Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Aventura] [A - T1] Reencuentro, reunión y recuerdos de Los Piezas
Umibozu
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Casi nadie se percató de que la puerta se abrió. Aquel hecho era una constante en la taberna y más teniendo en cuenta las horas en las que nos encontrábamos. Sin embargo, para los dos o tres que sí lo hicieron, la escena fue desconcertante. La puerta se acababa de abrir con contundencia, sin embargo nadie había entrado, ni había figura alguna al otro lado del umbral. Miraron desconcertados y ligeramente aturdidos el fondo de sus jarras vacías, meditaron unos pocos instantes y tras encogerse de hombros alzaron el recipiente para que fuera rellenado gritando - ¡Otra ronda! - Como si de una coreografía no practicada se tratase, todos realizaron los mismos gestos simultáneamente y alzaron la voz al unísono, a pesar de que cada uno de ellos estaba en mesas distintas. Había sido una de esas ocasiones en las que el azar se junta y crea un momento único incapaz de repetirse hasta varios siglos después.

Del mismo modo, nadie se percató de tu pedido, nadie más que el tabernero que tras un momento de desconcierto inicial, miró al suelo. Como ya sabemos, nada se escapa a su atención en sus dominios y el hecho de que la banda de Los Piezas ya estuvieran allí, lo había puesto sobre aviso de la posible aparición de más seres de tamaño diminuto. Se limitó a servir a tu pedido y como única respuesta te dio la espalda y corrió a llenar la jarra, no sin antes dejar una vacía sobre la barra. Aquel hombre apreciaba la eficiencia y la diligencia, era por ello que tan solo él y un camarero se apañaban con todo el local. No había sido fácil dar con aquel tipo, pero tras muchos despidos había dado con el hombre indicado. Conocedor de la valía y rareza de su empleado, le pagaba acorde al trabajo que realizaba y rareza que poseía o lo que es lo mismo, le pagaba el equivalente a tres salarios. Cuatro los meses que había especial faena. Por ello, y como digo, el tabernero tenía jarras y copas dispuestas por todo lo largo de la barra, para no perder tiempo en ir a buscarlas, y diferentes botellas y tiradores de cerveza.

El camarero, raudo y atento como su jefe a lo que ocurría en la sala, se acercó a la barra a tomar tu pedido. Con gran destreza y maestría tomó las dos jarras por las asas y fue hasta tu mesa para servirlas, pero no sería en ese momento. Te atrapó en el aire tras tu salto, como quién atrapa una mosca al vuelo - Vuelve a poner la puerta como estaba si quieres las jarras - aquello era una orden velada. Una sugerencia que no admitía discusión posible, pero que el buen talante y la sonrisa de su rostro disimulaban.

-No has cambiado nada.

Todos estallaron en una carcajada conjunta.

-Me alegra ver que la cárcel...

-... no te ha cambiado después de tantos años.

Esta vez todos contuvieron el júbilo y la alegría. Apenas unos instantes en recuerdo del fatídico día en el que te apresaron y todos los años de castigo, de un castigo desmedido y desproporcionado, pero no estaba allí para dejarse dominar por la melancolía, sino para celebrar con fuerza tu regreso. El instante pasó y la euforia y el jolgorio regresaron a la mesa de los enanos.

-Siempre puedes dejar la puerta dónde está y volver a la cárcel - el Chino había hecho la apuesta más dura. Un chiste cruel y oscuro, uno de esos tan solo se les permite a los mejores amigos - ¿Os acordáis de cómo se tiró a aquella barrica de vino? - todos rieron de nuevo al recordar el momento.

Y con aquella pregunta, se liberaron una serie de batallitas y recuerdos de lo que ocurrió aquel día.

Aclaraciones

#3


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RE: [A - T1] Reencuentro, reunión y recuerdos de Los Piezas - por Umibozu - 06-09-2024, 12:46 PM

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