Drake Longspan
[...]
08-09-2024, 05:59 AM
El humano de brazos largos no era exactamente un fan de las charlas innecesarias, pero tenía que admitir que este emplumado le intrigaba, no entendía de donde había salido pero ahí estaba, le conocía por sus fechorías junto a Ubben Sangrenegra, pero realmente no era más que una relación de un par de días, quizá alguna noche.
Se cruzó de brazos mientras su emplumado exorcista daba vueltas a su alrededor, su ala rozando ligeramente su brazo antes de apartarse. Drake Longspan no reaccionó de inmediato; estaba acostumbrado a las pequeñas provocaciones, y para él, ese tipo de cosas eran insignificantes, de hecho sentía que podría con él. Sabía bien que era el tipo de hombre que dependía de la acción más que de las palabras.
La idea de unirse a esta pequeña misión para salir de la isla tenía su atractivo, pero lo que más le interesaba era lo que podría ganar con todo esto. No era solo el dinero, aunque eso siempre era un buen incentivo. Era la oportunidad de probarse una vez más, de enfrentarse a lo inesperado. Gavyn Peregrino no parecía ser el típico tipo con el que trabajaba, y esa diferencia lo hacía aún más interesante...
Pero al final era por dinero, a quien vamos a engañar.
Cuando el ángel le ofreció el trato, Drake Longspan le estrechó la mano, sujeta con firmeza, sintiendo los callos en la palma de Gavyn. Al menos eso indicaba que no todo eran palabras. Soltó la mano del emplumado y esbozó una sonrisa que no alcanzó sus ojos.
— Trato hecho, entonces. Pero más te vale que esto sea tan rápido como dices. En cuanto a los crepes, no los rechazo, solo tengo estándares altos. Y viendo que eres más boca que chef, mejor no espero demasiado.
Drake Longspan hizo un gesto con la mano para quitarle importancia al tema, y luego dejó que su mirada siguiera la dirección que Gavyn señalaba, hacia los techos que dominaban la zona.
— Por arriba, dices...
Aquel tipo tenía toda la razón. En una ciudad llena de ladrones, contrabandistas y piratas, la mayoría de la gente solo vigilaba a ras de suelo. Subir a los techos les daría una ventaja. Sabía lo que estaba haciendo, pero el peleador no estaba tan convencido.
Pero cuando aquel supuesto ángel le ofreció su fuerza para subir al techo, Drake no pudo evitar soltar una risa grave, de esas que parecían venir desde lo más profundo de su pecho.
— ¿Un pequeño aventón? Rohahaha. — Drake miró divertido al ángel con una sonrisa burlona — Mira, no es que dude de tus capacidades, pero no sé si te has dado cuenta... No soy exactamente lo que se dice “liviano”.
Aun así, su expresión no era del todo negativa. Estaba claro que Gavyn tenía algo en mente, algo que no había revelado del todo, y por alguna razón, Drake estaba dispuesto a seguir el juego de Gavyn Peregrino, al menos por ahora.
— Está bien, vamos a probarlo. Pero si me caigo, te advierto que apareceré aplastado en tus pesadillas.
Sin esperar demasiado, Drake se preparó, flexionando ligeramente las rodillas, listo para recibir el impulso que Gavyn pudiera darle. La verdad era que dudaba de que el ángel pudiera levantarlo del todo, pero tampoco le importaba si tenían que buscar otra forma de subir a los techos. Lo importante era que ya se había comprometido a ayudar, aunque mantuviera siempre la posibilidad de largarse si la cosa se complicaba demasiado.
Después de todo, había dejado claro desde el principio que no era de los que se quedaban hasta el final si no veía beneficio.
— Entonces... el primer piso, segunda ventana, ¿eh?
Drake Longspan no se preocupaba demasiado por colarse en lugares; lo había hecho muchas veces antes. Lo que le interesaba ahora era lo que encontrarían allí dentro, y más aún, lo que podrían enfrentar en el camino. No confiaba plenamente en el ángel, pero lo veía como una oportunidad para salir de la isla y saldar sus deudas de una vez por todas, y eso era suficiente por el momento.
De momento...
El carpintero finalmente miró a Gavyn con una sonrisa burlona mientras se preparaba para que intentase levantar más de ciento cincuenta kilos.
