Atlas
Nowhere | Fénix
08-09-2024, 05:26 PM
Escuché con atención las palabras de Taka después de que nos diese alcance a Camille y a mí. De su advertencia se desprendía una sincera preocupación por la posibilidad de que entre nuestras filas hubiese algún traidor, alguien que, vistiendo igual que nosotros, realmente fuese un impostor que sólo pretendiese hacernos daño desde dentro. No respondí a su comentario. Simplemente escruté su mirada en busca de algún atisbo de duda, el cual no encontré. No sabía si el peliverde estaba en lo cierto, pero había visto o percibido algo que no encajaba dentro de sus esquemas y confiaba en él lo suficiente como para tomarme en serio sus preocupaciones.
Corrimos en la dirección que había seguido Ray, encontrándonos con él, quieto, tras unos minutos recorriendo las calles cercanas al puerto de Loguetown. Al parecer los sujetos sospechosos a los que había estado persiguiendo se habían ocultado en una casa semiderruida que había al doblar la esquina. Al mismo tiempo, otros dos tipos se movían en torno a la casa para guardarla de cualquier mirada indiscreta. La nuestra era una de ésas, por supuesto, pero en nuestros planes no estaba dejar que esos tipos nos retuviesen más tiempo del necesario. En la distancia, dos nuevas explosiones no habían hecho sino confirmar que aquella ofensiva estaba lejos de acabar. Provenía de la zona del puerto, o eso parecía, pero no podíamos dejar a aquellos potenciales criminales allí; mucho menos después de haberle dicho al capitán que se encargase de los refuerzos de la base para ser nosotros quienes les persiguiéramos.
No, debíamos darles caza o acabar con ellos —esto último bastante difícil si dependía de mí— cuanto antes, de manera contundente, para servir de apoyo en el puerto y el cuartel en caso de ser necesario. Fue por ello que no puse ni un pero al plan de acción que proponía Ray, que era tan directo como simple y potencialmente efectivo: neutralizar a los centinelas e irrumpir por sorpresa en la casa para no darles tiempo de reacción. Camille y Taka serían los dos encargados de esto último.
El zángano comenzó a moverse entre las sombra en dirección a su objetivo. Yo, por el contrario, di dos toques en la pierna de la oni para que me ayudase a subir al tejado. Desde allí, valiéndome de una posición ventajosa, podría escoger el momento y la mejor forma de atacar al otro integrante de la patrulla. En consecuencia, caminé agazapado sobre las tejas y extremando la precaución para que ninguna de ellas se desprendiese. Una vez estuve sobre la zona por la que se movía mi objetivo, aguardé hasta que estuviese en la mejor situación posible.
Intenté sincronizar mi salto con la acometida de Ray hacia su oponente, abalanzándome sobre mi enemigo con la naginata en alto y, al precipitarme sobre él, intentando trazar un corte oblicuo descendente hacia la izquierda con mi naginata sobre su torso, el cual iría seguido de una estocada hacia delante con intención de dejarle incapacitado. No era la persona más ágil y sigilosa del mundo, pero tal vez al atacarle por sorpresa le cogiese con la defensa baja y, con un enemigo abatido, pudiese incorporarme al ataque a la casa en ruinas encabezado por Camille y Taka.
Corrimos en la dirección que había seguido Ray, encontrándonos con él, quieto, tras unos minutos recorriendo las calles cercanas al puerto de Loguetown. Al parecer los sujetos sospechosos a los que había estado persiguiendo se habían ocultado en una casa semiderruida que había al doblar la esquina. Al mismo tiempo, otros dos tipos se movían en torno a la casa para guardarla de cualquier mirada indiscreta. La nuestra era una de ésas, por supuesto, pero en nuestros planes no estaba dejar que esos tipos nos retuviesen más tiempo del necesario. En la distancia, dos nuevas explosiones no habían hecho sino confirmar que aquella ofensiva estaba lejos de acabar. Provenía de la zona del puerto, o eso parecía, pero no podíamos dejar a aquellos potenciales criminales allí; mucho menos después de haberle dicho al capitán que se encargase de los refuerzos de la base para ser nosotros quienes les persiguiéramos.
No, debíamos darles caza o acabar con ellos —esto último bastante difícil si dependía de mí— cuanto antes, de manera contundente, para servir de apoyo en el puerto y el cuartel en caso de ser necesario. Fue por ello que no puse ni un pero al plan de acción que proponía Ray, que era tan directo como simple y potencialmente efectivo: neutralizar a los centinelas e irrumpir por sorpresa en la casa para no darles tiempo de reacción. Camille y Taka serían los dos encargados de esto último.
El zángano comenzó a moverse entre las sombra en dirección a su objetivo. Yo, por el contrario, di dos toques en la pierna de la oni para que me ayudase a subir al tejado. Desde allí, valiéndome de una posición ventajosa, podría escoger el momento y la mejor forma de atacar al otro integrante de la patrulla. En consecuencia, caminé agazapado sobre las tejas y extremando la precaución para que ninguna de ellas se desprendiese. Una vez estuve sobre la zona por la que se movía mi objetivo, aguardé hasta que estuviese en la mejor situación posible.
Intenté sincronizar mi salto con la acometida de Ray hacia su oponente, abalanzándome sobre mi enemigo con la naginata en alto y, al precipitarme sobre él, intentando trazar un corte oblicuo descendente hacia la izquierda con mi naginata sobre su torso, el cual iría seguido de una estocada hacia delante con intención de dejarle incapacitado. No era la persona más ágil y sigilosa del mundo, pero tal vez al atacarle por sorpresa le cogiese con la defensa baja y, con un enemigo abatido, pudiese incorporarme al ataque a la casa en ruinas encabezado por Camille y Taka.
ESP101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
22
1
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]