tener que mantener el aire a toda costa. La tensión de su cuerpo iba a más. Los hombros crecieron, agrietando su piel. Se volvió áspera, seca, mezclándose con unos huesos que seguían creciendo. Todo su cuerpo se estaba transformando y lo estaba haciendo a una velocidad bastante óptima. Ming volvió a retrasar un pie mientras Josis seguía con su discurso, un discurso enfocado a Airgid. Buscaba atemorizarla. Ordenó a los civiles que la rodearan, pero la plaza estaba repleta de gente. Muchos simplemente iniciaron un caminar hacia otros lugares, vaciando la sala. — ¿Dónde creéis que vais? ¡Qué os pensáis! — Seguía muy fuera de su tono habitual. — Los que escapen hoy, serán considerados rebeldes. Enemigos de la granja. ¡Enemigos de dios! — Una sombra comenzó a levantarse detrás de Josis. La sombra era Ragn, que había partido en tres las esposas. Su cuerpo creció hasta los ocho metros, pero de ancho se iba mucho más allá, abarcaba demasiado terreno. Las vigas de metal que mantenían el altar, se tambaleó, lo que al fin llamó la atención de Josis. — TUUU ....... T ... TU .... — Le costaba hablar, si entonaba palabras es que el efecto se le marcharía pronto. Josis se fue dando la vuelta lentamente, atemorizaba.

Ya no era odio lo que respiraban sus ojos. Estaban hundidos, de un color blanquecino. Retrasó uno de sus puños ... Lo alzó, hacia el astro rey. — Q ... Q ... Qué ... — Un gasecillo de color amarillo oscuro fue dándole aún más tamaño al puño, llegando a los varios metros de tamaño. — ¡¡¡¡MORRRRIIIIRRR!!!! — El impacto se notó en toda la Granja. En toda. Aquel puño descendió, abrasando la piel de Josis y extendiéndose rápidamente por el lugar. El atril se hundió, quebrándose por completo. Un caos muy descontrolado se extendió. La mezcla de aquel peligroso gas, junto con el polvo y el ajetreo, hizo que caminar en La granja fuera muy difícil. Nadie sabía quién era aliado, pues no podían identificar a alguien hasta tenerlo a pocos centímetros, encima, lo que les rodeaba bien podría ser aquel mortífero gas.

El cuerpo de Josis se fue deshaciendo poco a poco entre gritos de dolor. La piel se le fue cayendo a trozos. ¿Era tan potente el gas mostaza? para nada, pero estaba tan concentrado y estaba emanándolo sin freno, en un contacto constante. El cuerpo de Josis también estaba muy mayor y su piel no era la de un niño. El dolor que sufría era innombrable. Por un instante pareció escucharse el grito de almas en pena saliendo de su propio cuerpo. Las personas que sufrieron gracias a él. Personas de las que abusó o mató ... Era tan larga la lista, que era bastante lógico mezclar esa fantasía con la realidad. Lo cierto es que los gritos eran de los demás civiles integrantes de La granja. Con la caída de la plataforma, todo se comenzó a liar pero bien. El polvo se unió al gas, formando una especie de tormenta de arena que fue creciendo conforme todos iniciaron su estado de locura, queriendo salir de allí. El único que murió directamente fue Josis, los que estaban cerca y se veían afectados por el gas, obtendrían quemaduras leves que harían cicatrices que mostrar a sus nietos si salían de allí. La persona que tenía el arma en la nuca de Airgid guardó su arma y comenzó a correr hacia cualquier dirección. —¡Corred o nos matará a todos el vikingo! — Aquel cuento no era cierto, por lo menos no del todo. El uso del gas no le era fácil y muchas veces sentía cierta liberación cuando lo expulsaba sin freno.


Gas Mostaza: Produce quemaduras leves al contacto. Es de un color amarillento. No funciona en ambientes húmedos.
Veien til Elbaf (Camino a Elbaf)
U29001
ÚNICA
Pasiva
Tier 0
Veien til Elbaf es un estilo de combate que se lleva realizando décadas en la familia Grosdttir, aunque no todos son capaces de ejercer todo el poder en los golpes, cómo algunos elegidos, por ejemplo Ragnheidr (debido a su genética Bucanner). Vein til Elbaf se basa en ejercer todo el poder físico posible en cada movimiento que uno realice, tanto ofensivo (generalmente) como defensivo. Antes de realizar un golpe, toman aire y entonces se ejecuta un movimiento bestial, con todo el poder posible. El cuerpo de Ragnheidr irá aumentando en tamaño conforme realice las respiraciones, llegando a un punto donde hay músculos que sobresaldrán en exceso o que se sobrepondrán a otros. Estas tomas de aire se llaman "Beirham" y se les da uso cuando el usuario quiere utilizar una técnica basada en este estilo de combate, aunque también de forma pasiva con aumentos momentáneos. El usuario aumenta pasivamente 3/6/9 los atributos fuerza/resistencia.

— Uso de los Beirham
▸1 turno de carga
▸Aumenta el daño de un golpe en 30 Puntos de vida. Aumenta un bloqueo en 20 puntos de vida.
▸Aumenta el daño de un golpe en 60 Puntos de vida. Aumenta un bloqueo en 40 puntos de vida.
▸Aumenta el daño de un golpe en 90 Puntos de vida. Aumenta un bloqueo en 60 puntos de vida. Al estar en tres cargas aplica el efecto [Miedo].
▸Mantener el tercer bono tendrá un coste de 10 de energía por turno.
#16


Mensajes en este tema
[C-Pasado] Diamante en bruto - por Airgid Vanaidiam - 22-08-2024, 10:50 PM
RE: [C-Pasado] Diamante en bruto - por Ragnheidr Grosdttir - 05-09-2024, 07:06 PM

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