Atlas
Nowhere | Fénix
06-09-2024, 12:29 AM
(Última modificación: 06-09-2024, 12:43 AM por Atlas.
Razón: Editado para añadir Reverse Mountain, que lo había puesto mal.
)
En algún momento anterior debería haber cambiado de amigos. ¿Que por qué? Bueno, pues porque resultaba que cada vez que nos reuníamos más de dos o tres nos acababan endosando trabajo extra. El concepto de extra, por supuesto, era diferente para cada uno. Aquellos que cumplían religiosamente con sus deberes, como Camille y Ray, encontraban ese extra cuando se les encomendaba una tarea, labor o misión más allá de sus labores reglamentarias como soldados. En mi caso, por el contrario, era que verdaderamente tuviese que hacer algo de provecho en algún momento.
En aquella ocasión la encargada de dar al traste con mis planes de no hacer nada en todo el día fue una muchacha que a Taka le resultó tremendamente atractiva —¿y quién no?—. No obstante, la dificultad con la que se expresó le restó encanto a ojos del peliverde. No lo pude evitar; a la voz de "pobrecita, no seas cruel con ella" solté la mano derecha en su dirección con la intención de propinarle una colleja. Si de algo estaba plagado nuestro grupo era de gente peculiar y bichos raros. Nosotros más que nadie debíamos entender a esa pobre muchacha.
En cualquier caso, seguí al grupo hasta llegar al punto indicado, que resultó no ser otro que el campo de entrenamiento al que me había arrojado Shawn uno de mis primeros días en el cuartel. Aquel día había conocido a Ray y a Taka justo después de que finalizasen una prueba de atrapa la bandera, estrenándome a lo grande en mi frustrado —por Shawn— arte del escaqueo.
Shawn comenzó a repartir expedientes justo antes de que la capitana hiciese un breve resumen de lo que se esperaba de nosotros. Aquella mujer sí que sabía hacer las cosas en condiciones. En ese tipo de dosieres, repletos de información y documentos, se perdían los datos importantes en medio de un mar de paja. Un pirata reuniendo información en Loguetown al que había detener; eso era todo lo que necesitábamos.
—Supongo que tendremos que ir sin llamar tanto la atención, ¿no? —dije al tiempo que me señalaba la ropa—. Si os parece —continué, haciendo un gesto con el que solicitaba permiso a nuestros superiores—, podemos vestirnos de paisano antes de ir a explorar.
La zona cercana al puerto era a mi juicio la más segura para un pirata en Loguetown, sobre todo si pretendía hacerse con una tripulación con la que partir. ¿Por qué? Pues porque en caso de que se organizase una redada, tener el barco cerca y listo para partir era crucial. En mis numerosos escaqueos había escuchado rumores que decían que el área inmediatamente al sur de la zona portuaria se estaba convirtiendo en un buen lugar en el que buscar a un capitán con el que lanzarse al mar.
Que Loguetown tuviese una importante presencia de la Marina no disuadía a los delincuentes de, dada su privilegiada situación geográfica, usarla como punto donde abastecerse y reforzar sus filas para lanzarse más allá de la Reverse Mountain. El tipo que íbamos a buscar debía ser uno de tantos.
Para la ocasión había escogido unas botas altas de cuero que albergaban el final de unos holgados pantalones color caqui. Cubriendo en parte mi torso, una camisa sin mangas ni botones que dejaba al descubierto una gruesa línea central en mi torso era mi única vestimenta. El lino se sentía bastante cómodo en la piel.
—A veces, mientras Shawn me encuentra y no, me intento escabullir en tabernas, bares y demás. Allí se habla de todo y de vez en cuando me entero de alguna cosa interesante. En las últimas semanas se ha estado comentando que los delincuentes que vienen y van están frecuentando la zona sur. Va rotando según la presión que hagamos con patrullas y demás y, por el momento, esa zona es en la que menos presencia tenemos. Tal vez sea buena idea empezar por ahí, ¿no os parece?
En aquella ocasión la encargada de dar al traste con mis planes de no hacer nada en todo el día fue una muchacha que a Taka le resultó tremendamente atractiva —¿y quién no?—. No obstante, la dificultad con la que se expresó le restó encanto a ojos del peliverde. No lo pude evitar; a la voz de "pobrecita, no seas cruel con ella" solté la mano derecha en su dirección con la intención de propinarle una colleja. Si de algo estaba plagado nuestro grupo era de gente peculiar y bichos raros. Nosotros más que nadie debíamos entender a esa pobre muchacha.
En cualquier caso, seguí al grupo hasta llegar al punto indicado, que resultó no ser otro que el campo de entrenamiento al que me había arrojado Shawn uno de mis primeros días en el cuartel. Aquel día había conocido a Ray y a Taka justo después de que finalizasen una prueba de atrapa la bandera, estrenándome a lo grande en mi frustrado —por Shawn— arte del escaqueo.
Shawn comenzó a repartir expedientes justo antes de que la capitana hiciese un breve resumen de lo que se esperaba de nosotros. Aquella mujer sí que sabía hacer las cosas en condiciones. En ese tipo de dosieres, repletos de información y documentos, se perdían los datos importantes en medio de un mar de paja. Un pirata reuniendo información en Loguetown al que había detener; eso era todo lo que necesitábamos.
—Supongo que tendremos que ir sin llamar tanto la atención, ¿no? —dije al tiempo que me señalaba la ropa—. Si os parece —continué, haciendo un gesto con el que solicitaba permiso a nuestros superiores—, podemos vestirnos de paisano antes de ir a explorar.
***
La zona cercana al puerto era a mi juicio la más segura para un pirata en Loguetown, sobre todo si pretendía hacerse con una tripulación con la que partir. ¿Por qué? Pues porque en caso de que se organizase una redada, tener el barco cerca y listo para partir era crucial. En mis numerosos escaqueos había escuchado rumores que decían que el área inmediatamente al sur de la zona portuaria se estaba convirtiendo en un buen lugar en el que buscar a un capitán con el que lanzarse al mar.
Que Loguetown tuviese una importante presencia de la Marina no disuadía a los delincuentes de, dada su privilegiada situación geográfica, usarla como punto donde abastecerse y reforzar sus filas para lanzarse más allá de la Reverse Mountain. El tipo que íbamos a buscar debía ser uno de tantos.
Para la ocasión había escogido unas botas altas de cuero que albergaban el final de unos holgados pantalones color caqui. Cubriendo en parte mi torso, una camisa sin mangas ni botones que dejaba al descubierto una gruesa línea central en mi torso era mi única vestimenta. El lino se sentía bastante cómodo en la piel.
—A veces, mientras Shawn me encuentra y no, me intento escabullir en tabernas, bares y demás. Allí se habla de todo y de vez en cuando me entero de alguna cosa interesante. En las últimas semanas se ha estado comentando que los delincuentes que vienen y van están frecuentando la zona sur. Va rotando según la presión que hagamos con patrullas y demás y, por el momento, esa zona es en la que menos presencia tenemos. Tal vez sea buena idea empezar por ahí, ¿no os parece?