— Vamos, ángel. Muéstrame de lo que eres capaz. Solo recuerda, si fallas, te lo recordaré en cada maldito crepe que me hagas.
Se cruzó de brazos mientras su emplumado exorcista daba vueltas a su alrededor, su ala rozando ligeramente su brazo antes de apartarse. Drake Longspan no reaccionó de inmediato; estaba acostumbrado a las pequeñas provocaciones, y para él, ese tipo de cosas eran insignificantes, de hecho sentía que podría con él. Sabía bien que era el tipo de hombre que dependía de la acción más que de las palabras.
La idea de unirse a esta pequeña misión para salir de la isla tenía su atractivo, pero lo que más le interesaba era lo que podría ganar con todo esto. No era solo el dinero, aunque eso siempre era un buen incentivo. Era la oportunidad de probarse una vez más, de enfrentarse a lo inesperado. Gavyn Peregrino no parecía ser el típico tipo con el que trabajaba, y esa diferencia lo hacía aún más interesante...
Pero al final era por dinero, a quien vamos a engañar.
Cuando el ángel le ofreció el trato, Drake Longspan le estrechó la mano, sujeta con firmeza, sintiendo los callos en la palma de Gavyn. Al menos eso indicaba que no todo eran palabras. Soltó la mano del emplumado y esbozó una sonrisa que no alcanzó sus ojos.
— Trato hecho, entonces. Pero más te vale que esto sea tan rápido como dices. En cuanto a los crepes, no los rechazo, solo tengo estándares altos. Y viendo que eres más boca que chef, mejor no espero demasiado.
Drake Longspan hizo un gesto con la mano para quitarle importancia al tema, y luego dejó que su mirada siguiera la dirección que Gavyn señalaba, hacia los techos que dominaban la zona.
— Por arriba, dices...
Aquel tipo tenía toda la razón. En una ciudad llena de ladrones, contrabandistas y piratas, la mayoría de la gente solo vigilaba a ras de suelo. Subir a los techos les daría una ventaja. Sabía lo que estaba haciendo, pero el peleador no estaba tan convencido.
Pero cuando aquel supuesto ángel le ofreció su fuerza para subir al techo, Drake no pudo evitar soltar una risa grave, de esas que parecían venir desde lo más profundo de su pecho.
— ¿Un pequeño aventón? Rohahaha. — Drake miró divertido al ángel con una sonrisa burlona — Mira, no es que dude de tus capacidades, pero no sé si te has dado cuenta... No soy exactamente lo que se dice “liviano”.
Aun así, su expresión no era del todo negativa. Estaba claro que Gavyn tenía algo en mente, algo que no había revelado del todo, y por alguna razón, Drake estaba dispuesto a seguir el juego de Gavyn Peregrino, al menos por ahora.
— Está bien, vamos a probarlo. Pero si me caigo, te advierto que apareceré aplastado en tus pesadillas.
Sin esperar demasiado, Drake se preparó, flexionando ligeramente las rodillas, listo para recibir el impulso que Gavyn pudiera darle. La verdad era que dudaba de que el ángel pudiera levantarlo del todo, pero tampoco le importaba si tenían que buscar otra forma de subir a los techos. Lo importante era que ya se había comprometido a ayudar, aunque mantuviera siempre la posibilidad de largarse si la cosa se complicaba demasiado.
Después de todo, había dejado claro desde el principio que no era de los que se quedaban hasta el final si no veía beneficio.
— Entonces... el primer piso, segunda ventana, ¿eh?
Drake Longspan no se preocupaba demasiado por colarse en lugares; lo había hecho muchas veces antes. Lo que le interesaba ahora era lo que encontrarían allí dentro, y más aún, lo que podrían enfrentar en el camino. No confiaba plenamente en el ángel, pero lo veía como una oportunidad para salir de la isla y saldar sus deudas de una vez por todas, y eso era suficiente por el momento.
De momento...
El carpintero finalmente miró a Gavyn con una sonrisa burlona mientras se preparaba para que intentase levantar más de ciento cincuenta kilos.
— Vamos, ángel. Muéstrame de lo que eres capaz. Solo recuerda, si fallas, te lo recordaré en cada maldito crepe que me hagas.