Son Goku D. Namek
Dr. Goku
05-09-2024, 07:08 PM
Trotar 10 kilómetros cada mañana se había vuelto algo rutinario para Goku. Con cada día que pasaba, el esfuerzo era menor. Sus sesiones de entrenamiento se alargaban porque, francamente, el consultorio donde trabajaba estaba más vacío que su memoria. El único problema real era Lunch, la secretaria, cuya actitud repelente espantaba a cualquier paciente que se atreviera a cruzar la puerta.
Después de su carrera matutina, Goku decidió tomarse un descanso en una plaza. Se sentó en una vieja banca de madera pintada de verde, cuando, de repente, una paloma apareció de la nada y comenzó a graznar en... ¿código morse? Al principio, Goku estaba más confundido que de costumbre, pero luego se dio cuenta de que el pájaro le estaba mandando un mensaje. Intentó seguir el ritmo frenético del ave, anotando mentalmente las instrucciones mientras escribía en una libreta imaginaria - ¡Más despacio, maldita sea! - gritó, frustrado. Si el gobierno supiera lo torpe que en realidad es, jamás le habrían confiado esa misión.
Con más suerte que capacidad, Goku recordó el orden de los graznidos y decidió regresar a su casa a buscar un libro de código morse. Pasó desde las 8 de la mañana hasta la 1 de la tarde intentando descifrar el mensaje, cabeceando de sueño y frustración. Al final, el mensaje lo condujo a... una taberna a las afueras de la ciudad, donde siempre entregaban las misiones - ¡Maldita paloma, me hiciste perder el tiempo! ¡¡YO YA CONOZCO EL LUGAR ESE!! - gritó, corriendo a cambiarse de ropa y dirigirse a la taberna.
Goku, con su traje negro y corbata ajustada, cabello alborotado y piel pálida, llegó al lugar y se disculpó con el agente en la barra. Tras rascarse la cabeza con una sonrisa de disculpa, siguió las indicaciones y se plantó frente a una puerta con candado. El número de combinación era 56643, y con una confianza exagerada, Goku comenzó a girar los números uno por uno. Desde la barra, un agente lo observaba con una sonrisa burlona. Todo estaba en su lugar, los números encajaban, y Goku, con sudor en la frente, finalmente logró abrir el candado... cuya combinación real era 11111. El agente en la barra no pudo contener la risa al ver como este mono estúpido le costaba tanto poner una clave tan simple, y Goku, agotado mentalmente pero satisfecho, levantó el pulgar en señal de triunfo.
Dentro de la habitación, un Dendenmushi le daba las instrucciones precisas para la misión. Esta vez, Goku se aseguró de tener papel y lápiz a mano. Anotó el nombre del objetivo, algo sobre que se quedaría cinco días, se olvidó por completo de lo del opio, y también apuntó que habría una boda familiar. Más instrucciones siguieron, debía esperar en la habitación y responder a tres golpes-pausa-dos golpes con la frase: "No he pedido nada", y si contestaban que era "un regalito de parte del Blue", entonces todo estaba en marcha - Dios, ¿por qué no pueden hacerlo más fácil? - murmuró, rascándose la cabeza. Claramente, Goku no había nacido para las misiones complejas... ojala para la proxima lo mandaban con alguien que pudiese llevar la logistica mejor que el... no se, tal vez a alguien como Vegetta o el señor Ten Shinhan, tal vez, incluso Muten Roshi podría hacerlo mejor... o hasta Lunch... o bueno, CUALQUIER OTRO AGENTE DEL CIPHER POL QUE CONOCIA LE PODRIA AYUDAR EN ESTA PARTE!!
Finalmente, llegó el día de la misión. Con toda la confianza del mundo, Goku, vestido de negro con su maletín de médico, se paró frente al hotel. Entró por la puerta principal, se acercó a la recepción y con su tono más "profesional", dijo - Hola, soy Goku. Tengo una reservación... guiño, guiño. - olvidándose completamente que debía tener una coartada o un nombre falso... bueno, eso de mentir no iba con el.
Después de su carrera matutina, Goku decidió tomarse un descanso en una plaza. Se sentó en una vieja banca de madera pintada de verde, cuando, de repente, una paloma apareció de la nada y comenzó a graznar en... ¿código morse? Al principio, Goku estaba más confundido que de costumbre, pero luego se dio cuenta de que el pájaro le estaba mandando un mensaje. Intentó seguir el ritmo frenético del ave, anotando mentalmente las instrucciones mientras escribía en una libreta imaginaria - ¡Más despacio, maldita sea! - gritó, frustrado. Si el gobierno supiera lo torpe que en realidad es, jamás le habrían confiado esa misión.
Con más suerte que capacidad, Goku recordó el orden de los graznidos y decidió regresar a su casa a buscar un libro de código morse. Pasó desde las 8 de la mañana hasta la 1 de la tarde intentando descifrar el mensaje, cabeceando de sueño y frustración. Al final, el mensaje lo condujo a... una taberna a las afueras de la ciudad, donde siempre entregaban las misiones - ¡Maldita paloma, me hiciste perder el tiempo! ¡¡YO YA CONOZCO EL LUGAR ESE!! - gritó, corriendo a cambiarse de ropa y dirigirse a la taberna.
Goku, con su traje negro y corbata ajustada, cabello alborotado y piel pálida, llegó al lugar y se disculpó con el agente en la barra. Tras rascarse la cabeza con una sonrisa de disculpa, siguió las indicaciones y se plantó frente a una puerta con candado. El número de combinación era 56643, y con una confianza exagerada, Goku comenzó a girar los números uno por uno. Desde la barra, un agente lo observaba con una sonrisa burlona. Todo estaba en su lugar, los números encajaban, y Goku, con sudor en la frente, finalmente logró abrir el candado... cuya combinación real era 11111. El agente en la barra no pudo contener la risa al ver como este mono estúpido le costaba tanto poner una clave tan simple, y Goku, agotado mentalmente pero satisfecho, levantó el pulgar en señal de triunfo.
Dentro de la habitación, un Dendenmushi le daba las instrucciones precisas para la misión. Esta vez, Goku se aseguró de tener papel y lápiz a mano. Anotó el nombre del objetivo, algo sobre que se quedaría cinco días, se olvidó por completo de lo del opio, y también apuntó que habría una boda familiar. Más instrucciones siguieron, debía esperar en la habitación y responder a tres golpes-pausa-dos golpes con la frase: "No he pedido nada", y si contestaban que era "un regalito de parte del Blue", entonces todo estaba en marcha - Dios, ¿por qué no pueden hacerlo más fácil? - murmuró, rascándose la cabeza. Claramente, Goku no había nacido para las misiones complejas... ojala para la proxima lo mandaban con alguien que pudiese llevar la logistica mejor que el... no se, tal vez a alguien como Vegetta o el señor Ten Shinhan, tal vez, incluso Muten Roshi podría hacerlo mejor... o hasta Lunch... o bueno, CUALQUIER OTRO AGENTE DEL CIPHER POL QUE CONOCIA LE PODRIA AYUDAR EN ESTA PARTE!!
Finalmente, llegó el día de la misión. Con toda la confianza del mundo, Goku, vestido de negro con su maletín de médico, se paró frente al hotel. Entró por la puerta principal, se acercó a la recepción y con su tono más "profesional", dijo - Hola, soy Goku. Tengo una reservación... guiño, guiño. - olvidándose completamente que debía tener una coartada o un nombre falso... bueno, eso de mentir no iba con el.