Shiro
Ninguno
07-09-2024, 07:08 PM
Tras la pregunta de Shiro, la daimink olfateó el aire en busca de algún rastro como le había pedido. Era toda una suerte disponer de alguien en el grupo con tal capacidad, ya que tras menear unos segundos el hocico no tardó en obtener resultados. El peliblanco aún no se fiaba sobre muchas cosas de la pareja que los acompañaba. Aún no los conocía tanto como a Juuken o Lance, pero si algo tenía claro era la capacidad de Gretta para encontrar alimento. Cada vez que el joven cocinero estaba inmerso en uno de sus experimentos culinarios, siempre lo interrumpía asomando el morro allá a donde fuera.
-Bien, compramos provisiones y volvemos - dijo el joven haciendo caso omiso al tema de la taberna que habían mencionado los dos. Shiro no tenía ganas de encontrar problemas extra y con solo imaginarse a Gretta arrancando parte del tejado del establecimiento para que la sirvieran tenía suficiente. No necesitaba vivirlo.
El trío avanzó guiado por el olfato de Gretta y no tardaron en llegar a la zona portuaria. El ambiente en la zona era tal y como lo recordaba el cocinero, cargado de un fuerte olor a salitre y pescado, lleno del vocerío de los mercaderes ofreciendo sus productos, mientras los marineros deambulaban de aquí para allá llevando sus aperos de trabajo.
- Allí - gritó Gretta de repente, llamando la atención del peliblanco mientras señalaba con uno de sus enormes dedos.
Antes de que Shiro pudiese ver qué era lo que estaba señalando la daimink, esta avanzó como si fuera el Path Travel Express siguiendo las vías del tren. El espadachín solo había oído hablar del tren marítimo en las historias de tabernas, pero seguramente tenía que ser algo así… o al menos si este descarrilaba frecuentemente, puesto que Gretta tras girarse hacia nosotros y guiñarnos un ojo terminó chocándose con un enorme poste de madera que la hizo tambalearse hasta terminar cayendo encima de uno de los puestos de comida.
Shiro se giró en busca de Qazan en un intento de apoyo moral ante la actitud de Gretta, aunque se encontró con que este ya se dirigía a la escena y se unía al show. - ¿Pero en qué cojones piensan? - maldijo Shiro para sí mismo mientras avanzaba para ver cómo se desarrollaba todo.
El peliblanco esquivó tanto a curiosos como despavoridos y no tardó en plantarse cerca de la cerda y la orca justo en el momento en el que la primera se incorporaba haciendo una escena. Shiro no pudo evitar fijarse en cómo aún le quedaban restos de comida pegada en el hocico mientras se quejaba y decía que no había sido culpa suya. El espadachín vio como esta lo llamaba tras su discurso con un gesto, el cual Shiro estuvo a punto de ignorar dado que temía verse envuelto en problemas que él no había causado, pero como estaba seguro que Gretta podía terminar creando más alboroto, acabó cediendo a pesar de que una vocecita en su cabeza le decía que era mala idea. Que lo mejor era dejarle el problema a ellos solos, ya que parecían haber preparado esto juntos sin avisarle. Llevábamos demasiado tiempo manteniendo un perfil bajo y Shiro temía que todo esto lo echase a perder.
-Verás la bronca que nos va a echar Lance - pensó el muchacho mientras se acercaba a la pareja como si fuese un viandante preocupado y curioso más, al tiempo que intentaba no mostrar sus verdaderos sentimientos.
Habían venido para comprar comida y no hacer un escándalo de ello. Como Shiro era el cocinero de la banda disponía de los fondos que Lance guardaba para estas cosas, por lo que no entendía el motivo de arriesgar la seguridad del grupo por algo así. - Ese hambre nos llevará al infierno - pensó maldiciendo la gula de la daimink. Si salían de esta, Shiro tendría que hablar muy seriamente con ella. Seguramente para convencerla tendría que recurrir a varios chantajes culinarios, pero antes de que pudiese decirle nada a ninguno de los dos por la que habían liado vio a Gretta cambiar de actitud tras agacharse para hablarles.
- Dos hombres estiaban hablando tesoro aquí bajo, uno va allí y el otro allá - dijo con peculiar forma de hablar.
Shiro por unos instantes no supo cómo reaccionar. Ya no sabía si la treta de la cerda había encontrado algo digno de investigar o si solamente quería ponernos una excusa a nosotros también. Tal era la duda que por unos instantes una vez más pensó en dejarlos ahí plantados con sus tonterías, pero entonces el gyojin reaccionó rápidamente, volviendo a su actitud normal, tomando a pie juntilla las palabras de la diamink. Desde luego aquellos dos tenían una complicidad entre ellos que el espadachín desconocía, pero tras ver marchar a la orca en la dirección que había mencionado Gretta y tras echar un rápido vistazo hacia la otra dirección señalada Shiro apreció el callejón del que hablaba.
El peliblanco no tenía la misma confianza que estos dos entre ellos para adoptar cualquier palabra que le dijesen, pero dado que la opción de quedarse allí en medio de todo el revuelo le producía aún menos seguridad, decidió hacer un acto de fe como había hecho con el resto de sus nakamas cuando decidió unirse a ellos.
- Esperemos que ese hocico tuyo sea tan bueno para los tesoros como para los problemas - dijo finalmente tras volver el rostro hacia la aún agachada Gretta. - Si crees que puedes entrar por el callejón, sígueme a mí, sino ve tras Qazan y nos reunimos luego... Pero sea lo que sea, vámonos cuanto antes de aquí - continuó mientras Qazan se marchaba con la premisa de que si todo salía mal nos veríamos donde nos habíamos asentado.
