King Kazma
Shiromimi
07-09-2024, 02:58 PM
Aquellos puñetazos de canto deberían ser suficiente como para que se estuvieran quietos. Les había dado en la cabeza al fin y al cabo y sus puños estaban al rojo vivo. Incluso había incendiado un poco sus cabelleras. Si sobrevivían a eso se merecían un ascenso, porque no era normal que gente tan dura fueran simples soldados rasos salvo que su comportamiento dejara bastante que desear. Entendía que capturar piratas era una parte importante del trabajo de un marine, ¿pero tanto como para arriesgar sus vidas de esa forma? Tenían que haberse ido y pedir refuerzos mientras lo tenían localizado sin llamar su atención. Sólo tres soldados contra un pirata que ya había demostrado que tenía la capacidad para robar en Goa era prácticamente un suicidio.
Escuchó una detonación, pero ningún impacto en su cuerpo. Aquel marine realmente había disparado con el brazo roto… ¿Cómo era posible? Debería estar retorciéndose de dolor tras el retroceso… Y uno de los que había golpeado le sujetó la pierna para que no se moviera. ¿De qué estaban hechos esos marines? Entonces una bala le dio en el costado. Aquello se estaba poniendo peligroso. Ya tenía una herida de bala en el hombro y ahora otra más en el costado, por no contar el corte que le hizo otra bala en la pierna… Bien, pues hasta ahí habían llegado. Se giró hasta estar de frente al tipo que le estaba agarrando, encendió su puño al rojo vivo de nuevo y lo descargó sobre su cabeza. Ahora sí que no podía haber duda, ese marine moriría por no haberse estado quieto. Es más, se habrían salvado todos si él no hubiera hecho esa estupidez y el otro hubiera decidido que era mejor escapar y salvar la vida.
El tercer marine parecía muerto o desmayado, le daba igual, sólo quedaba uno capaz de hacerle daño, y con la puntería tan trastocada por el brazo roto y en solitario no podría hacer nada contra él. Así que lo encaró. – Apuesto a que ahora te arrepientes de no haber tomado la oportunidad que te di. – Dijo, claramente enfadado y disimulando el dolor que le estaban causando las heridas del hombro y el costado. Lo mejor sería no hacer muchas acrobacias hasta curarse, pero se bastaba de golpes normales para acabar con aquel tonto.
Escuchó una detonación, pero ningún impacto en su cuerpo. Aquel marine realmente había disparado con el brazo roto… ¿Cómo era posible? Debería estar retorciéndose de dolor tras el retroceso… Y uno de los que había golpeado le sujetó la pierna para que no se moviera. ¿De qué estaban hechos esos marines? Entonces una bala le dio en el costado. Aquello se estaba poniendo peligroso. Ya tenía una herida de bala en el hombro y ahora otra más en el costado, por no contar el corte que le hizo otra bala en la pierna… Bien, pues hasta ahí habían llegado. Se giró hasta estar de frente al tipo que le estaba agarrando, encendió su puño al rojo vivo de nuevo y lo descargó sobre su cabeza. Ahora sí que no podía haber duda, ese marine moriría por no haberse estado quieto. Es más, se habrían salvado todos si él no hubiera hecho esa estupidez y el otro hubiera decidido que era mejor escapar y salvar la vida.
El tercer marine parecía muerto o desmayado, le daba igual, sólo quedaba uno capaz de hacerle daño, y con la puntería tan trastocada por el brazo roto y en solitario no podría hacer nada contra él. Así que lo encaró. – Apuesto a que ahora te arrepientes de no haber tomado la oportunidad que te di. – Dijo, claramente enfadado y disimulando el dolor que le estaban causando las heridas del hombro y el costado. Lo mejor sería no hacer muchas acrobacias hasta curarse, pero se bastaba de golpes normales para acabar con aquel tonto.