Son Goku D. Namek
Dr. Goku
06-09-2024, 12:43 AM
Ooh... ya veo... - dijo Goku, un poco agobiado por la seriedad del asunto. Lo que había escuchado sonaba bastante pesado. Dejar todo el último piso reservado para un cliente importante. Debía ser una suite presidencial o algo por el estilo. “El tipo debe estar forrado en dinero”, pensó, aunque no le importaba demasiado. Lo que sí era curioso era que, según lo que decía el agente, todo el piso pertenecía a este sujeto.
¿Y no se puede entrar ni siquiera por las ventanas? - preguntó, mientras en su mente se imaginaba una habitación totalmente oscura, sin ventanas, como una especie de fortaleza inquebrantable.
¿Qué clase de suite presidencial es esa si ni siquiera tiene un balcón? - Se encogió de hombros. No es que le importara mucho tampoco. La información que le habían dado era crucial, pero, a decir verdad, no es que Goku fuera el mejor para asimilar detalles tan finos. Al parecer, la estrategia era atacar de frente, entrar en la habitación y eliminar al objetivo rápidamente. Pero… ¿de verdad era eso lo que tenía que hacer? Por más torpe que Goku pudiera parecer a veces, sabía que siempre había un segundo enfoque, una opción alterna a lo que te decían. Una de las primeras cosas que le enseñaron en su entrenamiento fue que nada es tan simple como parece. Tal vez Goku sea tonto, imbécil, feo, doctor, mono, con cola, pero no es tonto, sabe que, siempre hay una segunda forma...
Pensando en alguna manera menos obvia de resolver todo aquello, de alguna manera, le vino a la mente una idea bastante tonta, pero tal vez útil, felicitar a los novios. No tenía ni idea de por qué, pero sonaba interesante.
Terminada su reunión con el agente, Goku decidió relajarse un rato en la habitación. Se puso a juguetear, mirando fijamente un punto en la pared, sin pensar en nada concreto. Era uno de esos momentos en los que su mente se quedaba en blanco, una habilidad que había perfeccionado a lo largo de los años. Después de media hora de contemplación filosófica sobre la nada, se levantó y decidió que era hora de estirar las piernas.
Bajó a la recepción, buscando a la chica de antes, la que le había llamado la atención. Apoyó un brazo en el mostrador con aire casual, tratando de parecer relajado, aunque en su cabeza seguía dándole vueltas lo sexy que era ella, y dijo entonces - Oye... antes mencionaron algo de una boda, ¿sabes algo más sobre eso? - preguntó, mirando a la recepcionista con una sonrisa despreocupada. Sabía que cualquier información podría ser útil, y bueno, tal vez la boda era una pista más interesante de lo que parecía. ¿Quién sabe?
¿Y no se puede entrar ni siquiera por las ventanas? - preguntó, mientras en su mente se imaginaba una habitación totalmente oscura, sin ventanas, como una especie de fortaleza inquebrantable.
¿Qué clase de suite presidencial es esa si ni siquiera tiene un balcón? - Se encogió de hombros. No es que le importara mucho tampoco. La información que le habían dado era crucial, pero, a decir verdad, no es que Goku fuera el mejor para asimilar detalles tan finos. Al parecer, la estrategia era atacar de frente, entrar en la habitación y eliminar al objetivo rápidamente. Pero… ¿de verdad era eso lo que tenía que hacer? Por más torpe que Goku pudiera parecer a veces, sabía que siempre había un segundo enfoque, una opción alterna a lo que te decían. Una de las primeras cosas que le enseñaron en su entrenamiento fue que nada es tan simple como parece. Tal vez Goku sea tonto, imbécil, feo, doctor, mono, con cola, pero no es tonto, sabe que, siempre hay una segunda forma...
Pensando en alguna manera menos obvia de resolver todo aquello, de alguna manera, le vino a la mente una idea bastante tonta, pero tal vez útil, felicitar a los novios. No tenía ni idea de por qué, pero sonaba interesante.
Terminada su reunión con el agente, Goku decidió relajarse un rato en la habitación. Se puso a juguetear, mirando fijamente un punto en la pared, sin pensar en nada concreto. Era uno de esos momentos en los que su mente se quedaba en blanco, una habilidad que había perfeccionado a lo largo de los años. Después de media hora de contemplación filosófica sobre la nada, se levantó y decidió que era hora de estirar las piernas.
Bajó a la recepción, buscando a la chica de antes, la que le había llamado la atención. Apoyó un brazo en el mostrador con aire casual, tratando de parecer relajado, aunque en su cabeza seguía dándole vueltas lo sexy que era ella, y dijo entonces - Oye... antes mencionaron algo de una boda, ¿sabes algo más sobre eso? - preguntó, mirando a la recepcionista con una sonrisa despreocupada. Sabía que cualquier información podría ser útil, y bueno, tal vez la boda era una pista más interesante de lo que parecía. ¿Quién sabe?