¿Sabías que…?
... el famoso anime One Piece, del año 1999, está basado en el también famoso manga One Piece. Otra curiosidad es que el autor de ambas obras es Eiichiro Oda.
[Común] [C - Pasado] El exorcismo de Drake Longspan
Gavyn Peregrino
Horus il Tessitore
La mirada divertida de Drake me resultaba curiosa, hasta cierto punto al menos, no era muy difícil decir porque ciertamente, él mismo había admitido con honestidad que no creía en las falsas palabras de alguien que se identificaba, aunque falsamente, con una criatura “mitológica” la cual solía aparecerse, en base a las leyendas, con promesas de falsas recompensas que podían acabar con las personas codiciosas. No, mejor dicho, codiciosas e ingenuas, porque el azabache era codicioso, sin duda, pedir todo el menú de un restaurante decía mucho de él al final ¿No? Y codicia es una definición bastante cercana para definir a Drake, aunque, de forma más exacta todavía, diría que es una persona… Cauta. No hasta el punto de volverse taimado, al menos aún no había mostrado un lado con ese rasgo en particular, tampoco creía que lo hiciera, hasta ahora era la persona más sincera con la que trataba. Pero siempre es mejor tener todas las fichas sobre el tablero.

O todas las cartas sobre la mesa, como se prefiera decir el dicho.

Me dediqué a hacer lo mismo que él: Analizarlo. Mis ojos se movieron por su cuerpo, catalogando detalles, las líneas de los músculos definidos por el trabajo arduo, la ropa sencilla y práctica, las vendas y cicatrices en los brazos, la altura junto con la fuerte personalidad cimentada por la determinación brillando en sus ojos también divertidos, y vaya que se trataba de una persona determinada, considerando sus palabras, especialmente la ridícula referencia en tercera persona, lo dejaría pasar. Sin embargo, y a pesar de todo, el brillo de avaricia primó por encima de todo lo que había visto en minutos en las facciones del hombre de brazos largos. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, en reflejo a la suya, quizás no tan amplia, mucho más relajada, hacía mucho no me sacaban de mi zona de confort, y así seguiría… Por ahora.

Puse una mano en el lado izquierdo de mi pecho, mirándolo con falso dolor– Vaya ¿Rechazas mis crepes caseros? Ah, eso me lastima un poco ¿Sabes? No me ofrezco a cocinarle a cualquiera. –Mis ojos se desvían y suelto un suspiro dramático antes de volverlos hacia él con un deje de curiosidad– Bueno, quieres irte de esta isla, puedes venir o quedarte, de todas formas, entiendo tu desconfianza, después de todo estamos en la misma situación, Drake.

Parpadeé ante la siguiente ofensa, parecía haberse puesto en pie de guerra ¿Por qué? Sabía que mi actitud tendía a irritar a las personas, no solo la parte bocazas inherente que llevaba en mí y que marcaba una frecuente desconexión entre mi mente y mi lengua, o tal vez era lo contrario, tal vez era una conexión intrínseca que me permitía vivir a través de la ironía y volvía mi lengua de plata. Deslicé mi lengua por mis labios resecos, pensando tranquilamente, no era la primera ni la última vez que me insultaban, había recibido una gran cantidad de insultos y humillaciones de todo tipo a lo largo de los años, hacia mi personalidad, mi forma de vida, mi edad, mi experiencia, mi trabajo, mi raza, mis condiciones de vida, mi falta de…

Una sonrisa maliciosa se deslizó por mi rostro– Eso es bastante específico, me pregunto qué pasó por tu mente para imaginarme en bares de mala muerte o pasillos oscuros, creo que lo más oscuro aquí es tu mente. –Lo miro inocentemente por debajo de mis pestañas rubias– Estarías en lo cierto de todos modos.

Recojo los hombros, levantando las manos con desenfado, realmente no me molestaba lo que piense de mí, no había tocado un nervio sensible en ese aspecto. Caminé a su alrededor, sin despegar mis ojos dorados de su rostro y dejé que las plumas primarias se deslicen ligeramente por su largo brazo derecho y su mano en un rápido movimiento antes de apartar el ala, pegándole con cuidado, la sensación de los callos en las manos era prueba de lo que dijo anteriormente, eso explicaba porque se había ofendido tan fácilmente. La llamada de Ubben fue un imprevisto, honestamente, aún quería hablar con Drake, me había interesado saber más del hombre de brazos largos, pero ahora que teníamos que llegar al bribón de ojos dorados las cosas cambiaban.

. – ¡Ja! Y que lo digas, tampoco me van las órdenes, por eso fue una propuesta, una invitación. No estaba esperando que cumplas con una promesa o un horario, ni nada similar.

Detuve mi charla tras su advertencia, mirándolo de forma que podría resultarle insondable, fijé mis ojos dorados en los iris rojo sangre que le caracterizaban y entrecerré los párpados, escrutando, socavando, buscando cualquier signo de que estuviera mintiendo acerca de largarse o de la promesa que me estaba haciendo… No encontrar dudas me asombró. Detuve también mis pasos, esperando tenerle frente a frente, porque dudaba que quisiera darme la espalda. Que inusual ¡Vaya! ¡Qué inusual! No podía sentirlo pero mis pupilas se dilataron. Moví las alas, de forma que una de ellas cubría el perfil de mi rostro de su vista, al menos por un momento.

Me llevé un puño a la boca para aclarar mi garganta.

. – No esperaba que tuvieras nada menos que un apetito voraz, te escuché pedir el menú entero hace rato. –Descorrí el ala que me cubría, después de recuperar la compostura y posé mi mirada en su mano. Alcé mi propia mano, quitándome el guante, mostrando las uñas pintadas de negro y los callos en la palma así como las cicatrices por horas de práctica, y tonteo, con las dagas chinas. Tomé su mano con confianza– Trato entonces.

Después de soltar su mano coloqué el guante en su lugar, me aparté y batí mis alas para alejarme del suelo nuevamente y estar a la altura de sus ojos, señalé la parte superior del callejón, donde los techos se encontraban.

. – Será mejor ir por arriba, la mayoría de la gente no piensa en elevar la mirada. –Sugerí y volví mis ojos hacia el final del callejón, donde podían verse las sombras de las personas hacerse presentes– Saliendo del callejón, doblas a la derecha, a unos cincuenta metros está el alojamiento en el que me quedé ayer. Mis cosas están ahí, primer piso, segunda ventana, podemos entrar por ahí, créeme, salí por ahí, estoy seguro que vas a caber, aunque eres enorme.

Me sostuve el mentón entre los dedos índice y pulgar.

. – Pero con lo largos que son tus brazos puedes tomar las cosas sin problemas y quedarte en el techo mientras busco lo que Ubben se dejó en su habitación. –Digo pensativo, con una chispa de irritación por tener que ayudar al moreno, antes de asentir– ¿Necesitas que te dé un pequeño aventón hasta el techo?

Aunque no sabía con exactitud si podría levantarlo, medir lo que él mide debía conllevar un peso equivalente.
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RE: [C- Pasado] El exorcismo de Drake Longspan - por Gavyn Peregrino - 05-09-2024, 11:25 PM

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