Shiro confiaba en que todo quedase en nada y pudiese marcharse de allí a pesar de que la daimink había montado un gran alboroto. Quizás ella no era consciente de su enorme tamaño y de cómo afectaba a los simples mortales como el resto, por lo que a pesar de no creer en nada rezó todo lo que supo mientras se dirigía hacia el callejón que Gretta había mencionado. - Ojalá valga la pena… - pensó el espadachín mientras caminaba.
-Bien, compramos provisiones y volvemos - dijo el joven haciendo caso omiso al tema de la taberna que habían mencionado los dos. Shiro no tenía ganas de encontrar problemas extra y con solo imaginarse a Gretta arrancando parte del tejado del establecimiento para que la sirvieran tenía suficiente. No necesitaba vivirlo.
El trío avanzó guiado por el olfato de Gretta y no tardaron en llegar a la zona portuaria. El ambiente en la zona era tal y como lo recordaba el cocinero, cargado de un fuerte olor a salitre y pescado, lleno del vocerío de los mercaderes ofreciendo sus productos, mientras los marineros deambulaban de aquí para allá llevando sus aperos de trabajo.
- Allí - gritó Gretta de repente, llamando la atención del peliblanco mientras señalaba con uno de sus enormes dedos.
Antes de que Shiro pudiese ver qué era lo que estaba señalando la daimink, esta avanzó como si fuera el Path Travel Express siguiendo las vías del tren. El espadachín solo había oído hablar del tren marítimo en las historias de tabernas, pero seguramente tenía que ser algo así… o al menos si este descarrilaba frecuentemente, puesto que Gretta tras girarse hacia nosotros y guiñarnos un ojo terminó chocándose con un enorme poste de madera que la hizo tambalearse hasta terminar cayendo encima de uno de los puestos de comida.
Shiro se giró en busca de Qazan en un intento de apoyo moral ante la actitud de Gretta, aunque se encontró con que este ya se dirigía a la escena y se unía al show. - ¿Pero en qué cojones piensan? - maldijo Shiro para sí mismo mientras avanzaba para ver cómo se desarrollaba todo.
El peliblanco esquivó tanto a curiosos como despavoridos y no tardó en plantarse cerca de la cerda y la orca justo en el momento en el que la primera se incorporaba haciendo una escena. Shiro no pudo evitar fijarse en cómo aún le quedaban restos de comida pegada en el hocico mientras se quejaba y decía que no había sido culpa suya. El espadachín vio como esta lo llamaba tras su discurso con un gesto, el cual Shiro estuvo a punto de ignorar dado que temía verse envuelto en problemas que él no había causado, pero como estaba seguro que Gretta podía terminar creando más alboroto, acabó cediendo a pesar de que una vocecita en su cabeza le decía que era mala idea. Que lo mejor era dejarle el problema a ellos solos, ya que parecían haber preparado esto juntos sin avisarle. Llevábamos demasiado tiempo manteniendo un perfil bajo y Shiro temía que todo esto lo echase a perder.
-Verás la bronca que nos va a echar Lance - pensó el muchacho mientras se acercaba a la pareja como si fuese un viandante preocupado y curioso más, al tiempo que intentaba no mostrar sus verdaderos sentimientos.
Habían venido para comprar comida y no hacer un escándalo de ello. Como Shiro era el cocinero de la banda disponía de los fondos que Lance guardaba para estas cosas, por lo que no entendía el motivo de arriesgar la seguridad del grupo por algo así. - Ese hambre nos llevará al infierno - pensó maldiciendo la gula de la daimink. Si salían de esta, Shiro tendría que hablar muy seriamente con ella. Seguramente para convencerla tendría que recurrir a varios chantajes culinarios, pero antes de que pudiese decirle nada a ninguno de los dos por la que habían liado vio a Gretta cambiar de actitud tras agacharse para hablarles.
- Dos hombres estiaban hablando tesoro aquí bajo, uno va allí y el otro allá - dijo con peculiar forma de hablar.
Shiro por unos instantes no supo cómo reaccionar. Ya no sabía si la treta de la cerda había encontrado algo digno de investigar o si solamente quería ponernos una excusa a nosotros también. Tal era la duda que por unos instantes una vez más pensó en dejarlos ahí plantados con sus tonterías, pero entonces el gyojin reaccionó rápidamente, volviendo a su actitud normal, tomando a pie juntilla las palabras de la diamink. Desde luego aquellos dos tenían una complicidad entre ellos que el espadachín desconocía, pero tras ver marchar a la orca en la dirección que había mencionado Gretta y tras echar un rápido vistazo hacia la otra dirección señalada Shiro apreció el callejón del que hablaba.
El peliblanco no tenía la misma confianza que estos dos entre ellos para adoptar cualquier palabra que le dijesen, pero dado que la opción de quedarse allí en medio de todo el revuelo le producía aún menos seguridad, decidió hacer un acto de fe como había hecho con el resto de sus nakamas cuando decidió unirse a ellos.
- Esperemos que ese hocico tuyo sea tan bueno para los tesoros como para los problemas - dijo finalmente tras volver el rostro hacia la aún agachada Gretta. - Si crees que puedes entrar por el callejón, sígueme a mí, sino ve tras Qazan y nos reunimos luego... Pero sea lo que sea, vámonos cuanto antes de aquí - continuó mientras Qazan se marchaba con la premisa de que si todo salía mal nos veríamos donde nos habíamos asentado.
Shiro confiaba en que todo quedase en nada y pudiese marcharse de allí a pesar de que la daimink había montado un gran alboroto. Quizás ella no era consciente de su enorme tamaño y de cómo afectaba a los simples mortales como el resto, por lo que a pesar de no creer en nada rezó todo lo que supo mientras se dirigía hacia el callejón que Gretta había mencionado. - Ojalá valga la pena… - pensó el espadachín mientras caminaba.