Lobo Jackson
Moonwalker
06-09-2024, 12:22 AM
Reino de Oykot,
Día 10 del verano a las 5:00
Parte Sur de la isla.
Día 10 del verano a las 5:00
Parte Sur de la isla.
- Siempre es bueno comenzar el día junto con los primeros rayos de sol-gara, aunque si te soy sincero, ¡estaba descansando como nunca-gara! Con gusto me habría quedado durmiendo el resto de la mañana-gara. - El mink hablaba mientras caminaba junto a Harold, uno de los seis marineros que habían aceptado la llamada de la Armada Revolucionaria al convertirse en reclutas. Harold le había ofrecido con amabilidad un refugio en su hogar, junto a su familia.
- Así es la vida del marinero. - Comentó Harold. - Empezar a faenar al alba para poder regresar al crepúsculo, pero dime, ¿por qué dices que descansabas como nunca? -
- Porque la noche anterior tuve un sinfín de pesadillas verdaderamente extrañas-gara. - Respondió el lobo. - Aunque por suerte no recuerdo ninguna-gara. -
Habían partido media hora antes con el propósito de llegar al puerto de Oykot a las cinco en punto, donde los reclutas seguían trabajando como marineros mientras esperaban las órdenes de sus superiores. Entre tanto, Lobo Jackson les había ofrecido su ayuda para que pudieran acabar antes con su jornada laboral, y de esta forma compensar el tiempo que luego dedicaban a aprender las nociones básicas de la revolución. De este modo se obtenía un beneficio mutuo: los nuevos reclutas seguían cobrando un sueldo honrado y limpio, y a la vez, el lupino soldado revolucionario creaba una tapadera sólida que ocultaba su verdadera identidad.
Cuando alcanzaron los muelles se encontraron con el resto de reclutas, quienes demostraban gran ánimo y optimismo frente al mink, pues la ayuda de su fuerza siempre era bien recibida a la hora de mover cargas pesadas. Además, su presencia siempre parecía irradiar un aura alegre que mantenía alto el espíritu de los marineros, ya fuera porque a veces improvisaba canciones durante la faena o porque daba pasos baile entre carga y descarga de mercancías. Sea como fuera, estaban contentos de tenerle cerca.
- ¡De acuerdo, compañeros-gara! En cuanto todo esté preparado haremos que este día sea uno glorioso para trabajar-gara. - Dijo el lobo, posando de manera espectacular frente a unas redes de pesca que yacían sobre el suelo del muelle.
Entonces, el leve destello del sol sobre unos goggles de tinte oscuro atrajeron su atención, dirigiéndola hacia una inconfundible melena rubia que se movía entre las cajas, aparejos y demás parafernalia del muelle con prisas.
- ¿Esa es... Hato? ¡Vaya! Qué casualidad verla por aquí. - Pensó. Entonces tomó la decisión de acercarse a saludarla.
- Ahora vuelvo-gara. - Dijo a los marineros mientras partía al encuentro de la mujer, a quien alcanzó después de unas cuantas zancadas ágiles y repletas de estilo. Aun con todo, trató de mantener un perfil bajo con movimientos fluidos para no llamar demasiado la atención.
- ¡Buenos días-gara! ¿Qué tal estás? No esperaba verte por aquí-gara. - Saludó con amistosa cordialidad, para luego hablar con un tono más sutil. - ¿Todo bien-gara? -